domingo, 30 de abril de 2017

Déjà vu


Se despertó para ir al entierro. Era jueves y no sabía bien quién había fallecido. Sólo recordaba el altavoz anunciando una muerte. Con prisa, se vistió, salió y pagó un café en el bar de la plaza. En ese momento el cortejo fúnebre iba por la calle. 
Alcanzó a ver a su mujer, sus hijos, sus hermanos, algunos sobrinos. 

Imposible que él fuera el muerto, llevaba enterrado más de diez años.



Texto y foto, Virgi