viernes, 29 de noviembre de 2019

Belchite


Las guerras inútiles.
La congoja.
Agujeros en las fachadas de unos y otros disparos.
Una pesadumbre que crece.
El frío, la tristeza de la contienda, las heridas, las penalidades sin fin.
Bombas aquí y allá, tantas y tantas, por todas partes.
La sangre que mancha los muros.
El cierzo cruzando el pueblo de punta a punta, sin acabar nunca de borrar los lamentos.
Ladrillos, puertas, rejas, ventanas descoyuntadas, baldosas arrancadas, peldaños a ningún sitio, una fuente sin agua, una plaza sin niños.
Las guerras absurdas, todas. Esas donde mueren los que menos saben de la razón de las guerras.


























Texto y fotos, Virginia

viernes, 15 de noviembre de 2019

A un paso


Tanto buscar el arco iris 
y lo tenía al alcance de la mano. 

Verdes, lilas, ocres, azules, 
amarillos, rojos, naranjas. 



Todo gracias a la luz, 
siempre la luz generosa 
que se derrama incontinente 
por el sitio más insospechado.



Texto y foto, Virginia

martes, 12 de noviembre de 2019

Fascinante soledad




En los altos de Adeje y Guía de Isora, un territorio amplio desde las medianías a la cumbre y cruzado por varios barrancos, resulta fascinante cuando encontramos unas pocas casas solitarias de piedra y tejas, muy alejadas unas de otras, con techo a dos aguas, elementales construcciones de estancias mínimas, cañizo en el interior y algún patio asocado a resguardo del viento.




Aprendí hace muy poco que por esos pagos existió un tipo de explotación llamada “partidos de tierra y criazón”, donde anduvieron – poco después de  la conquista y hasta mediados del s.XX- pastores de ovejas y cabras, sufridos medianeros de pudientes señoríos, familias ocupadas en labores ganaderas y en el cultivo de terrenos inmensos de cereal, y también, algo muy usual en esos tiempos, la subida a lo alto buscando mejores pastos en tiempos secos.














Con certeza, los todopoderosos dueños (apellidados Ponte, Ximénez, Lugo, Coba, Valcárcel, Soler o Gordejuela) nunca caminaron entre Chindia y Teresme, al borde del barranco de Guaría, por las chapas labradas de Iserse o debajo de Tágara, sorteando los miles de muretes que festonean el paisaje crudo y espléndido de esta zona. No sabrían de las excelencias del fondo de un barranco donde reluce un chaboco, de los nateros donde plantar un castañero, o del pequeño y misterioso ere que da de beber a las cabras.
















Tampoco yo sé mucho de todo eso, pero me dejo acunar por la canción de un viejo círculo de piedras por si me regala el eco de un eco. Entro en una casa de esquinas recias, me siento en un goro o en el poyo al pie de la puerta. Unos y otras me enseñan una vez más de la vida que pasó, esa que nos envía un soplo de energía si estamos en disposición de apreciarla.



Texto y fotos, Virginia

lunes, 11 de noviembre de 2019

Fantasía



Hubo que retornar al tiempo de los alquimistas para encontrar la solución. Con el diente de un tuareg, saliva de vietnamita, piel de momia egipcia, cabellos rusos, trocitos de uñas de un indio amazónico y líquido mezcla de los cinco océanos, salió la pócima soñada, la que permitía hablar cualquier idioma. 

Solo había un problema, que la gente en verdad quisiera entenderse.


 Texto y foto, Virginia

jueves, 7 de noviembre de 2019

Hartura


¿No se cansarán de controlarnos?


sábado, 2 de noviembre de 2019

Mutis



En la escalera donde Cenicienta 
perdió el zapatito de cristal, 
se ha formado una cueva. 

Justo ahí, 
desaparecen los empingorotados 
príncipes cursis 
y toda su parentela.


Texto y foto, Virginia