Evocación
La abuela espera a Sonia cada día
al pie de la ventana. En su pequeño apartamento al borde del Nevska, la niña encuentra
cientos de objetos, postales, fotografías, anaqueles con miniaturas, figurillas
exóticas, caracolas, libros con cantos dorados, abanicos lujosos, sombrillas orientales, estolas y guantes para todas las épocas del año.
Al separarse sus padres, enviaron
a Sonia con la abuela, sabían que la arroparía con ternura. La ausencia de la
madre la compensó aquella dama distinguida, venida a menos, refugiada en sus
recuerdos, que cada tarde le contaba alguna historia sorprendente.
Una de las preferidas era la de
las tazas. Los cantos dorados refulgían a la caída del sol y Sonia escuchaba
embelesada como apareció la primera, con un antiguo anillo dentro, una mañana
de invierno, en el alféizar nevado de la ventana. La abuela intuyó que era una
forma discreta de venderla, así que dejó unos rublos en el lugar de la taza.
Unos días después encontró otra y luego otra. Por cada taza, con alguna prenda
valiosa, dejaba algún billete trabado
con una piedrecilla.
Todas eran distintas y con rastros de uso, alguna abolladura, una
esquirla saltada, un pedacito sin pintura. Por más que se apostó detrás de las
cortinas a diferentes horas, nunca pudo ver quien depositaba las tazas.
El misterio nunca se aclaró y a
la muerte de la abuela, Sonia heredó las tazas y las prendas con la emoción de
llevarse un pedacito de su corazón. Veía
en ellas los trazos de la existencia, el paso de las estaciones, el río sin fin
de la vida y las manos añoradas saludándola a través del cristal.
Tazas, Olga Antonova
para Marie Genevieve Alquier,
por
la belleza que nos regala.
54 comentarios:
Esas tazas, querida Marie, me evocaron todo un mundo lleno de sugerencias.
Algo de él lo dejé con palabras.
Besitos
Esas tazas habían contenido...¡vida!
Bss
Los objetos se convierten en reliquias con nuestro roce... todo lo que tocamos lo rociamos con gotas de vida. ¡Precioso! ¡Como siempre! Besos
Pues sí, Gato, rebosaban vida y llegó su fecundidad hasta aquí.
Besos y besos
:) :) :)
Me alegra mucho que te guste, querida Alicia.
Son esas pequeñas cosas de poco valor aparente pero mucho para nuestra alma.
Te abrazo fuerte fuerte.
Además de las tazas, Sonia heredó el misterio que las envolvía, así que la abuela se lo dejó todo.
Me ha encantado la historia.
Besos y salud
Es que ya sabes,Genín, que la "abuelidad" tiene muchas cosas maravillosas.
Besitos
La vida en esencia.
Besos
¡Qué alegría cuando vienees, Arantza! Un abrazo y un beso.
De los tiernos tiernos.
Un texto con una ternura grande, los objetos representan sensaciones vividas y recuerdos que ahora pertenecen a la nieta, a buen seguro los guarda con cariño imaginando historias.
Besicos.
Esas pequeñas cosas que nos dicen tanto.
Ana, un beso grande
Lo bueno que tienen las cosas usadas es que tienen alma y vida propia. También tienen su historia.
Es por eso que nos resultan tan valiosos los recuerdos.
Me ha maravillado el cuadro.
Me alegra que coincidas una vez más conmigo, Tecla linda. Yo me lo apropié nada más verlo en el fb de Marie.
Y fui pensando la historia...
Mis besos, tesoro.
Belleza y ternura que susurran a la delicadeza de la vida. Hermoso el blog que enlazas!!!
Besos!!!
Bellísimo, Virginia.
Cosas y gentes eternizadas de vida. Poesía.
Beso
Esa emoción de las tazas y su historia me ha cautivado. Más si vienen de las abuelas. Seres que, si las hemos disfrutado, vemos reflejados enteramente en esta preciosa historia de ternuras, afectos y recuerdos. Esas tazas me llegan al alma y unas sobre otras apiladas me transportan a sitios muy similares y reconocidos en los recuerdos. Un amor en cada uno de los pequeños objetos hechos recuerdos. Un placer de nuevo leerte.Llena mi alma y aumenta mis sentidos. Gracias. Un fuerte abrazo.
Concuerdo con Tanci, muy cautivador el relato, evoca recuerdos, sabores y aromas. No sé explicarlo. Es nostálgicamente dulce.
