viernes, 17 de mayo de 2019

VOCES XXXVI



Empericosada en lo alto, no tenía otra ilusión que ver las lisas entre la tosca, los sarantontones sobre la vinagrera o algún perenquén despistado entre las rendijas del muro. Encima, jirones de nubes jugaban con guirres, cernícalos y aguilillas. 


Y ella en medio, bajo el cielo lejano y sobre la tierra paciente y generosa.



Texto y foto, Virginia