domingo, 31 de diciembre de 2017

Despaisajes


Despaisaje LVI

                   Apunta al cielo, aunque vayas cerca. 





¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

 Texto y foto, Virgi






viernes, 29 de diciembre de 2017

FINCA DE ABACHE



¡Ah, qué delicia el camino hasta la casa de Abache! La mayor parte umbroso, con un verdor inusitado en estos tiempos de sequía excesiva -el recorrido va a la sombra del risco-, se mantiene así largo rato, adornado con vegetación variada de gamonas brotando lujuriosas, retamas que, sin pudor, entorpecen a ratos el paso, aeonium de distintas clases, cañahejas, corazoncillos, tabaiba roja en flor, vinagreras, piteras, pencas de higos rojos o tuneras de higos fresquísimos (que obviamente probé, dado el amor que les profeso), balos, magarzas, incienso, cornical y los musgos más verdes que he visto en este invierno veraniego.





Al principio es una pista de poca anchura, cómoda y llana que después de pasar una casa con su banco/mirador, se hace estrecha, pero asequible y muy transitada, aunque no tiene marcas ni señales, solo más adelante los clásicos majanitos de piedra dejados por anteriores andarines solidarios. Es este un sendero tremendamente vistoso, pues se eleva  muy alto, hacia el Roque de la Barbita, y mientras caminamos se divisan las casitas de Los Carrizales con sus bancales estrechos, las montañas del Macizo de Teno, los acantilados vertiginosos que caen a pico sobre el mar, la Gomera enfrente y hasta La Palma. El camino va en algunos momentos tan colgado que, viéndolo de lejos, pareciera imposible de transitar. Sin embargo, es seguro, con viejos empedrados en muchos trozos y un incipiente muro del lado del precipicio. 







Llanea bastante hasta llegar a un par de pasos serpenteantes que suben encajonados entre las rocas, bien elaborados por las gentes que lo hicieron, buscando siempre el lugar más adecuado, con una admirable inteligencia práctica. Cuando se ha pasado el último escollo, el Andén de Arguayo, desde donde se divisa una panorámica extraordinaria, entramos ya en lo que propiamente fue la finca de Abache, un extenso terreno en declive parecido al de Guergues (otro lugar excepcional, que se encuentra un par de barrancos más al sur, ya pasado el caserío de Masca), con restos de huertas y una pequeña casa en ruinas que tiene a sus pies una era en perfecto estado. Caminando un fisco más, nos alongamos al impresionante barranco de Juan López, viendo al final la playita del mismo nombre y algunas lanchas de recreo navegando cerca de la costa.






Mucho más abajo, y colgada sobre el precipicio existe otra era de trilla, a la que no llegamos, pues el camino se encuentra bastante impracticable. Todavía después de esa era, existieron otras tantas huertas casi hasta el mismo borde del acantilado, asombroso paisaje que nos habla de un mundo de sacrificios, a expensas de las estaciones, del clima y del sistema semifeudal de medianerías que existía en muchos de lugares de las islas. 
Una vida la de nuestros antepasados que se valora cada vez que recorremos lugares similares, comprobando algunas cosas que hemos olvidado y otras que ni siquiera conocimos: el esfuerzo, las penalidades, el paso de los días con lo mínimo, las secas, las hambrunas. Una vida de escasez y fortaleza, para sustentar la que ahora llevamos nosotros, en muchos casos poco dados a reconocer todo ese cúmulo de sinsabores de quienes nos precedieron. 
Cuando visitamos lugares como estos, de los que todavía quedan muchos, hemos de honrar la memoria de aquellos que labraron y mimaron las tierras; construyeron pajeros, goros, chamizos, eras, hornos;  excavaron cuevas, pozos, aljibes; modelaron piedras, troncos de tea, atarjeas, puertas y ventanas a golpes de hazuela.




















Sabiduría, paciencia, adaptación, resiliencia. Valores que seguro caminan por nuestra sangre sin que hayamos tenido que sacarlos a la luz, pero indudablemente una herencia valiosa y conmovedora.


Texto y fotos, Virgi

Diciembre 2017





SALUD Y AMOR PARA TODOS, 

MIS MEJORES DESEOS AHORA Y SIEMPRE.




Foto, Virgi

martes, 19 de diciembre de 2017

Fugacidad


Siguiendo la sombra, se acercó a la pared. Vio entonces un cartel, y llegaron niños a su memoria, juegos, libros, un patio al viento, el olor de los lápices con la cuchilla, letras en un cuaderno de cuadros. 
Tentada estuvo de entrar, por saborear el aroma que volvía a ella como la madalena de Proust; pero no, cruzó una nube, desapareció la sombra, volaron los recuerdos y continuó el camino.



Texto y foto, Virgi

viernes, 15 de diciembre de 2017

Despaisajes



Despaisaje LV


En el paso entre la luz y la oscuridad, 

la existencia nos obsequia con innumerables cicatrices.







Texto y foto, Virgi 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

PALMETUM




¡Quién iba  a decir hace veinte o treinta años que una montaña de basura inmensa se convertiría en un parque plenamente ecológico! Una sorpresa mayúscula pasear por este rincón de la ciudad, en general poco conocido y valorado (me incluyo), con un palmeral que acoge cerca de 600 especies de todas partes del mundo, algunas en estado crítico de extinción, además de otras muchas plantas muy curiosas.



