Unos de los objetos impresionantes -entre otros cientos a cual más asombroso- que podemos contemplar en el Museo del Oro de Bogotá es esta balsa.
Elaborada por la cultura muisca (centro de Colombia) hace más de mil años, es una delicada pieza que representa el acto en que era nombrado el heredero del cacicazgo, al que se le cubría de polvo de oro, al tiempo que arrojaban esmeraldas al Lago Guatavita, como ofrenda a los dioses.
Texto, Virginia
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