lunes, 6 de junio de 2022

VOCES LVI


Niña de orilla


Subía al risco, se engarapitaba en un saliente y ¡zas! lanzaba la liña. Tenía engodadas un par de viejas, columbradas con el mirafondo del padre.

Amañadita que era pa' las cosas del pesquerío, tanto se iba a pulpiar como a coger lapas y burgados, ¡fuerte chica ardilosa!

Un día que estaba la mar revirada y ella algo aguanajada por el solajero, consiguió enganchar una vieja reluciente. Entristecida al verla boquiando, en un intre la zafó del anzuelo y la devolvió a la marea. 

Perdió un par de duros (malimpriados, más de uno se la hubiera comprado) pero ganó en seguranza, ya podía echárselas de conocedora y espabilada. 




Texto y foto, Virginia