sábado, 27 de febrero de 2021

Últimas lecturas

 


Claus y Lucas (Agota Kristof). Dos hermanitos inseparables, su abuela, la guerra, la soledad, la dureza de curtirse ante el dolor. Tres épocas de sus vidas en un libro cuya primer parte me parece extraordinaria, con un estilo sobrio, ajustadísimo y trepidante.

Eso fue lo que pasó (Natalia Grinzburg). Una mujer frente al desamor. Triste, amarga, abocada a la tragedia de una forma seca y tremenda. Impresionante

El guardia, el poeta y el prisionero (Lee Jung-Myung). Afamado escritor coreano subyuga con el poder de la Palabra en una cárcel japonesa después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Conmovedora y atroz a partes iguales, por suerte la Literatura es un oasis de esperanza.

Las Malas (Camila Sosa Villada). Talentosa autora que relata el mundo travesti desde su propia experiencia. Sin cortapisas, con un punto de humor y mucha crudeza, es un libro necesario en este mundo tan repleto aún de prejuicios. Decir “me encantó” sería muy fácil.

El infinito en un junco (Irene Vallejo). Una de esas delicias que a pesar de su tamaño, lees con admiración, sonrisas y deseos de que no termine. Un aprendizaje continuo, riquísimo y deslumbrante. El trabajo de Irene Vallejo con esta obra es para agradecérselo eternamente.

Felisa en su mudanza (Candelaria P. Galván). Escritora tinerfeña que despliega una historia muy auténtica entre los campos sureños y la ciudad. Observadora tenaz, nos atrapa con el tesón de la protagonista, un potente abanico de palabras canarias y un panorama como de fotografía en las islas a mediados del s. XX.

Beloved (Toni Morrison). Una de las novelas más nombradas de la que fue Premio Nóbel en 1993. La esclavitud, una losa tan atroz que una madre prefiere matar a su hija para evitarle los sufrimientos que ya ella conoce. Muerte, celos, obsesiones, crueldad, el fantasma de una niña marcando la vida en la casa 124. Poderosa y lírica escritura, a ratos inabarcable.

Las chicas Van Apfel han desaparecido (Felicity McLean). Con este debut literario la autora nos introduce en la desaparición de tres hermanas en algún lugar de Australia. Misterio y una senda a seguir que no siempre es la que creemos. Se lee con fruición y se acaba con sorpresa.

Reflejos en un ojo dorado (Carson Mc Cullers). Un golpe certero. Una escritura concisa, limpia, afilada como una cuchilla de cirugía. Dos matrimonios en un acuartelamiento del sur de EEUU, un caballo, un criado, rutinas militares, deseos escondidos, un soldado a la expectativa. Volví a releerlo según lo acabé, lo tengo ya como uno de mis libros preferidos.

Cara de pan (Sara Mesa). El Viejo y la Niña se encuentran en un parque. Podrían pasar cosas de todo tipo, pero no, hay pájaros, verdor, aprendizaje, miedos, complejos y todo un mundo de relaciones inesperadas. Muy original el tema y el tratamiento, promete la escritora.


Texto, Virginia

 

 

miércoles, 24 de febrero de 2021


 Arte sin pinceles, lienzo, ni mano que pinte.




sábado, 20 de febrero de 2021

Prole

 


Quiso el Sol tener descendencia. No le costó mucho ir depositando semillas aquí y allá. Encima de una roca o un tejado. En la gorra de un niño, en el tronco de un árbol, sobre una pared desconchada.

Talismanes de luz, me fue dado encontrar algunos.



Texto y fotos, Virginia

miércoles, 17 de febrero de 2021

Fracaso



 Logró armar el rompecabezas de su vida 

cuando ya no le quedaba tiempo.


Texto y foto, Virginia


viernes, 12 de febrero de 2021

En recuerdo de Isabel Martínez Barquero

 


Querida Isabel, te has ido muy pronto y nos dejas muy tristes. Extrañaremos tu voz dulce, tu honestidad como persona y escritora, el cariño de tu gran corazón. 

Allá donde estés, la Palabra que con excelencia cultivaste seguirá a tu lado. Que el camino te sea luminoso, como tú misma.


(foto en la presentación de su libro Linaje oscuro, Madrid, enero 2013)


viernes, 5 de febrero de 2021

La Pared

 


Hay construcciones alrededor del mundo realmente asombrosas, mágicas. Tan sorprendentes que desearíamos conocerlas todas, saber quién las levantó, cuándo, de qué forma inimaginable las realizaron. Sin embargo, existen otras que igualmente nos admiran, la mayoría levantadas por gente sin estudios específicos, solo su experiencia, la observación del lugar, los materiales circundantes, los usos a los que van destinadas.

Esta pared es una muestra excelente. En un lugar poco transitado, se alza segura, aprovechando las irregularidades del terreno para crear una huerta amplia y soleada.  Con forma cóncava que acoge al viento y la brisa, deja que el agua la bañe bien en su leve inclinación. Sabe que está afianzada por las manos expertas de un maestro paredero de los antiguos, alguien que conocía de ángulos, tiro, plomadas, pesos, contornos, lluvias e inclemencias.

La pared reluce a lo lejos, y según nos acercamos, se comprueba la excelente factura, su carácter entre el pinar, la base de tosca donde se apoya, los intersticios con rajones pequeños de piedra viva, los dos niveles, suavemente diferenciados.


Pasé un rato dejando que el sol de la mañana nos calentara a las dos, mientras el pinar, los inciensos y una sabina cercana aromaban el aire de alrededor, tan amigables todos en torno a la hermosa pared, humilde en la lejanía, apacible en su soledad, un ejemplo de fortaleza y sabiduría.


Texto y fotos, Virginia