martes, 18 de agosto de 2020

VOCES XLVI

 

Le mandó un estoperón al ventanillo, que no entraba ni apenitas luz. Al estalaje del cable espichado sin fundamento tampoco le ponía mucho asunto.

Con tal de enjalbegar el muro, aunque fuera algo champurriado pero sin rastro de humaceras, todo lo demás le importaba un pito. Toleta perdida es lo que era, malimpriada mujer, siempre pendiente de machangadas en vez de irse de belingo y divertirse un rato.




Texto y foto, Virginia


4 comentarios:

alfonso dijo...

Increíble !!!

Juan L. Trujillo dijo...

Al fin puedo. me encantó la foto y la perorata, pero tengo una duda: esas "manchangadas" no acabo de entenderlas, aunque puedo colegir su significado por las brillantes y antiguas trochas por las que nos lleva tu relato.
Besos.

virgi dijo...

Vaya, vaya, ahora veo que dejé los comentarios abiertos y pasaste a verme, mil gracias, Alfonso. Es lo que tienen mis despistes, te va un abrazo enorme.

virgi dijo...

Gracias a estas machangadas y a despistarme con los comentarios, puedo ver que has venido, Juan L., dejando un simpático comentario. Muy agradecida, me asomo al balcón y te soplo un abrazo grande, grande.