viernes, 3 de marzo de 2023

Afinidad

Me asalta la ternura cuando leo Memorias del Oasis, de Nana Rodríguez Romero, escritora colombiana (minificción, ensayo, novela, poesía) que la vida me ha traído muy cerca. Sus recuerdos y vivencias son tan parecidos a los que conservo, que pareciera viví un tiempo en el mismo lugar y con idénticas costumbres.

Tengo escritas numerosas páginas acerca de mi infancia, la familia, la vecindad, las fiestas y los juegos, personajes que me llamaron la atención, años dichosos en un entorno sano y sencillo. Leyendo estas Memorias me dan ganas de dos cosas: una, continuar con la iniciativa de publicarlas junto a fotografías que conservamos desde mis padres. Otra, viajar a Colombia y encontrarme con ella para revivir la infancia que, aunque nunca tuve allí, será como si la hubiera pasado, así de vívidas son las sensaciones que me invaden: los juegos en la calle, la lluvia, el silencio de la semana santa, los pantalones cortos y unas botas de agua, una patineta que vuela conmigo encima (y tal vez acompañada por Nana), los libros de mis hermanas mayores, el cine de los domingos y tantas otras cosas gratificantes.


A miles de kilómetros, más allá del mar y las montañas, creo que fuimos amigas en algún momento de la niñez y ahora me reconforta leerla. Ya antes me admiraba su escritura (extraordinario su “Animales rotos”, como también “El astrolabio” o “Los elementos”), ahora me ha conmovido. 

Gracias, Nana, por tus recuerdos, donde también están muchos de los míos.