jueves, 18 de marzo de 2021

Esplendor

 

Algo intenso y vibrante, una embriaguez primaveral, un tiempo pocas veces vivido de forma tan arrolladora, con la percepción de ser parte de los colores, las flores, los bichos, la tierra. 


Entre una nube amarilla de pequeños soles, inflorescencias esféricas donde libaban mariposas, hormigas, abejas, el sendero era un tránsito sin igual. Aunque había abundantes magarzas de florecillas blancas, matorriscos airosos y azulados, algunas jaras, maravillas, vinagrerillas granates, relinchones y tabaibas robustas, quien reinaba luminosa era la cañaheja. De porte elegante, se mecía con la brisa en un baile sutil, de oro y verde. Quiso que nuestro paso se acompasara al suyo y así fue, un recorrido de ensueño, un privilegio, un regalo solo por echarnos al camino.



Sin atenuantes, inmersos en la primavera, con la luz generosa de la naturaleza que vuelve y vuelve, por más que la perturbemos.



Texto y fotos, Virginia