Se veía pedaleando
sobre bosques, en medio de ríos caudalosos, atravesando nubes doradas y
banderolas en la brisa. Su imaginación giraba con las ruedas, y los radios eran
los caminos infinitos a recorrer.
Una bicicleta, la fantasía más recurrente.
Cuando al fin la tuvo, comprobó que nunca planearía como
en sus sueños.
Así que la aparcó junto al precipicio y se echó al
viento, volatinera etérea y constante, arco de luz sobre las rocas.
Fotos Virgi
Fue instántaneo ver la bici y pensar en Graciela.