Bellas obras.
Si las tazas hablaran nos contarían mil historias.
Bello querida Virgi.
Besos.
Estas tazas te han inspirado una historia maravillosa.
Hay objetos que marcan nuestras vidas. Objetos, acaso pequeños e insignificantes para otros, pero para nosotros tan grandes...
Besos
Ayyyyyyyyyyy!!! Que me hace pensar en mi abuelita y en las pequeñas cosas que heredé!!!
Un abrazo.
Que ternura, en relato y fotos, Virgi.
Lindo el blog de tu amiga, aunque lo miré rápido. Estoy saludando a los amigos de siempre, a mi regreso, y son muchos a los que quiero llegar.
Un beso
Qué imaginación tienes para poner palabras a las imágenes...
un beso!
Nunca un título fue mejor elegido para una historia: Tus imágenes escritas y gráficas, evocan con ternura, ese pasado que no volverá, pero que vive dentro de cada uno de nosotros que leemos.
Un abrazo fuerte.
Leo
Hasta ganas de ir a Rusia me dieron. Hermoso, algo melancólico, relato, querida Virgi.
Un abrazo
Ganas tengo yo de ir a San Petesburgo, querida Marichuy. Pero estamos en épocas difíciles, será en la próxima reencarnación?
Besitos para ti.
Y para todos, tan gentiles.
Y abrazos abrazos
Las tazas me han recordado a las "Matrioskas", y es que todo lo bueno que podemos legar cabe en el interior de la más pequeña.
bsÖs.
objetos con alma, con historias...
Historia con varias interpretaciones imaginables... He buscado a Geneviève y no es mayor la belleza que ella nos regala que la que nos regalas tú.
Mil gracias, Diego, chico caballeroso donde los haya.
Besos y besos
¡Vaya, Bohemia, cuánto tiempo!
:) :) :)
Y a ti por la belleza que desprende este acogedor y entrañable sitio.
Besos
Vas muy rápida, Virgi, ya ví que colgaste otra cosa.
Una tierna historia que me transporta a cuentos de la infancia y a un cuento dentro de otro cuento.
Besines para ti.
(volví al de la sombrilla, ciertamente bello)
Intento liberarme de colgar con determinado tiempo entre una entrada y otra. Igual que a veces suprimiré los comentarios y otras los contestaré todos o algunos...en fin, quisiera tener más libertad con el blog de la que tengo.
Maria, besos
Y en cada taza, un sorbo de existencia, de ternura y de recuerdos.
Besos, guapa!!!
Sorbitos que algún día compartiré contigo, chica hermosa.
Gracias, cielo, gracias.
Un relato bonito y un enorme detalle dedicárselo a alguien.
Besos
Besos, Ginebra, guapa.
Me recordaste a una abuela así, encantadora, dulce, cariñosa, siempre enseñándome antiguallas y secretos cautivadores.
Besines muchos
Un relato delicioso, Virgi, e ilustrado con imágenes bellas y evocadoras.
Esas tazas que aparecen en la ventana...unhmm, ellas solas dan para un cuento.
Un beso,
Ya me hubiera gustado de disfrutar algo así...serápor eso por lo que me lo imaginé.
Pues besines
¡Ay, qué linda y entusiasta que eres, mil gracias otra vez!
Y muuuuuuuuuuchos besos!!!
El arte en los objetos más comunes y de mayor uso, tal como en una taza :), es lo ideal para disfrutar de los pequeños momentos.
El relato entrañable de Sonia se hizo permanente cada vez que encontraba una taza radiante, logrando revivir la memoria de su abuela.
un abrazo :)
Esi, tesoro, gracias por venir hasta el alféizar.
Y un tazón de beeeeeeesos para ti!!!
Pues no sé como se me escapó esta tiernísima historia. Además he aprovechado para repasar otras. Ese lado tuyo de escribir acerca de imágenes siempre lo encuentro muy atractivo.
Acabo de recordar el del patinador en un lago de Gales (?) o el de la chica con las chimeneas detrás.
No era en Gales, apreciado Edgar, sino en Edimburgo, pero da igual, lo lindo es que recuerdes estas cosas.
Gracias una vez más.
Abrazo gordo.
Hay tanta sutileza en esta entrada que he entrado de puntillas, para no romper las tazas.
Besos.
¡Qué ocurrencia de tipo inteligente! me has hecho sonreír con profundidad, sí, de veras.
Te aplaudo yo ahora.
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