Como palomas que aletearan surcando el cielo, así eran los papelillos de colores. Un fru-fru de bailarinas con fondo azul y el sabor de la sal en tus mejillas. Flecos de colores entre árboles, gorriones, hojas meciéndose con la brisa , mientras la tarde se acercaba al ocaso.
La huella de un niño sobre la arena, la espuma entre las rocas y el mar siempre inmenso acunando tus sueños.