sábado, 30 de abril de 2011

Pupila y palabra XXIII


 Costumbre


 Es feliz el loro alejado de la jaula.
Ha logrado abrir la puerta y escapar de los barrotes. Con la sorna que lo caracteriza, observa en la distancia la puertecilla.
Sabe que, o remonta rápido el vuelo, si es que recuerda aletear, o la comodidad de la rutina lo imantará nuevamente al lugarcillo donde estuvo.
Observa.
Dentro, sus necesidades están cubiertas. Mantiene incluso, raras conversaciones, repetidas sin fin con otros animales, obsesivos y extrañamente sonrientes.
Fuera, el cielo lo llama, las ramas lo abanican, vuela sin fin. Pero ya no sabe encontrar semillas, beber de los manantiales, mojarse en los arroyos. La vida es dura, piensa.
Indeciso, revolotea una y otra vez en torno a lo conocido.

Y vuelve a la jaula.






Cornelius Biltius
Loro fuera de su jaula, 1660
Colección privada, Alemania

domingo, 24 de abril de 2011

Matemáticas III

Diagonales

Deslizarse por la hipotenusa
Lejos de las esquinas






Paralelas

Algún día se encontrarán






Secantes

La propia vida
Tropezando unos con otros




Fotos Virgi
Cáceres, Gran Canaria,
Tenerife, Dresde

miércoles, 13 de abril de 2011

Universo



Estuve años mirando el cielo. La infinitud del Universo era más cercana contemplando las constelaciones. Que Andrómeda esté a dos millones de años-luz y que podamos apreciarla desde aquí, me cautivaba. Observar Orión y su cinturón pleno de vida, de donde nacen continuamente estrellas, me hacía temblar de emoción. Descubrir racimos de estrellas después de leer en el manual con una linternita forrada en papel rojo y enfocar durante noches y noches mis prismáticos hacia Sagitario, resultaba un premio extraordinario a mi constancia.

Reconocía el triángulo del verano con sus apasionantes nombres árabes y griegos. Cástor, seis estrellas simulando ser una. Sagitario, repleta de joyas relucientes, Saturno y sus anillos, fieles desde la eternidad. Las Pléyades, femeninas y misteriosas hijas de Atlas, que aún sosteniendo el mundo tuvo tiempo de engendrarlas con una ninfa enamorada. Sirius, brillante y cercana, mítica estrella que marcaba el calendario de los egipcios. Cuando la miro, un resplandor centelleante a ocho años-luz, me guiña nombres de barcos, títulos de novelas, personajes de cómics, huellas de miradas a través de la historia y del mundo. Arturo, casi treinta veces el sol. El Cisne, volando raudo a visitar a Leda.

Nosotros aquí, tan pequeños, tan fieramente humanos, tan fieramente animales, a la vez vastos y miserables, capaces de amar pero dispuestos a matar. Humanos con polvo de estrellas y sedientos de sangre. Humanos después de milenios, todavía bestias a pesar del Universo.



El disco celeste de Nebra es un objeto de bronce, de unos 30 cm de diámetro e incrustaciones de oro, que se interpretan como un sol o la luna llena, una luna creciente, y estrellas que podrían ser las Pléyades.
Se encontró cerca de Nebra, Sajonia-Anhalt, Alemania, datado alrededor de 1600 aC .


Foto Virgi

jueves, 7 de abril de 2011

¿Dónde?

¿Dónde la línea de flotación?
¿Dónde la quilla mirando al cielo?





¿Dónde la flor, el cerrojo y el anciano que aguarda?
¿Dónde la campana y el pino que la escucha?







¿Dónde mi sombra en la arena y el óxido entre las palabras?








Nada.
Hojas que vuelan.
Brisa sobre el puente.
Poco más.





Fotos Virgi

martes, 5 de abril de 2011

Por Zuñi



círculos

¿Alguien alguna vez supo lo que es un círculo?,
dijo; y se prendió fuego sin pensarlo dos veces.
Desde entonces no sueño más que circunferencias:
esposas, lunas, llantas.
El dolor es redondo.

José Zúñiga



ocupaste este rincón hace un tiempo, no sé si ya la bala rondaba
me dedicaste un libro, tal vez ya el disparo había sonado sin yo saberlo

gracias, Zuñi.