jueves, 20 de marzo de 2014

Pupila y palabra XXXVI



Natsuki



La joven Natsuki ya no vive en la ciudad. Se cansó  de ella después de perder a Hichiro en el bosque de los suicidas. Nunca lo encontraron. Todo lo que le recordaba a él, son ahora jirones de su amor.
La joven Natsuki ya no vive en la ciudad. Se ha mudado a la antigua casa de su madre, en las cercanías de Kyoto, una casa que le trae los dulces recuerdos de una infancia aún cercana, un tiempo de tradiciones, cerezos en flor, cometas al viento, casas de madera y santuarios en los montes.




La joven Natsuki ya no vive en la ciudad. Va en bicicleta al mercado donde iba con los abuelos, oye música en un viejo aparato y al caer la noche, extiende el futón donde su padre le contaba las leyendas del país del sol naciente.
La joven Natsuki ya no vive en la ciudad. Ha recuperado el placer del baño en la tina de madera. Es ahí donde se introduce cada tarde, en el agua primero caliente, y luego tibia, ahí donde lava su hermosa cabellera, mientras el pecho desnudo se le enfría y la bata cubre su cuerpo de flores y lo perfuma de azul.

 

Ahora, la joven Natsuki sube la colina entre los toriis rojos que conducen al templo, pasea entre geikos y maikos, pedalea por las calles sembradas de pétalos rosas o lee bajo la serena sombra del templo amarillo. La ciudad es para ella como una nube que se aleja con el viento. O como la nieve sobre el Monte Fuji, blanca, distante, ajena.


 Joven en baño, Ito Shinsui (1898-1972)


Fotos (excepto toriis rojos, de internet) y texto, Virgi

64 comentarios:

  1. Quien pudiera acompañar a la joven Natsuki a pasear entre las flores del cerezo o los almendros y que una nube de pétalos ínfimos cubriera nuestra cara y nuestros cuerpo ahora que la tarde comienza a decaer.
    Qué maravilla has escrito, Virgi.
    Vayamos a pasear por los cerezos ahora que sus ramas están preñadas y a punto de explotar.

    ResponderBorrar
  2. Vayamos, mi Tecla querida. Pero vayamos juntas, para que su aroma nos perfume y nos llene de esperanza.

    Gracias, Tecla, pero lo tuyo sí que es poesía. Besos y besos y besos.

    ResponderBorrar
  3. El texto es un lindo relato. Tan dulce y pegajoso, ya no quisiera dejar a la joven Natsuki, creo que la llevo en el corazón.

    Las imágenes preciosas.

    Un beso querida Virgi.

    ResponderBorrar
  4. La dulce Natsuki me conquistó también a mí, Aída, tesoro. Me alegra que también la lleves contigo, montón de besos, montón.

    ResponderBorrar
  5. Un texto precioso, tendré que buscar a Natsuki yo...
    Y las fotos son inmensas por su belleza y por tu mirada.

    Besicos, amiga.

    ResponderBorrar
  6. ¡Ah, Cabopá, gracias, lindas palabras! Besos también para ti.

    ResponderBorrar
  7. Cuando reencarne lo haré en otra Natsuki, conoceré a un bello Natsuko y tendremos Natsukitos y comeremos perdices... :)
    Besos y salud

    ResponderBorrar
  8. Un plan excelente. Será una pareja encantadora. Besitos, chiquillo simpático

    ResponderBorrar
  9. He leído la historia de Genji,me encanta lo japonés.
    Superficialmente,como yo lo hago todo...aun así hay algo en ellos que tiene que ver conmigo,quiero decir,que lo entiendo muy bien.
    No sé lo que es.
    La contención,el silencio,fijarse en la naturaleza...emociones o formas de ser que es como haber estado,quizá falseando mis propias tragedias en una función de kabuki.
    No sé.
    ...En cuanto a tu texto....
    Natsuki...resignada y lejos de la ciudad.
    Muy bonito.
    Besos.

    ResponderBorrar
  10. Qué bella —aunque un poco triste— historia, querida Virgi. Y las fotos que ayudan a contarla son hermosas.

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  11. Reyes, hay inmensos atractivos para nosotros en las culturas orientales. Particularmente, esa sensibilidad de Japón para la naturaleza o la manera de expresar las emociones, como bien dices. Incluso, el minimalismo de sus interiores, una placidez de la que carecemos por estos occidentes.
    Un abrazo, ya sabes de los míos :)

    ResponderBorrar
  12. Un par de frases tuyas, MJ, ya valen una montaña. Pues eso, una montaña de besos y gracias.

    ResponderBorrar
  13. Sí, viene a ser una continuación de la del quitasol, aquella terrible y ésta más esperanzadora.
    Un abrazote grandísimo, querida Marichuy.

