Cada una de las campanadas rompía una esperanza. Había prometido recogerme antes de las doce, y allí estaba yo, agazapada en el sillón de la casa, contemplando con tristeza los bailes, el descorche, los brindis, las frases ya conocidas. Mi vestido tiritaba de frío, los zapatos eran incómodos, y la mochila, con un escaso par de cosas, esperaba impaciente en la entrada.
Me echaron una manta por encima y dormí durante un rato.
Desperté al sonido de un timbre. Alguien tocaba con insistencia.
Al abrir la puerta, allí estaba. Mi padre, mi héroe.
En sus brazos, voló la angustia entre confetis y serpentinas.
Niña entre dos mundos, empecé el año como más deseaba.
Me echaron una manta por encima y dormí durante un rato.
Desperté al sonido de un timbre. Alguien tocaba con insistencia.
Al abrir la puerta, allí estaba. Mi padre, mi héroe.
En sus brazos, voló la angustia entre confetis y serpentinas.
Niña entre dos mundos, empecé el año como más deseaba.
Foto Virgi
Relato publicado en EURO - PA – LABRA, el pasado 21 de diciembre.
Mi agradecimiento y la esperanza de que la labor realizada por este blog no caiga en saco roto. Gestionado desde el Punto de Información Europeo (que ahora se cierra) en la comarca de Saja-Nansa, Cantabria, dedicaba una sección a relatos en 100 palabras, consiguiendo un elevado número de visitas en un corto espacio de tiempo.