Que si pinta la casa de ocre y
las ventanas verdes. No, no, mejor de blanco y la madera azul. De eso, nada,
quedaría precioso de gris ratón los muros y rojo inglés en los huecos. Ni se te
ocurra, un verde pistacho y blanco marfil es lo más fino.
No sé qué habrá decidido al
final.
Detalle de fachada en Quedlinburg