viernes, 10 de abril de 2009

Ciudad en blanco y negro


Ya no está la casa que pintaba el niño.
De improviso, ha surgido una ciudad.
Líneas de edificios grises, todos con puertas y pomos.
Un árbol enorme y frondoso crece al borde del asfalto.
El sol sonríe ante la ingenuidad de las farolas.

Una niña dibuja la ciudad y sabe de qué está compuesta.
Aunque no vive en ella, conoce sus formas y colores,
quiere pensar que las manzanas también crecen allí.

Una niña dibuja la ciudad.
Con pocos trazos nos mete dentro,
a punto de cruzar la calle.
Tal vez necesita que cojamos las manzanas
y se las entreguemos a la luz del sol y de las farolas.


Dibujo de J. L., 6 años

1 comentario:

edgar dijo...

Solo los niños tienen la sonrisa ingenua de ese sol. Muy bueno el dibujo.