sábado, 29 de octubre de 2011

Anclaje

un paso
un vuelo





sobre el silencio





el humo





las piedras




y yo
tan anclada a la tierra



Fotos Virgi

miércoles, 26 de octubre de 2011

Fringe




Después de dos meses, aún me queda el aroma colorido y ruidoso del Festival Fringe de Edimburgo. Calles rebosantes de gente. Actores que bailan, cantan, te regalan globos, flores, sonrisas, invitaciones. Aquí una actriz jovencísima, más allá un equilibrista. En medio, un titiritero o un contorsionista. Músicos, bailarinas, ilusionistas, mimos.
Actúan en plazas y jardines, debajo de los árboles y sobre los adoquines húmedos. Encima de un taburete, una bicicleta o una barra. Medio desnudos, o vestidos con ropas de época, cubren un recorrido subyugador y repleto de ideas sorprendentes.
Sueltas una libra, más allá dos, sentada en el parterre sonríes, de pie olvidas que tenías hambre, desde una terraza oyes un coro, tomas la sopa del día viendo vampiros, acróbatas, doncellas, bailarines de claqué, un gaitero inasequible al desaliento o una mujer de rojo sobre los travesaños de una escalera.




























Es el Fringe


Para Sue, porque hubiera estado genial encontrarnos en la Royal Mile. Por ejemplo.


Fotos Virgi

viernes, 21 de octubre de 2011

Seguimos




















15 octubre en Tenerife
Fotos Virgi

domingo, 16 de octubre de 2011

Voces V






La mar estaba medio amochada. Lo decían los barqueros. Columbraban a los pejes como idos, atontolinados. Los más ancianos se iban a la morra más alta, donde las tabaibas enormes, y desde allí, veían una clarea distinta, un oleaje diferente, como si la mar estuviera aboyada, esperando algo ancestral.
Estaban los ñangas, que a todo tenían temor, y los culichichis, que iban con los últimos rumores de un lado a otro. Y cómo no, los valientes que margullaban sin miedo buscando novedades en el fondo del mar.
En el mentidero, asocados en el muro encalado cada verano, se tomaban un buchito de café recordando los tiempos de la última erupción, aquella del Teneguía que varias veces lograron divisar desde la isla. Y ahora les tocaba a ellos, cerca de la orilla, cerca de sus nasas y sus pandorgas, debajo del vuelo de los guirres y las pardelas. Habían crecido rodeados de lava, bajo sus pies, por detrás y por delante, cerca y lejos, y ahora venía de nuevo la fogalera inmensa y creciente.
Con el rebumbio de la noticia, el pueblito había saltado a la primera página de las noticias. El volcán trastocaba sus vidas y nosotros, vecinos, y también descendientes de la lava, nos agoniábamos con ellos. Desinquietos y algo fachentosos por el orgullo de ser volcánicos, hubiéramos querido tener un mirafondo gigante para contemplar lo imposible.




El fuego saldrá otra vez y seguiremos siendo hijos del volcán, de las estrellas, del salitre, de los cardones y los bucios. Y el mar, en su inmensidad, será, quizás, un poco más chico, para que los canarios podamos, con suerte, presumir de una isla nueva.



Fotos Virgi.
Volcán Teneguía, de internet

domingo, 9 de octubre de 2011

Tímidamente

un toque



un murmullo



rojo bajo gris



azul bajo rojo



el pálpito de la vida

tímida



bajo la luz



(A mi madre,
tan frágil, tan fuerte,
tan espartana, tan coqueta.
Ejemplar.
Adorable)


Fotos Virgi