Decidido a cambiar de vida, abrió el armario y la poca
ropa que tenía la metió en la caja que aún guardaba de la televisión, comprada
para su novia en la última navidad. En la zapatera, sólo dejó los tenis, le
recordaban los buenos tiempos en que hacía deporte. La renqueante puerta de la
alacena le dejó ver alimentos caducados, latas de sardinas oxidadas, un par de
estanterías con manchas de aceite y paquetes de pasta a la mitad. De un par
de manotazos, lo echó todo en otra caja, la del ordenador que habían cambiado
antes de que se largara. Del anaquel del baño, todo la recordaba, hasta el
espejo, así que, con inusitada parsimonia, lo descolgó, arrastrando al suelo lo
que tenía encima.
En la solana, con los cubos sucios y los trapos
retorcidos, hizo un paquete, hasta los productos de limpieza le olían a ella.
Se sentó en el sofá, ya había
quitado las fotos, las
copias
expresionistas que a él
nunca le gustaron, los
ridículos bibelottes
que
traía de sus viajes
y que tan orgullosamente
le enseñaba.
En la habitación casi vacía, se colaba una iridiscencia luminosa por las
persianas chinas. Éstas no, éstas las había comprado él hacía poco, unos días
antes de su marcha. Ahora, la luz y sus sombras jugaban a distraerlo. Cerca
de la puerta, los bártulos que había ido amontonando parecían quejarse, un
rumor de tristeza se colaba entre las rendijas de los cartones.
Le resultó fácil hacer limpieza, más difícil sería
empezar de nuevo. Sin ropa, sin comida, sin pasta de dientes, sin un zapato
decente con el que ir al cine. Luego, la segunda fase, esa en la que tenía que
olvidar el aroma de su piel, el taconeo por el pasillo, las discusiones por
naderías y las ensaladas de fruta a medianoche.
Y más tarde, lo peor, encontrarla en la oficina, tocar en su puerta y, sin que ni siquiera lo mire, dejarle el café con sus pastas preferidas, justo las que él le regaló a poco de conocerla.
Ahí radicaba su mayor disgusto, ver de reojo el sillón
giratorio donde se sentó durante años, la mesa antigua que trajo del rastro e,
incluso, dominando el despacho, el paisaje pintado por su ex mujer, a la que
dejó plantada cuando contrató a quien ahora le pedía los extractos de las
cuentas, un zumo a media tarde o los índices de la bolsa.
Fotos y texto, Virgi
60 comentarios:
Me ha encantado, cómo va pasando el tiempo por los objetos que se amontanan en la mirada de la soledad, la persona contratada que aparece al final es un enigma.
Es que somos un enigma incluso para nosotros mismos, querida MJ, no te parece?
Unos besotes.
G E N I A L, Virgi. Sí, así de bueno.
Un nuevo abrazo admirado junto a mi cariño de siempre
Querida Patricia, esas mayúsculas son un piropo enorme, mucho más que su tamaño.
Gracias y muchos besos.
Siempre es necesario un reajuste. Sobre todo cuando hay tanto que limpiar.
Me encanto el relato tan bien descrito. Se vive.
Besos Virgi un gran abrazo.
Para hacer limpieza del todo... arrancarse el corazón y echarlo a la papelera del despacho... luego, lentamente, bajar en el ascensor hasta el sótano de la memoria.
Magnífico relato.
bss
Me has dejado sin palabras...
¡Una maravilla lo que has escrito!
Besos y salud
Pobre hombre, Virgi, debería cambiar de trabajo, además de esa limpieza salvaje y reparadora...
...Pero antes regalarle a su amante o ex amante, que no lo tengo claro, lo bibelottes que coleccionaba su exmujer. Eso si que sería una venganza sibilina por haber ocupado su querida mesa de despacho y encima ni mirarlo siquiera.
Virgi, no sólo haces poesía ilustrada con tus fotos sino que escribes de cine. Me ha encantado el realto.
Un abrazo,
Pues le está bien empleado, al final la segunda se quedó con todo, por bobo.
Da gusto leerte paso a paso.
Abrazos
Y si la limpieza es a fondo, querida Aída, mejor que mejor, antes saldremos del pozo.
Un besazo, guapa.
Sólo un poeta como tú, podía escribir esa sugerencia, Gato querido. Eres total.
Te beso con admiración.
