La casa tenía una pauta
inalterable, solo se podía entrar de tres en tres.
Allá se fueron Los 3 Mosqueteros,
los Hermanos Marx, el Trío Los Panchos y el Trío Calavera, cualquier clase de
triángulos, las acículas del pino y las Tres Gracias, las pirámides de Egipto,
las cruces de un Calvario, los tres puntos por donde pasa un plano y solo uno, el
Triángulo del Verano, Anais Nin con Henry Miller y June, Lou Andreas con
Nietzsche y Freud, las tres patas de un banco, el trío de ases del mejor tahúr.
Lo que pasó dentro ya es otro
cantar.
Texto y foto, Virginia