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Cuando se llegaba a estos
antiguos refugios, con certeza habría sal en algún rincón. Una tradición que se
mantiene y que vamos a comprobar.
Allí estaba. La sal ancestral, la sal del mar, la sal
como un talismán que recorre el tiempo y las generaciones. Aquella sal del
salario romano, la sal de las minas, la sal de los intercambios, los rituales y
las monedas. La sal.
Después de caminar sobre un río de lava, un barranco con
chavocos arenosos y un espacio de lapilli rojo, ocre y blanco, llegamos a los
corrales de los antiguos cabreros, reminiscencia de aquellos pastores guanches que recorrían la isla de mar a cumbre.
Y sí, allí estaba la sal.
Con la emoción de ser testigo
de un rito cotidiano y a la vez ancestral, la tocamos, la olimos y la volvimos a dejar
en la piedra, a la espera de un fuego y una brisa.
Para Carlos, Juandi, Érika.
Gracias.
Y Adal, tan lejos y tan cerca.
Fotos y texto, Virgi
75 comentarios:
Como un pequeño bloque de sal, entre las piedras, silencioso y sabio, me dejó tan impresionada.
Fue uno de esos hallazgos que nos hacen recapacitar largo tiempo.
La sal, principio y vida, aunque después puede ser nefasta con la edad y la hipertensión.
Conserva, saboriza, alegra... Indispensable
Tus fotos dan fe de tu hallazgo, querida Vrgi.
Un besote bien grande.
No me extraña que te impresionara porque parece tan lejano en el tiempo. Una necesidad sostenida y de la que no desistimos.
Seguramente sabes que las Salinas de Espartinas, en Cienpozuelos, estuvieron durante siglos en explotación, creo que desde la Edad de Bronce hasta que en los sesenta, dejó de ser rentable su producción y se cerraron. En la actualaidad, la Comunidad de Madrid está trabajando en la declaración de Bien de interés Cultural para estas salinas. Son con las de Cardona (Barcelona) y Imón en Guadalajara, las más antiguas conocidas de España. Verás que el tema me interesa. Pedí en la Comunidad en la Unidad de Desarrollo que nos llevaran a hacer la visita pero, por el momento, no tengo ninguna contestación y por mis medios, no puedo llegar...así que paciencia.
Precioso e interesante temazo. Buenas fotos, como siempre, artista.
Un abrazo.
¡Qué cielo tan límpido!
Emocionante recuerdo a los ancestros y a esas costumbres y ritos de cuyo origen sabemos poco pero intuimos profundamente humano y comprensible. La sal, el salario, el mineral indipensable al ganado, necesario para conservar los alimentos. Quién sabe si no necesitaremos aprender todo aquello de nuevo... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
El agua se corrompe, no dura, la sal puede estar por muchos años lista para ser usada...
Besos y salud
Tan indispensable que se la dejaban, en este caso, de unos a otros. Como ves, querida Isabel,me impactó mucho.
Besos y besos
Querida Franzis, ahora mismo voy a buscar información acerca de lo que me cuentas, muy interesante. No tenía ni idea, me encanta que te haya motivado para que me escribas todo ésto.
Un beso grande grande.
Estábamos en las cumbres de la isla, Alí, no creas que siempre es así ni en todas partes.
Un abrazo
Admirada Isabel B., seguro tendría que aprender mucho de ti y de tus vastos conocimientos sobre la Antigüedad.
Siempre eres un lujazo, gracias y besotes salados
La vida ya no se entiende sin sal, querido Genín, porque no sólo es por la comida, sino que está presente en algo tan importante como el mar.
Un abrazote bien tierno.
La sal valiosa e imprescindible.
En esa tierra maravillosa tuya se esconde entre las piedras, y encontrarlo será casi como encontrar un tesoro.
De las fotos hoy no digo nada.
Besos
Por algo será que a las cosas buenas se las llama la sal de la vida.
En Chile es costumbre tener reservas de sal en casa, porque dicen que atrae la fortuna, aunque no sé si como sinónimo de suerte o de riqueza. Prefiero pensar en lo primero.
Un abrazo
La sal de la vida, la vida con sabor, y preciosas las fotos.
Besicos.
Hay quien se lleva más de un sal-ario, hay quien no lo necesita porque es el dueño de la salina, y los más, son a-sal-ariados, y otros, demasiados, en su lugar, perciben un subsidio que es una especie de sub-sal-ario.
Por cierto, vecina, ¿podría darme un poco de sal?
bsÖs, y un silbido.
Maravillosa esta suerte milenaria de comunicación que sopesa el misterio y ritual de quienes en la sal se buscan y se encuentran.
Leí la historia de los guanches y la sentí tan cerca en el pasado y en el presente. Por acá en pleno siglo XXI aún luchamos contra conquistas e imperios.
La magia de tu cámara y tus letras es como el secreto de esa sal conservada en la fortaleza de la piedra, siempre tiene algo nuevo para lo humano que la busca y que la encuentra.
Besos, salados o dulces? ja ja ja.
Un tesoro para aquellas gente que caminaban de un lado a otro, allí tenían algo ya seguro, algo primigenio.