Bueno, Genín, bueno, tampoco es pa' tanto, chiquillo. La maravilla es como somos los humanos, a veces tan generosos, otras tan ilusos y siempre tan incompletos.
Besitos muuuuuchos.
Buena idea, Tesa, no paras de darle al coco.
Sí, estaría bien dejarle todas las cosas de su ex encima de la mesa. Si me lo encuentro se lo comentaré;) ;) ;)
Un abrazo de los grandísimos.
Es que el amor, Isabel, nos ciega. Y así nos va, sin tener vista sino para lo que acontece a un palmo de nosotros.
Beso, sonrisa, abrazo, achuchón.
Nuestras decisiones traen consigo sus consecuencias... aunque a veces nos creamos que las maletas van a estar siempre en la parte alta del armario. Un beso
Muy bueno lo de las maletas y el armario, no se me había ocurrido, pero lo entiendo más de lo que te puedas imaginar...uf!
Alicia, un beso con sonrisas.
Que bien relar
tas ese duro trago en el que se produce una autentica metamorfosis. Cuantos pequeños detalles que ayer eran cotidianos sabemos que no volveran jamas, incluidos esos olores especiales que identifican a cada uno....y que son irreproducibles.
Desde luego la muerte en vida es un autentico trago, aunque lo decida uno....
Las imagenes preciosas y muy ajustadas.
He leido el libro de Marai, los otros no....los anoto. Un abrazo
Ay, como nos cuesta cambiar de piel!
Fácil resulta liempiar los cajones y vaciar armarios, lo difícil es abrir el corazón y dejar volar el alma rota.
Besos
Sin duda lo peor es ese encontrarse cada día a la que, además de destrozarle, el corazón, la confianza, la existencia..., le quitó hasta su puesto en la oficina.
Menuda "sabelotodo". Menudo negocio...
Besos
Supongo que la Tv era de las antiguas, los embalajes de las modernas dan para poco.
Es curioso como objetos y relaciones está interconectados más allá de lo que parece a simple vista.
Un relato con sabor integral.
Besos.
Vaya reajuste. Una nueva vida, al parecer, totalmente ganada a pulso.
Un beso , querida Virgi
Yo... lo que diga Tesa...
El caso es que no debiera decir nada, para que no me riñas.
Con la segunda foto, ampliada, ilustrarías muy bien el post, pero no quiero decir nada.
Las otras fotos son estupendas, sobre todo, esa diagonal rompiendo doblemente la verticalidad de nuestras existencias.
Y si, Tesa lo dice, escribes divinamente.
· B d S
· CR · & · LMA ·
Y a veces hay que cortar por lo sano... Un abrazo.
como dijo una comentarista, lo difícil no es limpiar la casa de objetos, sino el corazón de recuerdos.
Vivimos porque podemos elegir, lo que hay que saber encajar es la responsabilidad ante las malas elecciones, ¿no crees?.
El relato es cojonudo, si se me permite esta expresión.
Besos
Mira Víctor, será que algo de eso me ha tocado vivir (es que ya soy mayorcita, eh?) y lo relato casi casi...
¡Ay, el amor y sus líos! Demasiados imperfectos somos para que las cosas vayan sobre ruedas, sea lo que sea.
Un fuerte, refuerte abrazo.
De piel, de actitudes, de casa, de relaciones, de apegos...
Anuar, un beso.
Tú lo has dicho, Arantza, qué complicado alzar el vuelo y verlo todo desde arriba y fríamente.
Besitos, cielo.
Gente con las ideas claras, Trini, el corazón duro y las piernas preparadas para escalar donde sea.
¡Que me den unas clases, porfa!
Abrazo laaaaargo y sonriente.
Ja ja ja..Nómada, seguro era de las viejas...o quizás era tan previsor que tenía guardada alguna caja desde tiempos inmemoriales.
Un besito, me has hecho sonreír después de lo de Trini.
(¡Jo, qué lata, se duplican los comentarios!)
Querida Marichuy, por ahora se la va ganando, a ver si no le puede la "jefa".
Besitos besitos
Ñoco, tus sugerencias me las tomo muy en serio siempre, porque son de alguien con sensibilidad y un ojo fabuloso.
