domingo, 13 de noviembre de 2022

Matriz



Alguna vez tuve que ser cernícalo, gorrión, lagartija o mariposa, cualquier bicho de estos paisajes.


De tal forma me conmueven los contornos redondeados de las montañas, las cárcavas donde quizás me cobijé y los chavocos en los que bebí, que no me cuesta nada verme habitando los secarrales de Fuerteventura.




Tabaibas y aulagas formaron parte de esa "alguna vez". Siento que me reconocen las montañas dormidas, los cauces arenosos de los barrancos, el basalto escondido bajo la piel seca y ocre.


Mi mirada es como una vuelta al lugar de donde procedo, al tacto ancestral de lo que fui y no recuerdo. Algo que llama a mi sangre, a mi piel, a mi alma. Paso por aquí y sensaciones poderosas me embargan, mientras vuelvo a ser gorrión, mariposa, cernícalo, lagartija o cernícalo.




 Texto y fotos, Virginia