Las últimas veces que he
transitado la carretera del Teide a Vilaflor me llamaba la atención un cartel:
La Vica. Llegué a saber, hace poco, lo que aconteció en ese lugar.
En los primeros años de 1940,
unos cuantos centenares de hombres, jóvenes del norte peninsular, muchos de los
cuales ni siquiera habían llegado a empuñar un arma, sin atisbos de delitos o
crímenes en su vida, padecieron tiempos muy duros en el monte de Vilaflor.
Castigados por pensar diferente a lo que hubiera querido el régimen imperante,
fueron trasladados en tren desde el norte de la península hasta Cádiz, un viaje
inhumano con apenas unas latas de sardinas y poco más. De ahí a Fuerteventura,
muriendo muchos por castigos, hambre, enfermedades. Pasan también por Boca de
Tauce y Arafo para trabajar en las carreteras y en febrero de 1941 llegan a
Vilaflor, permaneciendo hasta septiembre de 1943.
Los restos de cabañas que hoy vemos nos hablan
y nos estremecen. Frío, malos tratos, humillaciones. Unas paredes de piedra con
techos precarios donde los componentes del llamado Batallón 91 soportaron
multitud de penurias, si acaso algo mitigadas por la solidaridad de las gentes
del pueblo, cosa que posteriormente tuvieron muy en cuenta.
Hay que caminar entre estos muros
toscos y sentir el aire de la cumbre para que se nos erice la piel imaginando
la vida de unos chicos en medio de la nada, metidos en un campo de penados solo
por creer que otro mundo era posible.
Este paréntesis doloroso entre
los pinos de nuestra isla tiene una placa que lo conmemora y un emotivo y muy
valioso documental dirigido por Ciani Martín, donde la palabra de muchos de
estos muchachos (hoy ancianos y la mayoría de ellos, fallecidos) habla de la
experiencia terrible que sufrieron. No hay en este lugar nada que explique su
significado, ni se encuentra tampoco mucha información sobre un tema tan
triste. Las sinrazones de las guerras nunca se aclaran del todo, así también el
tiempo oscuro que se vivió durante décadas en España.
Estos hombres lo sufrieron
atrozmente, honor y respeto para ellos.
“Y aprendimos a vivir en el
silencio dejando que la memoria se fuera con los muertos” se lee en el
estremecedor documental del que dejo el enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=P-7qn7c-W-4
Realizado por Ciani Martín, “Palabras de Piel”
Guripas condenados del Batallón 91 de Penados, Quicio Producciones y financiado
por ICAA y Gobierno de Canarias en 2005.
Texto y fotos, Virginia