Un frontón particular
Un ventanuco siempre cerrado
La prohibición, que, de tan clara, parecía imposible
Allí vivía la anciana, rodeada de gatos, decenas de
gatos. No le importaban los maullidos, los gatos eran dueños y señores. De
niños no quería saber nada, incluso, una chiquilla que le hacía los recados,
pasaba desapercibida entre bigotes, zarpas, ronroneos y orejas puntiagudas. Un
día murió la vieja dejando en su testamento que ni enterrada ni incinerada, que
la niña encerrara a los gatos con su
cadáver para que la devoraran.
Y así fue. Hoy la casa, toda ella, maúlla algunas noches
y ya ningún niño juega cerca, las pelotas corren en otras plazas, ni hay quien abra
la ventana. El letrero sí, sigue en pie,
pero nadie se atreve a desafiarlo.
Fotos y texto, Virgi
90 comentarios:
Impresionante tu relato Virgi. Como siempre tus letras y tus fotos impecables y preciosos, pero hoy me has erizado la piel. Jeje, eres fascinante y me encanta leerte.
Besicos muchos.
Supongo que luego vivió en cada uno de los gatos de alguna manera, así como lo hizo en quienes conocieron la historia al punto de no volver a acercarse por allí. No fue una forma de morir común y corriente y con ello en algo trascendió.
Besos Escritora!!!
¡Qué curioso relato! Vengo del blog de Rosario...y te saludo y sigo.
Primero reí con ese increíble letrero tan clarito y en varios idiomas, para enseguida ponerseme los pelos de punta imaginando a los gatos devorando el cadáver de la anciana...
Besos y salud
Lo de fascinante me ha encantado especialmente, querida Nani, de veras de veras.
Más besos para ti.
Exacto. Ahora los gatos son ella y ella está en cada maullido, en cada rabo, en cada mirada felina.
Un abrazo, estimado Aristos.
Gracias por venir, Francisca, bienvenida.
Un beso
Bueno, Genín, es que a ti lo de reír creo que no te cuesta.
Luego, el giro ya se presta menos, no?
Salud y besos.
Mucho de todo.
Al menos el cartel no tiene faltas de ortografía... Yo pa mí que lo han escrito los gatos para preservar ese espacio tan suyo de las deposiciones humanas. Besazo, Virgi.
Un buen maullido agradecido para ti.
Sí, quizás así sea, los gatos son más sabios de lo que parece, querido Diego.
Impresionante, Virgi. Esa ventana cerrada y esas huellas en las paredes, junto al infinito vacío de una casa en la que algún día reinaron los gatos.
Creo que la anciana lo que quiso fue seguir viva dentro de lo que más amaba.
Tenemos que perdonarla
Son tan encantadores estos mininos.
Es tan trascendente morir, que cualquier cosa que se nos pase por la cabeza debe de ser disculpada.
Un poco truculento y triste, pero hay cosas que después de pensarlas tienen su lógica.
Besos.
Ha de ser que el alma de la vieja está repartida en cada uno de los gatos... Y nada de prohibiciones!!! Un abrazo.
Auch, qué historia, querida Virgi,
Y con lo que a mí me gustan los gatos. Me encantan.
Un abrazo
Ciertamente, Tecla, si pudiéramos morir a nuestro gusto, sería algo a respetar. Ojalá fuera factible.
Un abrazo, querida, bien grande.
Bueno, Pamisola, así me salió según iba viendo las fotos, ellas me iban dictando la truculencia (ja ja, buen adjetivo).
Besitos
Of course, Darío, prohibir, lo menos posible, aunque estemos rodeados de ello.
Besotes, Joven.
Y a mí me chiflan, aunque no tenga ninguno. Estos días estuve con una amiga que tiene uno y me quede enamorada de él.
Besitos, Marichuy, :) :) :)
Una delicia esta conjunción del relato y las fotos. Muchas gracias.
No sé cómo lo haces, pero siempre me sorprendes con ese saber mezclar todo como en un sabroso guiso que nos sorprende y alimenta.
Abracitos
¡Vaya, tremendo honor, sr. Pedro Glup! Visita y comentario, digo.
Las gracias son las mías hacia usted.
Besos, sonrisas.
Isabel, linda, el guiso y sus ingredientes me los invento a base de las fotos, un poco de imaginación y otro poco de aprendizaje de los demás.
