viernes, 21 de enero de 2022

VOCES LV

 


Caía un fisco de posma, unas gotas como atontolinadas, malamañadas. Los firringallos que jugaban en los monturrios poco caso hacían, hasta que no oyeran una buena barranquera no iban a dejar los boliches, el trompo, ni la pelota atrabancada que escondían entre las vinagreras

Gritó una voz encochinada: ¡Toñín, ven pa’ casa de una vez, que me tienes harto, eres un jocicudo que hace lo que le parece, anda presto que tienes a los baifos desatendidos!


Oír “baifos” y salir enfoguetado fue todo uno ¡con el cariño que les tenía y jugando se distrajo del atendimiento! Allá fue, como un saltaperico, saltando de tosca en tosca y agarrando flejes de tederas pa' engolosinar a cabras y baifitos.

Se llegó hasta la gambuesa y los animales se le arracimaron bien contentos, son agradecidos estos condenados, pensó, mientras la sorimba continuaba cayendo y  se aguarecía en el goro ¡ay! aquí me quedaba yo calentito, por no oír el guineo de mi padre.



Texto y fotos, Virginia