viernes, 13 de abril de 2018

VOCES XXX



Vestido medio a la chamberga salió con las claras del día y traspuso entre los gochos y las chapas repletas de verodes, magarzas, tajinastes.
Algo se trae entre manos, pensó la hermana, un fisco de chica, fijona y lisardilla. Si está acabantito de levantarse, ni tiempo ha tenido de tomarse la leche con gofio.
No se atrevió a pegarle un grito, no sea que con lo malajeitado que era, mirando pa’trás fuera a pegarse un costalazo en medio las pencas, que buenos finchos tenían.


Lo columbró algo después entre los escobones y las tederas floridas, caminando ardiloso como si tuviera un negocio secreto o una cita repentina. Imposible, con lo babieca que siempre fue, esmorecido y de semblante rebencudo, no le cuadraba ni lo uno ni lo otro.
-¡Salpica pa’llá!- le había dicho en el quicio de la puerta. Y ella, que era una menuda todavía, solo se atrevió a golifiar detrás del ventanillo, mientras pensaba: “A ver si lo emborcan bien, por fachentoso”.























Texto y fotos, Virgi