Un abrazo enorme y gracias gracias.
Me encanta el relato, Virgi. Es muy bueno.
¿Qué tendrán algunas viejas con los gatos y algunos gatos con la inmortalidad? Te aseguro que también me preocupa y me ha llevado a escribir sobre ello (el último relato de "Linaje oscuro").
Ahora, tras leer tu relato, medito que este final que le das es apoteósico. Algo así hubiera quedado de fábula en "El reino de los gatos".
Felicidades, reina.
Un besazo.
Qué macabro.
Eso si que es amor incondicional.
Muy bueno
Besos
sí, realmente el cartel es explícto. En cuanto a los gatos, prefiero a uno solo que a una manada. Se vuelven un tanto confiados e impertinentes. A veces...
Un abrazo.
sí, realmente el cartel es explícto. En cuanto a los gatos, prefiero a uno solo que a una manada. Se vuelven un tanto confiados e impertinentes. A veces...
Un abrazo.
Quién se atreve a contradecir a los gatos...
Me gusta el sabor que le das a tus letras cuando escribes
Este comentario tuyo, muy querida Isabel, es de lujo para mí. Y al recordarme tu relato, también imaginé al niño con aquellas tías tan extrañas. Gracias por tu consideración, un abrazo muy satisfecho.
Amor incondicional... ¡ay, Trini, si es a este precio, pues no sé..!
:) :) :)
Y besos, linda.
Y muy evocador el cartel, no, Moderato?
Aunque los carteles suelen estar para saltárselos, ciertamente.
Besotes y gracias por tu doble visita :)
Según, Pedro, si no están muy cerca...
Besitos
Mi agradecieminto por tu visita MuCha, ire a devolvértela, besos besos
Pero bueno!! Vaya con los lindos gatitos... Por una parte me ha venido a la memoria aquel anuncio añejo en defensa de la protección de animales y para que se les cuide que decía como eslogan "ellos nunca lo harían".
Y sin embargo esto tiene un aroma muy especial. La señoira sabía lo que hacía, seguro. Y los mininos guardarán en sus ojos, junto a la mirada felina y gatuna, algo más. Solo hay que mirar...Estupendo y estupendas fotos. Un abrazo
en el pueblo de mi padre había un frontón idéntico ;)
me ha encantado la historia, esos cabrones felinos siempre parecen ocultar cosas horribles, ¿verdad?
los gatos podrían devorar la soledad y digerirla perfectamente pues la conocen. Nadie es capaz de ensimismarse como ellos. Eso no les impide ser sociables y afectuosod cuando quieren, aunque, eso si, siempre independientes.
Un relato con un doloroso toque de humor negro. Bonitas fotos, lindos gatitos inocentes y sorprendente relato.
Besos, Virgi.
Muy complaciente, V., y un placer tus visitas. Me da que te llevarías bien con los gatos y su agudeza. A mí me encanta y siempre estoy por tener alguno.
Besotes y maullidos cariñosos.
Beauséant, los gatos tienen tantas vidas que es normal que escondan mucho más de lo que imaginamos.
Besos
¡¡¡Imposible comentarte con ese dichoso código!!! Lo siento un montón, ¿no podrías solucionarlo?
Muy querido Mateo, sé todo lo bien que te relacionas con estos animalitos, no en vano, has tenido una preciosidad muy cerca, elegante y con clase.
Los gatos tienen un atractivo especial, un plus.
Un abrazo, amigo.
Me llevo bien con mi gato y su agudeza. Acertaste.
Terrible festín. Tampoco yo me atrevería a entrar en esa casa. Besazos, querida amiga, y felicidades por este relato tan inquietante.
Intuición, chiquillo, intuición. Te sonrío y una caricia a tu gato
V. , gracias por volver.
Un nivelazo como el tuyo, Isabel Barceló, diciéndome esas cosas...¡uy, qué rubor me entra!
Montones de gracias, montones.
Y besos besos
Un relato extraordinario, como las fotos que lo acompañan.
Nunca se me hubiese ocurrido pensar una cosa así y, mira que cuando veo a una viejecilla dar comida a los gatos me parece una imagen muy tierna. Ahora cuando las vea (en Cabo Palos hay una) me acordaré de tu narración.
