domingo, 13 de diciembre de 2020

Rendición

 

El Arcángel arroja con furia su lanza justiciera. Cruza el arma santa los celajes infinitos, atraviesa cirros, cúmulos y estratocúmulos. Pasa cerca de águilas, cóndores, buitres y ánades. Sorprende a cernícalos, gaviotas, cormoranes, palomas mensajeras. Entra en el bosque, acariciando acículas, hojas relucientes de hayas, álamos, alcornoques. La ven pasar mariposas, gorriones, palomas mensajeras, búhos y codornices.

Como una flecha eterna, atraviesa un tejado y se incrusta en las baldosas frías de una casa sin vida. Allí, en medio de la fronda soledosa,  no habrá de develarse por las injusticias.


Texto y foto, Virginia