Con un diseño cómodo y buenas explicaciones de los ejemplares, se va accediendo a las distintas zonas, pasando por cascadas, miradores sobre el mar, lagos y riachuelos, hasta el umbráculo donde están las especies que precisan de más sombra y frescor.

















Después de años de obras, varios parones y nuevos impulsos, se abrió de forma oficial en 2015. Un lugar altamente recomendable, tranquilo, cuidado y sostenible cien por cien.




























Texto y fotos, Virgi



domingo, 10 de diciembre de 2017

Cinco nanos cinco


1.Privilegio
Bastó una solitaria ola para arrasar el mundo.








2.Congoja
Tantos corazones y este único cuchillo, rumiaba el asesino.



3.Seducción
Federico se enamoró del ajedrez el día en que, en un santiamén, le comieron todas las piezas.




4.Estirpe
Bracea como un poseso: desengañado del mundo, necesita ser pez nuevamente.



5.Indicio
Se asoma al espejo para comprobar que no existe.



Texto y fotos, Virgi

LOMO CORTO




Llegamos a Lomo Corto después de dos horas de subida. No resulta cansado pues el camino es fantástico, no porque sea fácil, sino por las increíbles piedras que lo jalonan, bien a un lado, bien a otro, incluso en ambos; lajas enormes, clavadas en la tierra o amontonadas en batería, como si no costara encontrarlas, labrarlas, trasladarlas. Otra particularidad son las vistas continuas de los barrancos, las montañas cerca del circo de Las Cañadas o un amplio panorama del suroeste de la isla.



















El sendero está adornado de muchas plantas: jaras, escobones, picapica, lavándulas, incienso, pinos de tanto en tanto, muchos almendreros y algún que otro castaño. Dejando El Choro (subiendo por Acojeja), y por un camino fresco y sombrío, se llega pronto a una casita pequeña en lo alto de una loma, que en la parte trasera tiene lo que parece un pasil, cosa que no sería rara dada la cantidad de higueras que también se ven. 


















Saliendo de aquí se transita por el camino al que me refería antes, un cauce bien pensado que va sorteando chapas y riscos, cerca del Barranco del Pozo, delimitado en gran parte de su extensión por hermosas lajas medio anaranjadas, otras grises o marrones, y también unos buenos tolmos de piedra sin trabajar. Mientras camino, pienso una y otra vez en este trabajo ímprobo, ausente de medios y recursos adecuados. Vale la pena hacer el recorrido únicamente por ver esta línea casi ininterrumpida directa a la cumbre, sin que pudiéramos alcanzar donde acaba, pues en un rato largo, se coge a la izquierda pasando por una galería ya abandonada, el Saltadero de Aguilar; sigue luego la vereda que baja hasta El Jaral, mas nosotros –en poco- hemos de subir hacia la casa de Lomo Corto, y aunque no existen señales ni trazas de camino, se intuye entre la vegetación, bastante densa.


Es muy gratificante llegar hasta allí, con vistas increíbles desde la estancia principal, alongada a la ventana, mientras los pies descansan en el piso de madera, de tea seguramente. De tea deben ser igualmente las puertas que aún le quedan y el fabuloso dornajo que ocupa un cuarto de piedra seca. Tiene la casa tres buenas habitaciones, un alpende a un lado, un recinto para animales, preciosas piedras labradas en las esquinas o sirviendo de escalones. En las inmediaciones, un horno de tejas, muy deteriorado, y otro más pequeño (el tradicional de estas zonas), para higos y pan. No podía faltar la era, bien conservada, a pesar de la colonización de hierbas y arbustos.




Lomo Corto no queda cerca, pero regresaré solo por acariciar algunas de las lajas del camino, por asomarme a la ventana y por sentarme junto a la puerta; allí, sobre las piedras y en silencio, quizás escuche el rumor de la vida que ya no está, mientras en el cielo, las nubes pasan de largo como ya hicieran mucho antes del camino, de la casa, del dornajo y de los hornos; antes de la sendas, los mojones, los muretes y la gente. Gente que habitó un lugar puro y lejano como Lomo Corto, allá arriba, sobre una morra entre dos barrancos.





 Texto y fotos, Virgi

Diciembre 2017

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Despaisajes


Despaisaje LIV



¿Y?, me preguntó.



Lo siento, pero no tengo respuestas, 

hube de contestarle.




Texto y foto, Virgi

domingo, 3 de diciembre de 2017

Rescate


Se sienta y teclea sin parar. Aunque le suenan extrañas, siente que las palabras le acarician: jahurnap, nviemtos, ñozrisna, lur, cuancreonso, sa, tlions, xbali.


Con esas y otras parecidas, compone el relato que tiene en la cabeza. Cuando acaba, su acompañante lo felicita, es la primera vez que escribe algo después de salir del coma.



Texto y foto, Virgi

sábado, 2 de diciembre de 2017

Origen


Corría campo a través cada mañana. Un día una mancha blanquecina hizo que se agachara, era un diente. Tiempo después, su mirada alcanzó un pedazo de hueso. Intrigado, en el amanecer ya no sólo corría, sino que olfateaba el suelo como un sabueso.

Ahora sabe que corre por encontrarse, va teniendo algunos trocitos de un costillar y también media mandíbula.


Poco a poco se completa.



Texto y foto, Virgi

viernes, 1 de diciembre de 2017

Despaisajes

Despaisaje LIII


A un lado el oro

al otro, la sangre.

Confiemos en que el bosque avance.


 


Texto y foto, Virgi