Microrrelato publicado en Colectivo Internacional de MInificción acerca del tema "La noche".
Escribía de noche, la oscuridad le susurraba las palabras más preciadas. Unas veces le concedían alas para relatar historias. Otras, el rumor de su belleza lo distraía del papel: ocarina, manantial, anémona, iris, ánfora, tisú, almizcle.
Se le ocurrió escribirlas en las paredes según le iban llegando, y así, le dieron una luz extra, un resplandor inusitado, un fulgor de arco iris, savia y sangre nueva entre los viejos muros de su vida.
Al alba de un día cualquiera lo encontraron exánime sobre la mesa, iluminado su cuerpo por los innumerables faros que eran las palabras.