domingo, 31 de mayo de 2020

Veneración







El Teide, esa montaña fiera y arrogante, el tercer volcán más alto del mundo si lo midiéramos desde el lecho marino, se alza en medio de la isla, y nos regala cada día su imagen imponente. 
A los pies, tajinastes, y hierba pajonera, magarzas, rosalillo de cumbre,  violetas y  retamas, codesos o alhelíes, lo perfuman y lo adornan, en señal de respeto.



Yo voy,  lo miro y lo admiro. Como a un padre gigante, lo reverencio, y me quedo con su perfil de fuego, de lava y basalto, mientras el cielo protege su cuerpo inmenso.







Texto y fotos, Virginia