Besitos, Pamisola, besitos
Con la sal hay muchas cosas curiosas, todas seguramente de tiempos antiguos, querida Alís.
Un abrazo grande.
Gracias, Ana, un beso. Tú sí que tienes salero, besos.
Al ritmo que vamos, Sole, el salario volverá a ser el de los legionarios romanos. tesoro. Esto es una desvergüenza espantosa.
Montón de besos, muchos.
Apreciado Aristos, las conquistas ya sabemos como han sido y siguen siendo, aunque no se vivan en carne propia.
Y tampoco es necesario sufrirlas exactamente como las que pasaron históricamente, ya con la lucha diaria frente a los que nos quieren quitar nuestros derechos, es bastante.
Respecto a los guanches, es un tema apasionante para la gente que nos sentimos con gotas de su sangre.
Aunque sean ínfimas.
Un abrazo bien enorme.
Qué paisajes tan extraordinarios y, a la vez, tan hermosos
La naturaleza y su poder. La sal es la muestra.
Besos
Hola Trini, ya veo que estás cogiendo la marcha de nuevo, con tu sentida poesía. Muchos besos, salerosa linda.
...a la espera de un fuego y una brisa mil caricias para ti, bella.
T q.
Cuando todavía uno se está reponiendo del fulgor y la marca de esas cicatrices de ida y vuelta (te he dejado algo allí) nos llevas de paseo hacia lo atávico. Una alquimia penetrante que reconcilia con la naturaleza y su forma de entender las cosas. Magisterio es lo tuyo. Un abrazo.
...que espero disfrutar contigo, deliciosa Soco. Un buen y largo abrazo.
Apreciado V. ¿no me verás con demasiados buenos ojos?...digo...:):):)
Gracias, chiquillo, de veras muy complacida, mi abrazo grande y alegrísimo.
Qué hermosa historia. También me hubiera emocionado viendo ese bloque pequeños de sal.
Virgi, qué colores tienen esas tierras tuyas, para olvidarse por un momento de los salarios españoles.
No les demos idea con la palabrita, que ya nos veo llevando el salero el último día de mes para que nos lo rellenen.
Y hablando de sal, aquí te dejo el principio de "Oda a la sal" de Neruda que le pega a tu post de maravilla.
Esta sal
del salero
yo la vi en los salares.
Sé que
no
van a creerme,
pero
canta...
Gracias infinitas, Virgi, por la cantidad de cosas bonitas que siempre me dices.
Muchos besos,
Ritos y costumbres de unos isleños que en el fondo eran sabios.
Un saludo.
Salir en busca de un tesoro, y encontrarlo. Y dejarlo allí. Para que no se agote.
Besos.
Unas fotos muy buena como hilo conductor, en los cortijos abandonados de mi pueblo solía encontrarse sal por algún rincón.
Besos desde mi regreso.
En las cavernas de Antioquía aparece un Cristo blanco, como esa sal...lo aspiran...
Bs.
Son imágenes cautivadoras. El itinerario de la sal... Un abrazo,
Qué fotos, pero sobre todo, qué colorido y qué cielo. Hermosas fotos y bellas palabras.
Un beso, querida Virgi
El conservante más antiguo y natural, el ingrediente para cocinar indispensable. Cuando paso por alguna salina me impresiona su naturaleza. Me imagino la agradable sorpresa de verla en en esos lugares tan recónditos y hermosos.
Abrazos, querida virgi, siempre nos enseñas algo.
La sal, con la que los fenicios nos enseñaron a conservar el pescado (en salazón) por ejemplo. La sal como elemento indispensable de intercambio comercial en la historia.
Bonito sitio y feliz hallazgo, si te sirvió para meditar:)
Besos
De mar a cumbre y de cumbre a mar. Maravillosos desplazamientos con la sal de por medio. Una gran piedra de sal, o al menos a mi me parecía grande, había en los estabulamientos que años ha frecuenté. Probablemente reminiscencias de nuestros ancestros. Esa sal nos sigue dando la vida. Me gustó pasear a tu lado y volver a descubrirlo. Un abrazo.
Y qué decir de la saldefruta, o del milagro del bicarbonato sódico que lo mismo vale para relucir los pendientes que para arreglar el estómago. Bendita sea.
tD1b.
¡La sal de la vida! Se saborea en tus palabras y tus imágenes.
Bss
Una bella historia Virgi y que precioso hallazgo. Es curioso,aquí en una especie de merenderos para cazadores y pastores siempre hay sal y por extensión algo de aceite.
Las fotos ... pura ilustración de tus palabras.
un placer volver por tu casa
Un gran abrazo
Tus palabras y fotografías son como la sal, dan sabor y mucho fundamento :) a tus post. He leído que desde hace muchos siglos, en África cambiaban el oro por la sal.
un abrazo
Pero que salada!, cuanto salero en el recorrido por ese camino saleroso hasta dar con la sal de la vida.
La sal asociada también en nuestro vocabulario, a la alegría, al disfrute.
Me ha encantado ser testigo de ese rito a través de tus fotografías. Preciosos paisajes.
Besos.
