“Soy tu hombre"
No podía haber escogido mejor
título Sylvie Simmons para escribir sobre Leonard Cohen. Lo leí unos meses
antes de su muerte y ahorraba la lectura como un náufrago sobre una balsa que
sólo dispone de un paquete de galletas.
La autora, dedicada desde hace tiempo a
la crítica musical, hace un recorrido por la vida del poeta y músico y va
descubriendo parcelas, no ya nuevas, sino sorprendentes. Yo, que lo he venerado
desde que con menos de veinte años escuché las primeras canciones, me asomo a
su vida como si fuera la de alguien de mi familia más cercana que hubiera
emigrado tiempo ha, con esa mezcla de amor reverencial a los héroes, que aún
siendo míticos, creemos que tienen algo de nuestra sangre. Porque esos son los
paladines con los que soñamos, los que nos muestran que nos puede unir el
líquido vital, sí, pero más allá de eso, están las ideas, los deseos, la manera
de llevarlos a cabo, la libertad, el coraje, la lucidez, y en este caso, el
espíritu de la palabra vagando sin artificios, entre los trastes de una
guitarra y una voz grave y profunda.
Un trabajo inmenso el de esta escritora, relatando la vida y recorrido musical del siempre poeta. Desde su
infancia como niño mimado por su madre, bien vestido hasta en los peores
momentos, elegante y sensual, mujeriego
“Mi
reputación como hombre mujeriego, era una broma que me hizo reír amargamente en
las diez mil noches que pasé solo.”
Con la maquinilla de afeitar
dispuesta para usarla en los peores momentos, según consejo maternal y que
siguió puntualmente en varias ocasiones trascendentales
“Me
encontré en el escenario sin nada que hacer o decir, pedí disculpas y me fui al
camerino. Mientras, el público, respetuoso, esperaba en silencio. Recordé
entonces el consejo de mi madre y me dispuse a afeitarme. Aquello me dio
fuerzas y salí nuevamente.”
Cuenta el libro todo tipo de
pormenores desde pequeño en el seno de una familia judía acomodada en Montreal
(1937) hasta que publica el disco Old
Ideas (enero 2012), con el sobrecogedor single Show me the place, tan espiritual como una oración, y tan sencillo
como un mantra.
“La
poesía es sólo la evidencia de la vida. Si tu vida arde bien, la poesía sólo
será la ceniza.”
Las mujeres, los amigos, los
paseos solitarios de noche siendo un adolescente, las estancias en Hydra sin
luz, solamente con el sol griego iluminando la vida, el amor y la poesía, las
actuaciones, las giras, sus estancias prolongadas en templos zen, el momento en
que descubre que su manager lo ha desplumado totalmente, el maravilloso
discurso del premio en Oviedo…
“Si
uno quiere expresar la grande e inevitable derrota que nos espera a todos,
tiene que hacerlo dentro de los límites estrictos de la dignidad y de la
belleza.”
Un libro indispensable para
quienes lo llevamos en el corazón: He’s our man.
Gracias, Sylvie Simmons.
Texto, Virgi