Una vela, quizás un quinqué. El
pañuelo anudado envolviendo unas monedas. Tal vez una foto amarillenta de
alguna abuela de traje negro y gesto serio, junto a unas florecillas secas.
Poco más. Excavadas en la tosca,
elementales repisas, ménsulas minimalistas en tiempos de escasez.
Al calor de la cueva, la puerta
aún guarda latidos de antaño.
Texto y fotos, Virginia