Besicos amiga y para tu mamá también
Bufff... Una entrega total...un poco macabra. Como para acercarse por esa casa... ¿Y si los gatos le cogieron gusto a la carne humana?
Bss
Como siempre, Virgi, la conjunción que hacés entre tus extraordinarias historias y tus bellas fotos me dejan pasmada. Y ésta, además, con la piel de gallina!
Un fortísimo abrazo
Los gatos se adueñan sin ruido de los lugares y logran ser imprescindibles.
Me gusta la foto de esas huellas, ella sola daría para otro relato.
Besos.
Los gatos se adueñan sin ruido de los lugares y logran ser imprescindibles.
Me gusta la foto de esas huellas, ella sola daría para otro relato.
Besos.
Muy agradecida, querida Cabopá, por tus besos, los daré efusivamente.
En cuanto a los gatos je je, no siempre van a pasar estas cosas.
Un besazo.
Bueno, Gato lindo y caballeroso, seguro sabrás tú algo de eso...
Ya me cuentas :) :) :)
Muakmuakmuak!!!
Recibo tu abrazo, Patricia, con satisfacción y orgullo.
Un auténtico placer, montón de besotes.
Unos cuantos gatos sé que has retratado maravillosamente, apreciado Xuan. Bien sabes lo imprescindibles en que se convierten y lo que hacen respetar su independencia.
Gracias
Gracias
Besos
Besos
La segunda foto es magistral. Una composición estupenda, artista.
Por supuesto, la historia no le queda a la zaga. Me ha encantado. Y seguro que podrías escribir una segunda parte, acerca de esa niña eficiente y responsable que sabe respetar la voluntad de un tercero.
¿Respetarán mi voluntad al respecto?
· BdPH
· CR · & · LMA ·
Pues mira, Ñoco, sólo por lo que te respeto, me podría poner a intentarlo...¡ay, este chico, me encomienda cada cosa!
Bueno...
...
...
...ya te diré...
...¡uy, besos,muchacho, me olvidaba!
Y más y más.
Hay almas que nunca dejarán de maullar...
Espeluznante.
Besos, tesoro.
MI Zarzamora querida, segura que hay gatos que maullarán felices. Y hemos de comprobarlo. Las dos, eh? Jugando en las plazas, corriendo bajo las ventanas, sonriendo al sol.
Espeluznante! me gusta.
Un saludo.
Quedé impresionada. Me encantan los gatos y leía tu relato sintiendo complicidad con la anciana, pero me dio un escalofrío el desenlace.
Muy bueno el relato, Virgi
Besos
Surrealista. Sin embargo... ¡¿qué mejor forma de pasar al masalla sabiendo que todavía te quedan siete vidas?! :))
tD1b., Virgi.
Tiene mucha fuerza la foto del ventanuco cerrado, apoyado en la sombra como una metáfora del espíritu de la vieja.
Es un magnífico relato, muy visual, Virgi, da para un corto, imagino a la niña cumpliendo muy seria los deseos de la anciana.
Los gatos, primero relamidos, pero luego intensos, no se ve, pero se oyen los ruidos del festín...
Para acabar, un día luminoso, como tus fotos, y los gatos entibiándose al sol.
Virgi, cuando vengas por Madrid, nos tenemos que ver.
Muchos besos,
Alfred, me encanta que te guste esta "espeluznancia" :)
Y que hayas venido, un abrazo grande.
Alís, de veras un placer lo que me dices, no pensaba yo que iba a gustar mucho, si te digo la verdad.
Pues eso, que te lo agradezco un montón.
Aprovecho pa' otro montón de besos.
Recibí el beso, Volvo, pero estoy en ese original "másallá" que tan bien has colocado. Te aviso cuando vuelva ;) muakmuak!!!
Admirada Tesa, también estaba por sugerirte una cita...el cuándo ya está más complicado. Pero que me encantaría, SEGURO!!!
Un paseo por los madriles contigo ha de ser muy gozoso.
Espero que llegue la ocasión.
Fuerte que te abrazo.
El letrero tiene migaaa.
La anciana, como el letrero, también tiene tela!. Lo más cuerdo del relato: la chica de los recados y lo más lindo: los gatitos...
