domingo, 23 de noviembre de 2025
miércoles, 19 de noviembre de 2025
Visión
Érase que se era un pueblo encantado. Los niños jugaban a deslizarse por los tejados, cayendo sobre suelos algodonosos. Las mujeres pintaban puertas y ventanas con los colores del arco iris, y perros, gatos y pájaros de todas clases dormían juntos. En las calles brotaban jazmines, madreselvas, caléndulas, rododendros, sin que nadie las cuidara. Los ocasos eran dorados y los amaneceres, violetas con trazos rojos. Al mar cercano se le veía el fondo tan cristalinamente como si fuera el río Umngot.
Una mañana, los habitantes despertaron y no vieron nada de todo eso. Había sido producto de un sueño.
Mi sueño.
Texto y foto, Virginia
martes, 11 de noviembre de 2025
Marvao
Como un águila en sus dominios, así se posa Marvao sobre el farallón. No vuela, ni caza, ni atisba una presa. No, ni falta que le hace. Allá arriba la villa nos ve recorrer los adarves y el castillo, las callecitas adoquinadas (blancas y negras, claro, es portuguesa), las plazas recoletas.
Una señora barre el portal y recoge nueces del pequeño jardín, un anciano con bastón cruza bajo el arco. Obreros inmigrantes trabajan en una esquina mientras algunos forasteros se embelesan con el pueblo.
Poco más, pero tanto.
Con restos romanos muy cerca, y, posteriormente, refugio de Ibn Marwan (fundador de la ciudad de Badajoz) a finales del s. IX, el lugar nos admira por su apacible pulcritud.
Tiempo después pasó al reino portugués, luego al español, para acabar definitivamente (en 1299) siendo parte de la nación lusa, gracias al rey Dinis I, insigne gobernante y sustentador manifiesto de la identidad portuguesa.
Recorremos el lugar, comemos bacalao, acariciamos un gato (nunca faltan los gatos) y dejamos el lugar con la satisfacción que seguramente tenga un águila controlando sus territorios inexpugnables, cerca del cielo puro y azul, tan agradecido de que exista un lugar como Marvao.
sábado, 1 de noviembre de 2025
martes, 21 de octubre de 2025
viernes, 17 de octubre de 2025
Solaz
Si la vecindad supiera que cada tarde juega a las cartas con el compañero ideal. No discute, no bebe, nunca se equivoca dando las cartas. En la casa más tenebrosa del condado, la anciana Rose comparte la mesa con un antiguo inquilino. Silencioso, transparente, de facciones delicadas, jugando al mus el fantasma es un portento.
sábado, 4 de octubre de 2025
Embeleso
El Pino de Casandra en lo alto de una loma. Señor silencioso que domina el paraje y la Presa de las Niñas, mientras a su alrededor vuelan picapinos, canarios, pinzones, mariposas, caballitos del diablo, alguna mariquita que se posa en mi brazo. Oí los cantos, vi sus aleteos, conversé con un cabrero bajo el calor del mediodía. Inmersa en el paisaje y en las leyendas acerca de Casandra, se me fue el tiempo y algo mío se quedó allí.
Texto y foto, Virginia
domingo, 28 de septiembre de 2025
Necrópolis de Arteara
Volver a caminar entre pedruscos, viendo túmulos aquí y allá, unos más completos, otros como amontonamientos, muchos con sólo una pared. Volver a la Necrópolis de Arteara, un territorio abrupto y ferruginoso desgajado de la montaña hace miles de años, con una extensión de unos dos kilómetros cuadrados y que sirvió a los aborígenes de una amplia zona de Gran Canaria para enterrar a sus muertos, en cavidades secas y sencillamente edificadas. Más de 800 cistas, esparcidas desde la base del risco hasta el frondoso barranco de Arteara, sombreado de palmeras y numerosos árboles frutales.
Volver después de una decena de años para repetir el impacto de caminar por un cementerio singular, un espacio sagrado y conmovedor. Volver a contemplar el “Túmulo del Rey”, que ostenta la particularidad de una posición estratégica, de manera que los primeros rayos de sol que salen en el equinoccio de la primavera sobre el Macizo de Amurga iluminan esta tumba, mientras el resto permanece en penumbra unos minutos.
Hay regresos tan enriquecedores que volveremos sin duda.
Texto y fotos, Virginia
domingo, 14 de septiembre de 2025
domingo, 7 de septiembre de 2025
Regreso
La luz me hizo dudar.
¿Era yo o mi fantasma?
¿Era yo a punto de llamar a las cabras?
¿Era yo buscando un lugar donde guarecerme?
¿Era yo al borde del risco, allí donde moraron los antiguos?
Sí, era yo. Pero no había cabras ni antiguos, solo una cueva como un arco iris. Un lugar lejano que aún mantenía el calor ancestral y una atmósfera que me hizo creer era yo en alguna vida anterior.
Así estuve un tiempo, mientras la luz alumbraba una duda turbadora.
Texto y foto, Virginia
domingo, 24 de agosto de 2025
martes, 19 de agosto de 2025
Nocturno
martes, 22 de julio de 2025
Espera
Sólo tendré que sentarme, con el futuro tan cerca se acabaron las preocupaciones, a la vista está.