Pero te explico:
Yo soy básicamente visual. Generalmente las cosas que escribo empiezan por ahí, como cuando una foto que yo haya hecho me sugiere una historia. Luego voy buscando fotos y escribiendo, o al revés, de forma que las imágenes para mí son importantes en la historia. Debería, seguramente, ser menos rígida y dejar que el relato volara solo, quitarle alguna imagen que le estorbara, como en este caso (porque entiendo bien lo que dices, eh?), pero me aferro a ellas como si yo misma las necesitara.
En este caso, p.ej., el pasillo con despojos la hice hace cuatro años en Dublín y le tengo cariño. La primera es un amanecer en Zamora hace dos veranos...y así...
En fin, que gracias y que sepas que tengo en cuenta tus observaciones.
Y besos y cariños montones también.
Y si es con machete, mejor que mejor, apreciado Darío.
Besos y besos, Joven.
¿Y cuando se van sumando las malas elecciones, querida Ginebra? En fin, todo es un aprendizaje y no tenemos sino la opción de seguir adelante, aprendiendo de lo que hemos vivido.
Un abrazo gordo, querida.
...pues yo lo que diga Tesa y ñOCO ... yo te diré que limpiar y deshacerte de lo viejo de vez en cuando va de lujo.
Me ha encantado Virgi
Abraçades
Siempre quedan, atrancadas, cosas de las que es imposible desprenderse, por mucha limpieza que se quiera hacer... Son esas cosas que quedaron enganchadas en el alma...
Un abrazo, amiga
Hummm, esta historia tiene miga como para una segunda parte: La venganza del "botones" desp(a/e)chado. :))
tD1b, Virgi.
Esas chicas de armas tomar confunden el amor con el poder. Tiempo al tiempo, todo lo que sube, cae alguna vez.
Besos
¡Pues no soy yo nadie pa' una limpieza y una reorganización, Esmeralda! Pero hablando de relaciones ya la cosa cambia. Así que entiendo al prota :)
Besitos, linda.
¡Ah, qué poético, Antiqua! Aquí sí que no cabe respuesta posible, es tan bonito lo que has escrito! Un abrazo
...hummmnnn...hummmnnn...me dejas cavilando, Volvo...no estaría mal darle la vuelta a la tortilla...hummmnnn
Y si lo hago, el título ya me lo has puesto en bandeja, je je.
Besitos sonrisas besitos
Ahí, ahí, Edgar, es lo que deseamos en estas situaciones. Lo mejor: que el chico no se nos quede colgado de esta historia.
Abrazotes
Bueno… los chicos tienden a superar rápido las cuestiones de faldas, peor será el arreglo de su malherido orgullo…
bsÖs, Virgi.
Alguna historia conozco que repite casi punto por punto los pasos del relato. Me ha gustado especialmente el detalle de las cajas. Besos.
Siguiendo a Alfredo también yo conozco algo bastante similar. Pero ahora se ha rehecho el chico y las tornas han cambiado.
En fin, que me gustó. Y mucho.
Seguramente acabará dejando ese trabajo, nada peor que te mande quien ya no te quiere, no crees, Sole?
Besos y más besos
Pues yo conozco algún caso bastante parecido, Alfredo.
Y es que el amor y sus circunstancias no es tan diferente en unos y otros casos.
Gracias por venir, un abrazo.
Pues eso, Mar, que parece que vamos coincidiendo. Besitos y un achuchón fuerte.
Pobre chico.
Después dicen que somos las sufridas, ¿podrías preséntarmelo?
A la espera te dejo un beso.
¡Ah, ya quisiera yo conocerlo! En fin, si tengo la posibilidad, me acordaré de ti con toda certeza.
Besos, Salambó, besos
Lo primero que he pensado: ella, una trepa que buscaba ascender y encumbrarse a costa de enredar al jefe para más tarde, despojarle de su cargo... pero puede que no fuera así, que ella tuviera más cualidades que él, que su relación estuviera abocada al fracaso y que él fuera una persona desesperante y tediosa, incapaz de convivir con nadie. Ya está bien de pensar solo en estereotipos y tener ideas estandar e invariables jajaja
Me encantó la lectura.
un abrazo
Es cierto, sin saber mucho de las historias, rápidamente nos ponemos a emitir juicios. quizá la chica no es tan canalla com él cree y el joven no sea tampoco tan buena gente.
Gracias, Esi, por venir hasta aquí, después de tu desconexión.
Muchos besos y abrazos
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