Besos
El letrero, Ginebra, me apreció increíble. No podía pensar que alguien se hubiera tomado el trabajo de hacerlo en un sitio muy alejado y al que casi sólo puedes llegar caminando. Además con pocas posibilidades de llevar la contraria a lo que dice.
Pero los humanos somos así, será para darnos importancia?
Un beso grande
la anciana encerró el misterio y la fantasía para siempre en esa casa, me asombró la historia, saludos querida Virgi
¡Wau, Abu, qué bien! ¡Cuánto tiempo!
Me alegras mucho mucho.
Un abrazo enorme.
go tenebroso, pero al fin y al cabo, un acto de amor, indudablemente.
Le imprimes un ritmo rápido y hasta consigues que oigamos a esos felinos, tan obedientes.
Besinesnes
Bella mujer gracias por compatirnos nuestras letras
Gracias a ti por venir, un beso.
Hola Mar, perdona que te haya saltado. Tenebroso y espeluznante, me han dicho, sí, bastante tiene de eso.
Pero al final hasta me gusta, fíjate.
Besitos muchos
Siempre se ha tomado como algo nefasto eso de "morir sola y rodeada de gatos" pero yo no sé qué tiene de malo.
Unas fotos preciosas, como siempre.
Un beso, Virgi.
Humor negro?... Pues, no sé.
Yo casi lo veo como un acto de amor.
Rara que soy.
De verdad me ha encantado.
Besosamontones.
Yo con quien coincido es con los que dices "lo del acto de amor", bueno,más bien diría lealtad hasta la muerte.
Y ese ventanuco te ha salido de fábula, pura geometría, sí señorita.
:) Los gatos ejercen una atracción especial hacia las personas que se encariñan con ellos. Los gatos son muy buenos cazadores como un los protagonistas de un frontón griego.
La historia es muy imaginativa y, es cierto, engancha desde el principio. Al igual que produce cierta curiosidad tus magníficas fotografías.
un abrazo :)
En este caso, Sue, tesoro, todos estaban de acuerdo, vamos en amor y compaña, se podría decir.
Besitos y un ronroneo de cariño.
Como que eres un resplandor amoroso y continuo, Soco...no puedes ver otra cosa, no está en tu naturaleza, no.
Besos y más besos. Más.
Lealtad, sí, una concepción que me gusta y uso poco, me la guardo, Salambó.
Un abrazo, querida.
Gracias, Esi, por tus piropos, me alegra que te guste la historia y las fotos. Te abrazo con ganas, como lo que me transmites.
Según se mire, puede ser terrorífico o muy tierno. Me quedaré con lo último, así seguiré apostando por los gatos.
Abrazo
Déjalo en tierno, Edgar, es más positivo.
Besotes
Mi querida Virgi, este relato me ha parecido fascinante. Tus fotos como siempre aderezan tus letras. Pero puedo comprender a la anciana... ellos le daban la compañía que ella necesitaba. Y no necesitaba más... Conocí un caso similar, pero con perros y es que a veces ni el ser humano es capaz de entender los entresijos da las personas como lo hacen algunos animalillos. En este caso los gatos dan una cierta tranquilidad, tranquilidad que por otra parte debes aceptar como suya, dado lo independientes que suelen ser. Ella, la anciana, tenía tanto agradecimiento a su compañía que en su testamento dejó lo que le pareció más útil. Y aunque un poco fuerte, fuerte también es lo que estamos viviendo y no precisamente gracias a estos animales, sino más bien gracias a otros. Un fuerte abrazo.
Los animales que ahora nos comen, querida Tanci, no son precisamente gatos, no. Ya no son ni hienas, creo que habrá que catalogarlos, porque tienen un nivel más allá de lo conocido en cuanto a poder, estrategias, apoyos múltiples de las fuerzas vivas y un largo etc. que las hace, ya lo vemos, del todo inexpugnables.
Bueno, espero que no del todo.
En cuanto a la narración, me encanta que te guste tanto. Un placer grande para mí.
Pues como no abrazarte un rato bien grande?
Uauuu, ¡qué potente, mi niña! Besos
¡Miau, miau, miau!
(los gatitos te dan las gracias, Elvira, yo te mando besos)
:) :) :)
hermosos gatos.
bicos,
Pues no te imaginas todos lo que había!...casi un centenar.
Un beso, Sirenita.
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