Mi gato se mira al espejo. Entre
reflejos de plata, ve sus bigotes espléndidos y los triángulos de las orejas, mientras los ojos de ébano y oro le cuentan acerca de una piel sedosa, cola
juguetona y garras de fiera.
Al rey de estos pequeños
contornos le agrada la visión, volverá a mirarse dentro de un tiempo.
Consentido, sabe que tiene ganada la batalla.
Texto y foto, Virginia