Texto y foto, Virginia
sábado, 5 de julio de 2025
Sin normas
Polígonos irregulares dispuestos a romper la monotonía y educación de sus primos, los regulares. Rebeldes por naturaleza, no tienen que ver con nada predeterminado, ni ángulos, ni paralelas o perpendiculares. Van a su aire y se mezclan sin prejuicios.
domingo, 22 de junio de 2025
Presentación 20 junio 2025
domingo, 8 de junio de 2025
Era de la Abejera
Recordando una caminata de hace ocho años, larga, larga, pero magnífica.
Tendré que volver a la Era de la Abejera, echarme sobre las lajas, olisquear en las rendijas de las piedras, contemplar las estrellas en la noche fría de la montaña. Una chirrera brincará entre las jaras y las altabacas, los capirotes y los petirrojos querrán picotear algún fruto seco que habré dejado a los lagartos. Quizás vea las Pléyades, esas de las que me enamoré tiempo ha, queriendo tatuármelas en un hombro (sin valor para hacerlo al fin), polvo de ellas que soy, de las que los campesinos decían: “Por san Andrés vienen las cabrillas a beber”.
Allí arrumbada, me cantarán las piedras sones antiguos, el relente enfriará mis pies andarines y no dormiré, soñando que duermo sobre una era, mientras el sueño será que las lajas y las estrellas acarician mi cuerpo dormido. Y en el sueño que va y viene, ni duermo ni sueño, solo existo un corto tiempo sobre la historia de los antiguos. Soñar y dormir, dormir y soñar, repeticiones sin fin, sin orden ni concierto, pero ¿qué más da? Allí he de estar, con mi cuerpo dormido y soñando, levitando sobre la Era de la Abejera.
Texto y foto, Virginia
viernes, 6 de junio de 2025
Sin problema
Romeo tiene muchos recursos. Es joven, ágil y no tiene miedo. Si la familia de Julieta cerró el balcón, ya sabe por dónde ha de entrar.
Texto y foto, Virginia
miércoles, 4 de junio de 2025
Reseña generosa
sábado, 31 de mayo de 2025
Misterio
Llegamos al mediodía, nadie nos recibió, sólo vimos unos gatos echados a la sombra de un pequeño olivo, en una esquina del patio.Nos pareció una fortaleza de alguna película, un decorado reciente esperando por el rodaje.
Al atardecer, de los huecos comenzó a salir un rumor musical, una canción ininteligible pero de una placidez asombrosa.
Pasó la noche, seguimos sin ver a nadie. La soledad también nos acompañó al amanecer y, mientras recogíamos nuestros pertrechos, los gatos se asomaron a los huecos, maullando tan angelicalmente que supimos eran sus voces las que habíamos oído. Seguramente eran ellos también los que cuidaban del lugar, por algo se llamaba el Castillo de los Gatos.
Texto y foto, Virginia
Fortaleza en Túnez
domingo, 11 de mayo de 2025
Diversidad
Este no era un pez como otros. No. A él no le gustaba el agua, quería tierra, madera, ocres, tejas, calor, nada de azules ni verdes. Nadando sobre una puerta era feliz. Y se maravillaba cuando una mano agitaba el llamador.
Texto y foto, Virginia
Puerta en Túnez
domingo, 4 de mayo de 2025
Fraternidad
Viví unos años en un país de lengua extraña y signos indescifrables. Sólo pude aprender algunas palabras, todavía recordadas. Era difícil comunicarse y aun así tuve relación con un vecino que casi no hablaba. Yo, por ignorancia y timidez. Él, tanto por su carácter, como por un complejo de joroba que intentaba disimular con un aparatoso abrigo.
¿Qué nos unía, entonces? La contemplación del mar. En esos momentos, el horizonte se nos acercaba y fluía una conversación tan inusual como prolífica. Hasta que un día, inesperadamente, me mostró la aleta caudal que le recorría la espalda. No pude menos que descalzarme para que viera como mis pies se iban palmeando como remos. A partir de ahí, el diálogo se enriqueció y el mar fue nuestro.
Texto y foto, Virginia
martes, 29 de abril de 2025
Antología
Muy contenta y orgullosa de leerme una vez más en una Antología de microrrelatos. En este caso en "Del otro lado del laberinto", bajo la coordinación de Lilian Elphick y acompañada por un numeroso personal de este género, escritoras y escritores valiosos y reconocidos.
Muchísimas gracias, Lilian. A ti, a tu equipo y a la revista Brevilla, que, con tanto acierto y dedicación diriges.
lunes, 28 de abril de 2025
Satisfacciones
Mi libro sobre La Gomera lo presentamos en dos lugares de la isla.
El 23 de enero en Playa Santiago, con el mar sonando detrás y un ambiente atento y acogedor delante. Ahí me acompaño muy generosamente José Luis Hernández.
Tres meses después y con motivo del Día del Libro lo hicimos en Agulo, con motivo de las fiestas patronales en honor a San Marcos. La presentación corrió a cargo de Puri Gutiérrez, inmejorable Maestra de Ceremonias. En las primera filas los niños y niñas del pueblo, orgullosos de su librito sobre la muy interesante tradición de las hogueras que se realizan en estas fiestas.
Gracias a los Ayuntamientos de Alajeró y Agulo, gracias a la Librería Gara, gracias a José Luis y Puri, gracias a la gente que me arropó, un orgullo y una gran satisfacción.

















































