jueves, 26 de septiembre de 2019

Desde siempre, el cielo


Un objeto pequeño, redondo, verde con el sol, la luna y muchos puntos de oro. Un disco de bronce que se considera la representación más antigua del firmamento: el disco celeste de Nebra.




Se encontró casualmente en el monte Mittelberg (estado alemán de Sajonia-Anhalt) en 1999, y después de algunas peripecias, reposa en silencio y casi completa oscuridad en el Museo Prehistórico de Halle, cerca del lugar del hallazgo. Envuelto en un halo de luz que solo ilumina la vitrina donde se expone, el disco transmite una sabiduría que pone la piel de gallina. Sus 3600 años hablan del  cielo, de las hipnóticas Pléyades (deseo de tatuármelas tuve un tiempo), de los equinoccios y los solsticios. Y seguramente de algunas otras cosas desconocidas para nosotros y útiles para las gentes de ese momento.

Quizás era solo un objeto ritual, una bellísima y original posesión, un tesoro de inigualable valor, pero lo que es indudable es que representa un grado de conocimiento del cielo que desconcierta a los estudiosos.

En la soledad de la sala, custodiado de cerca por dos espadas, dos hachas y unos brazaletes que también se encontraron junto a él, el disco de sonrisa dorada nos habla de tiempos lejanos, en los que ya el ser humano miraba mucho más allá de sí mismo.

Texto, Virginia
Imagen, internet