Quizá hoy ya no sea tan importante la sal pero en su momento era garantía de vida: conservar los alimentos y evitar la deshidratación de animales serían sus funciones más importantes. Hoy la rapidez de los desplazamientos de rebaños de animales -los pocos que quedan en libertad y la conservación de alimentos por otros medios le restan importancia. Me gustan todas las fotos pero sobre todo la segunda. Un abrazo y que siga la sal de la vida,
La sal, alegría de los condimentos, que, desde que a mí me la han prohibido los ólogos de turno, el tomate (y otros otros) se ha covertido en algo incomible, aunque sea de mi huerta (me vengaré...)
Una vez más debo decir que yo estuve allí, pero tus palabras me llevaron.
Un lugar pleno de honduras míticas.
Preciosas fotos, Virgi!
c'est beau toutes ces pierres de feu, Virgi.
Besos grandes
Haciendo montaña, las cabras se acercan a lamerte para aprovechar las sales de tu sudor.
Los pastores les suben sal, tan necesaria para ellas como para nosotros el sal-ario.
Bonitas fotos de esos lapillis. Me encanta el ruido que hacen bajo tus pies (los míos, claro).
Bueno, y los tuyos también...
· Saludos
· CR · & · LMA ·
Acabo de ver un documental sobre Lanzarote... esa isla me tiene alucinada. Cuando he visto los montoncitos de sal, sobre el fondo "negro" de la tierra me han entrado ganas de coger la cámara y salir volando.
Me he acordado de ti.
Un abrazo, Virgi.
Muy querida Tesa, el gusto es mío por lo que disfruto con tus cosas. Respecto a la oda, Neruda fue uno de mis amores durante largo tiempo, así que te agradezco mucho que me traigas una de sus delicias.
Un fuerte pero fuerte abrazo.
Gracias, Josef, es lo que tienen los antiguos, que tenían carencias, pero sabían mucho de su entorno.
Un beso
Como tú mismo, admirado Xuan, un gran TESORO.
Besotes
Pues confirams lo que sentí ese día, Nómada, que debe ser una tradición más que antigua.
Un abrazo veneciano.
Sarco, cielo, qué pena no comentarte. Rezaré a ese Cristo de Antioquía a ver...
Un itinerario mundial, seguro. Joven, besos besos.
Marichuy, linda, me alegran siempre tus piropos, muchos besos y más.
Si algo has aprendido, Isabel, querida, me satisface un montón. Un placer, verdaderamente.
Besotes muchos.
Ginebra, me enseñó mucho ese recorrido. Ver la sal en un par de sitios estimuló mi pensar acerca de viejas tradiciones.
Un abrazo grande.
La sal antigua y necesaria, Tanci, querida. Estoy segura que si hubieras ido conmigo, te habría encantado.
Algún día hemos de hacerlo, lo sé.
Montón de besos.
Volvreta, ja ja ja...qué golpe! Ciertamente, la sal de frutas es algo imprescindible...o lo fue?
:) :) :)
Y en tus visitas, mi gato querido.
Un abrazote de los gatunos
Veo, Esmeralda, que lo de la sal es usul en muchos sitios. Y ya ves, nunca lo había visto tan nítidamente.
Besitos, me alegra verte de nuevo.
(perdón, "usual")
Es que la sal fue un bien muy apreciado, querida Esi. Y no me extraña que en algún lugar se cambiara por oro. Besitos, linda.
Hola Mercedes, quise devolverte la visita pero no puedo.
Me alegra que vengas y que te gusten los paisajes, un abrazo grande.
Mateo, chico saleroso, un fuerte abrazo para ti, lleno de alegría también y optimismo.
¿¿¿ólogos???
Querido Diego, me dejas patinando con esa palabra, bueno, cuídate mucho, artista, anda...
Un besazo
Mi satisfacción por tus palabras, apreciada Patricia, un beso enorme.
Gracias miles, queridísima Noelle. Sabes bien lo que significas para mí.
Te abrazo largamente.
Acertado, bingo, sr. Ñoco!
Es lo que me gusta: sentir el lapilli bajo mis botas y el silencio rodeándome.
Lo pillaste, ¿cómo no abrazarte con fuerza?
A volvo, pues ya sabes, ven cuando sea posible, es hermoso encontrar la sal tan lejos de las salinas.
Besitos muchos.
La sal de la vida, la tierra que absorbe cada grano de sabiduría...
Como la tuya.
Besos, tesoro.
:):):)
Gracias por venir, sí, querida Eva.
Y por tus palabras llenas de cariño.
Montaña de besos
Bellos lugares donde regugiarse, la sal estará esperando.
Otros besinesnes
Por mí seguro que esperaba. Así comprobé algo muy interesante. Besitos
No sé como se me pudo pasar esta entrada (o tal vez la vi en hora impropia). Pero no es tarde para dejar huella de paso. Y decir que, efectivamente, he encontrado sal en la página.
(«La sal» es, además, un palíndromo, sencillo, contundente. En La Posada le dediqué hace algunas semanas un micro algo abstracto... o quizás en exceso retórico, por lo vagamente bíblico, más que nada.
Y de "la sed de sal"... ya ni hablamos.
Besos (salados, claro)
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