miércoles, 15 de junio de 2022

La caída de Ícaro, Pieter Brueghel, 1560



Ícaro ha caído y no hay quién lo socorra. El sol se oculta en el horizonte, un labriego ara las tierras, el pastor conduce su rebaño. En la orilla, un pescador impasible espera el tirón del anzuelo. 

De Ícaro solo vemos sus piernas entrando en el agua, mientras la ciudad se adormece. Un instante entre el vuelo y el derrumbe, entretanto la vida continúa. 

Brueghel, con lucidez abrumadora pinta el fin del sueño, la ilusión ahogada en azul. Sin trascendencia, los héroes y los dioses también tropiezan y no han de salvarse.

Cuanto más nosotros, siempre al filo del precipicio sin que ningún ser del Olimpo nos proteja, ni siquiera nos conozca.



 

 

Cautiva me quedé con este cuadro en el Museo de Bellas Artes de Bélgica, lo conocía, pero no por estar frente a él.

Según últimos estudios es copia de un original pintado por Brueghel y posteriormente perdido.