sábado, 30 de junio de 2012

Sin nido

Se alojó en el nido, los restos del plumón que le quedaban abrigaron su cuerpecillo laxo. Había perdido la posibilidad de volar, la de cantar, la de esponjarse en las fuentes. 

Al alba lo encontró el sol y entre las ramas entrelazadas, también dormía una carta de desahucio. 






















Fotos Virgi y Agencia Reuters

domingo, 24 de junio de 2012

Leer, leer, leer (XIV)


 

Me desperté a las 4.20 pensando en John Grant. Lo había dejado con sus dos maletas y un rifle en la orilla de una carretera desértica de la Australia más profunda. 

Disponía yo de poco más de cincuenta minutos para saber si el profesor, al inicio de sus vacaciones, encontraba la forma de viajar a Sydney con seis peniques en el bolsillo desde un pueblo donde el saludo era invitarte a una copa. 
En ese tiempo tenía que enterarme, con absoluta urgencia, como John Grant iba a recorrer la distancia desde Bundanyabba hasta el mar, su descanso, su sueño, después de haber entrado en un mundo inquietante inundado de cervezas, polvo, canguros y sangre. 




 


La dificultad que nos caracteriza para no distinguir lo adecuado de lo perjudicial se ahonda como una fosa inmensa en este relato escalofriante. Lo había empezado por la tarde de un plácido domingo y me quedé imantada a él un par de horas, sin hacer ninguna otra cosa que devorar las páginas, para retomarlo de madrugada. No podía dejar que amaneciera sin saber si John Grant era capaz de salir del pozo, coger un tren y llegar a Sydney. 

Muchas veces he sentido esta ansiedad por conocer el destino de un personaje, pero no recuerdo ninguna con tanta zozobra, como si fuera yo misma la que está al borde del precipicio y únicamente el escritor sea el que me dé la vida o me empuje al abismo. 
No hay grandilocuencias, vocabulario logrado, giros inesperados, contradicciones laboriosas del personaje, paisajes devastados o llenos de vida. 

No, sólo hay bares y gente amable. 
Y John Grant, de quien ya seré amiga de por vida. 



Fotos Virgi

lunes, 18 de junio de 2012

Voces VII



Engarapitado en los muros de la iglesia, andaste tuntuniando como un galletón consentido. Subiste allí por ver cual era el barrunto de las nubes detrás de la ermita, pero en el fondo querías presumir de ajeitado. Los chinijos te enfoguetaban desde abajo, con la magua de que te estamparas contra el suelo por chafalmeja y tortolín. 

Desarretado, en un intre estuviste a punto de desriscarte y caer sobre las pencas. Pero no… ¡diantre de chico! Engodado allá arriba, hasta tiempo tuviste de amarrarte bien las lonas y fajarte la camisa a pesar del solero.


























Desde el ventanillo, tu madre, desagallada, ganas tenía de darte un sogazo por desinquieto. ¡Vaya un papafrita! Si en el fondo eras un ñanga y algo jadario. ¿Será que ese día te columbraba la veraneanta y tú querías hacer una jairada pa’ impresionarla? 

No sé, lo cierto es que al final caíste encima del bubanguero y la vinagrera, como un pendejo. Por poco no te estrompas sobre el muro de la higuera.









Fotos Virgi

martes, 12 de junio de 2012

Lava



 Con tu cabellera de jable




peinaré mi sombra



 
saldrán tirabuzones






 y rodetes de lava.




Fotos Virgi
Lanzarote

miércoles, 6 de junio de 2012

Generosidad






¿Dónde radica la generosidad?
Pocas veces, donde esperábamos que estuviera.

Y alguna vez, alguna, nos sorprende y nos deja sin palabras, sin saber de que lugar pródigo y luminoso ha venido para quedarse.
Así, noqueada, me leo en el blog de JuanYanes, criatura veloz, radiante, que expande su sonrisa según camina por la vida.

Gracias, Juan.



Foto Juan Yanes
Blog "Máquina de coser palabras" 
No te pierdas su otro blog  "El oscuro borde de la luz II"


domingo, 3 de junio de 2012

Lanzarote


















Peces fosforescentes y el humo de la lava tan cerca.
La innata geometría de los cultivos 
entre volcanes y palmeras.
Un pecio, lejos, quizás en el fondo.
El puente, las barcas, Femés en la magia, 
las salinas, la maresía.
Arenas blancas, rojas, negras.
Tosca amarilla, siena, color de azufre.
Caracolillos, cangrejos blancos.
Viento
Viento
Viento.





 
















 para Yolanda






Fotos Virgi
mayo 2012