Sube por la pared, picoteando las tejas, enamorando a las
cortinas. Como un pirulí denso, oscuro, volátil, silencioso, se mueve según el
sol y por más que con mi mano lo recorro de arriba a abajo, no puedo saber si
el negro es solo un trazo de tinta que pinta la luz sobre la pared manchada por
el tiempo, o una visión fugaz en un
momento aún más fugaz.
Texto y foto, Virgi