domingo, 28 de agosto de 2022

Ensueño

Le atraen las casas viejas, con puertas y ventanas desguarnecidas, calderos sin asas, platos desportillados, láminas incoloras donde se adivinan lejanos lagos suizos, zapatos sin pareja.  Una enredadera sorteando las tejas rotas, un viejo camastro de patas oxidadas, trozos de azogue por los suelos entre papeles húmedos y arrugados.

El colmo de la fascinación le llega ante la cortina ajada, capaz aún de ahuyentar las moscas, suavizar la luz, esconder intimidades.

Imagina entonces que alguien descansa dentro, esperándola, indemne al tiempo, al polvo, al dolor.





Texto y foto, Virginia

miércoles, 24 de agosto de 2022

 A la espera del futuro se le fue el presente.



Texto y foto, Virginia

Volcán de Tajogaite



La Naturaleza, generosa como acostumbra, sorprendente por encima de nuestras expectativas y estoica hasta extremos insospechados, hace reverdecer pinos, morales e higueras sobre los campos negros de la erupción.






Cuando todavía la temperatura es altísima a pocos metros del suelo y en muchos sitios hay peligro de gases, el verdor de los árboles brilla sin mácula, mientras en la cúspide, los tonos azufrados, amarillos y blancos adornan la erupción más reciente de Canarias.

El sendero que conduce hasta el mirador del Volcán de Tajogaite cubre ahora de arena lo que fueron huertas, pastos, viñas, árboles frutales, cuartos de aperos.  Sobrecoge la fuerza telúrica que subyace bajo nuestros pies y nos conmueve el daño pavoroso de las lenguas de lava sobre casas, ganado, huertas, estanques, caminos.



Sin embargo, ahí van brotando los verdores insólitos, esperanza sobre la oscuridad.



 

(Gracias a Néstor, guía oficial del recorrido y a Mercedes Castellano Fariña, de “Candelaria Life & Trekking, por la excelente organización)



Texto y fotos, Virginia

viernes, 19 de agosto de 2022

VOCES LVII


 

¡Vaya un chico relajiento, pos no iba dejando un corazón en todas las puertas! 


Acotéjese, le decía la madre, no ande perniando por alguien que ni asunto le pone, no me sea tolete.


Pero el amor, ya se sabe, cuando se allega a uno, no hay donde guarecerse. Esmorecido, esguañado, siempre mirando pa' los celajes, esperando verla aparecer con un baifito en los brazos, un balde de leche recién ordeñada o recogiendo ropa de la liña.



Lo que no sabía nuestro zangalote es que también ella se hacía gofio al ver las señales amorosas. Tantos corazones causaron su efecto.




Texto y fotos, Virginia

 

 

miércoles, 17 de agosto de 2022

Artificio




Alrededor de la mesa se reúnen una vez al mes. 

Creen conocerse, discuten de gustos literarios, cinéfilos, gastronómicos. 

Sobre viajes, relaciones amorosas, tendencias políticas. 


De las soledades de los otros, ninguno sabe nada.

 


Texto y foto, Virginia

 

 

Recorrido






Estuve en las casas de Teresme, en las de Aponte y en el cobertizo de Abache. Pasé por Iserse, por Tafada -pura Anaga- y por Talavera con sus eras sombreadas. Me fascinaron los pedruscos del camino a Lomo Corto y el horno como una nave espacial mirando al mar en Pino Redondo.




En todo había olvido y desolación, piedras arrumbadas, tejados rotos. Allí donde en un tiempo hubo vida, gritos de niños, balidos de cabras, conversaciones acerca de lluvias, siegas, casorios y mucha escasez, solo queda una atmósfera aún tibia, donde flota el sonido de un fechillo, el escorrozo de los lagartos entre los matos, un tintineo lejano de esquilas, el leve goteo de un manantial cerca del barranco.







Estuve en Ifonche y Las Lajas, Los Malejos y Los Granelitos. Me entretuve en la ancestral Tagaragunche, en Seima y Contreras, Cuevas Blancas, Magro, Tacalcuse bajo el roquedal volcánico.

Todos esos lugares me vienen a la memoria, en un revoltillo ocre y terroso de cal y tea, paredes húmedas, techos abiertos al cielo.




Será por esos huecos por donde escapó la vida, esa que añoro cuando

visito lugares perdidos y que, sin embargo, me regalan una parte de lo que huyó tiempo ha, logrando aprehender algunos retazos. Hilos sutilmente urdidos que circulan por la sangre y bombean en mi corazón. 

Por eso estuve, por eso volveré, por escuchar el eco de un eco de un eco silbando tenue entre mis pasos.




Texto y fotos, Virginia



martes, 9 de agosto de 2022

Conclusión

¡Te dije que no caminaras tanto!

¡Pero si solo he dado treinta y un pasos!


Da igual, ya tenemos una edad y no estamos para muchos trotes.









Texto y foto, Virginia

sábado, 6 de agosto de 2022

Cansancio

 

Harto de su papel de bueno, 

el cielo se largó al infierno.





Texto y foto, Virginia