Un cañizo, un toldo, un parapeto, una pared, una sábana desteñida, un fular como el arco iris. Algo que nos proteja del fuego celeste.
Quizás una vela surcando el mar.
Una toquilla que cubra nuestras cenizas, mientras el incendio
arrasa incluso con el hielo.
Texto y foto, Virginia