sábado, 21 de octubre de 2017

Deslumbrante Gran Canaria




Había estado en Las Palmas un par de veces de jovencilla, pero empecé a tener interés en conocer el resto de la isla pasados unos años, asombrándome ante sitios tan interesantes como el Cenobio de Valerón, las Cuatro Puertas de Telde, los restos del Agujero de Gáldar, el Barranco de Guayadeque o el  fabuloso Museo Canario (un espacio al que siempre vuelvo fascinada), lugares a los que tiempo después llevamos a mi madre, tan interesada y curiosa como era por aprender de todo lo posible.

No vine a saber sino bastante más tarde, en sucesivos viajes, la cantidad inmensa de zonas con un altísimo interés arqueológico que tiene la isla; unos que ya he visto, otros que me faltan, alguno que no sé si podré, dada la dificultad que hay para hacerlo, como es el extraordinario Risco Caído (propuesto recientemente para Patrimonio de la Humanidad), al que llevo queriendo visitar ya dos años sin éxito. Y otros de los que –seguramente- aún no tengo ni idea que existen.
El Maipés de Agaete, con cerca de medio millar de túmulos de diferentes formas y tamaños, todos ellos sobre una colada lávica, es realmente impresionante.
Igual de sorprendente, pero entre un maremagnum de rocas y piedras, es la Necrópolis de Arteara, con más de mil enterramientos, alguno de ellos tan especial como el que iluminan los primeros rayos del sol en una fecha determinada.
La extraordinaria Cueva Pintada de Gáldar, uno de los yacimientos más importantes de Canarias, por sus dimensiones y hallazgos, y sobre todo por las pinturas de la propia cueva, únicas en las islas.
La Cañada de los Gatos, en Mogán, con los restos de un poblado prehispánico de más de 1.600 años de antigüedad, con casas, cuevas y estructuras funerarias.
La Fortaleza de Ansite, de la que se dice (aunque hay otras teorías menos románticas) que fue por donde se despeñaron Bentejuí y Tazarte antes de ser capturados por los conquistadores, al grito de ¡Atis Tirma!
Los Caserones de La Aldea, los grabados del Barranco de Balos, los poblados de Tufia y El Castillete, Roque Bentayga o las espectaculares cazoletas de algún lugar de la costa, son varios de los que tengo en la lista de preferencias, esperando una oportunidad que no dejaré pasar desde que pueda.

Lo que es indudable es la riqueza patrimonial de la isla, en contraposición a otras, como mismamente Tenerife, que no puede presumir de esa cantidad enorme de lugares tan interesantes. Tenemos por aquí un precioso tagoror en Teno, que no tiene ni un maldito letrero que hable de su historia e importancia. Estaciones de cazoletas en muchos riscos y roques, grabados en San Miguel, Aripe, Masca, Granadilla. Restos de cabañas y refugios pastoriles repartidos por toda la isla. La Piedra de los Valientes o La Medida del Guanche. Cuevas en barrancos que aún conservan sus paredes protectoras y algunos otros espacios repartidos por aquí y por allá.
Pero poco (y nada cuidado) comparable al poderío que exhibe nuestra isla de enfrente, toda una variedad de habitáculos, bien construidos perfectamente, bien aprovechando numerosas oquedades del terreno, incluso como graneros y santuarios. Poblados trogloditas, pinturas, enterramientos, túmulos de todo tipo, cuevas labradas, estructuras diversas que nos hablan de un amplísimo patrimonio.
Aquí cerca, a un par de horas.
Gran Canaria, tan hermosa, tan rica, tan variada. Un lujo a nuestro alcance.

















Texto y fotos, Virgi


14 junio 2017

  


6 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Qué bonito todo lo que cuentas e ilustras. Canarias es algo pendiente en mi vida.
Besicos muchos.

virgi dijo...

Pues ya sabes, Nani, si te decides, aquí me tienes para acompañarte a un par de sitios que te gustarán. Besitos y gracias por estar pendiente.

Genín dijo...

Que maravilla todo, me encantó la casa que hizo tu abuelo, lo que me maravilla es el sabor a trabajo y sacrificio que tiene todo, en un entorno tan hostil, tan yermo, todo lo hay que currar mucho...
Besos y salud

virgi dijo...

Gracias, Genín. Por venir, por tus palabras, por tu fidelidad aunque yo no te visite ni abra los comentarios. De veras, MUY AGRADECIDA, se ve que eres un sol de criatura, ya te lo he dico, pero sigo. Me alegra también que te haya gustado este post. Un abrazo y muchos besos, campeón.

Alfredo J Ramos dijo...

Y un lugar que no citas pero guardo en mi memoria como una luz (y en mi espalda en forma de manchas de una insolación): la playa de Güigüi. Un lugar único.
(Hacia timpo, en estos tan raros, querida amiga, que no me pasaba por acá. Veo que sigue el buen pulso, que no decaiga). A.

virgi dijo...

Hola Alfredo, gracias por acercarte hasta este blog que aún mantengo, pero en el que no suelo abrir ya los comentarios, pues no sé la razón, pero me resulta complicado contestar y visitar otros. Nunca he visitado Güigüi, una lástima porque todo el que lo hace cuenta de sus maravillas, a ver si lo hago algún día. Un fuerte abrazo.