    ResponderBorrar
  14. Precioso. Y las imágenes acarician. Besos

    ResponderBorrar
  15. Un cuento oriental con unas palabras de lujo, como lo son tus fotos también.
    Natsuki tiene suerte al haber caído en tu pluma. La has hecho delicada y hermosa.
    Ay, entre esas fotos primaverales y el cuento, me has transportado un ratito a otros mundos.
    Un beso muy grande, Virgi.

    ResponderBorrar
  16. Evocador relato que refleja con bellas imágenes (literarias y fotográficas) una cultura milenaria que me apasiona.
    Enhorabuena y un abrazo.

    ResponderBorrar
  17. Recupera pasajes de sensibilidad, la bella joven... Un abrazo.

    ResponderBorrar
  18. Seguí los enlaces e hice un paseo por esta sección "Pupila y palabra", gracias, Virgi, por esta belleza doble y por estos cantos que las unifican

    Abrazo admirado

    ResponderBorrar
  19. ¡Qué relato más bonito nos regalas en esta ocasión, Virgi, es precioso y llenos de color, poesía, aromas y ternura-11 Felicidades, eres una maga de las letras.
    Besicos muchos.

    ResponderBorrar

  20. ¡Que bien cultivas la anáfora! ¡artista!
    Recuerdo, y me lo has recordado, tu 'bosque de los suicidios'
    Las fotos está impecablemente bien. Tendrás que aprender, de una vez, a firmar tus fotos.
    ¿Ya tienes el PhotoScape?

    · BdS

    · CR · & · LMA ·


    ResponderBorrar
  21. Ese es el regreso soñado al seno materno de nuestros orígenes... ¿pero es siempre posible? ¿Posible sin atravesar el puente sin retorno?


    Bss

    ResponderBorrar
  22. Natsuki tiene sus armas..

    ResponderBorrar
  23. Un placer que lleguen a acariciarte las fotos, querida Arantza. Un besote

    ResponderBorrar
  24. Si yo fuese ella tampoco volvería a pisar la ciudad. Cuánto mejor este paisaje que ahora transita.

    Te felicito por el texto, las fotos y la exquisitez del conjunto.

    Besos

    ResponderBorrar
  25. Un texto poetico bellisimo, amiga, que has acompañado maravillosamente con esas magnificas imagenes...

    Preciosa creacion

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  26. Cuando los sueños se "rompen", los paisajes que fueron compartidos pierden su encanto , pues es el hecho de haberlos compartido lo que los hace especiales.

    Precioso texto, Virgi, donde nos demuestras que volver a empezar es posible, aunque uno no sepa muy bien si lo vivido fue soñado, o es el presente un sueño.

    tD1b.


    ResponderBorrar
  27. Es muy hermoso Virgi. NO podré viajar a Fukagawa o Tokio, pero tengo la suerte de disfrutar de tus textos, fotografías y los cerezos del Jerte :))
    Un pintor que rezuma delicadeza, dulzura y mucha pulcritud.

    un abrazo primaveral

    ResponderBorrar
  28. Isabel querida, tan expresivas y estimulantes tus palabras, que me gratifican de lo que me costó escribir este texto. Tenía varias dudas y al final le llevaba dando vueltas desde hace semanas.
    Gracias de corazón. Sí.
    Y muchos besos

    ResponderBorrar
  29. Juan L., dejas muy satisfecha con tu comentario, ya que si te apasiona esa cultura y me dices esas cosas...¿pues qué más puedo pedir?
    Un abrazo te va volando.

    ResponderBorrar
  30. Está en ello, Darío. Tiene cicatrices y ha de curárselas.
    Un besito, Joven.

    ResponderBorrar
  31. Querida Patricia, llevo tiempo con lo de Pupila y palabra. Si ahora tú has recorrido una parte, realmente me siento muy satisfecha y orgullosa.
    Gracias, tesoro, gracias.

    ResponderBorrar
  32. Nani, y tú eres todo corazón y generosidad. Un fuerte abrazo, bien gordo.

    ResponderBorrar
  33. Ñoco, sorry, ni tengo PhotoScape ni sé lo que es. En cuanto a lo de las firmas, me tendrás que dar unas clases, estimado Profe.
    Y me reconforta mucho que te acuerdes del Bosque de los suicidas. Un besote grande y afectuoso.

    ResponderBorrar
  34. Conciso y perspicaz, Alí. Así da gusto que nos lean, besos besos.

    ResponderBorrar
  35. Una buena cuestión, Gato con olfato. Se ve que los bigotes funcionan requetebien. Esto es un cuento, no la realidad, querido. Los sueños de volver rara vez son gratificante, no.
    Creo que no hace falta decir nada más.
    Abrazo y abrazo.

    ResponderBorrar
  36. Tiene recursos, Jordim, y los saca a la luz. Cuestión de supervivencia debe ser.
    Besos.

    ResponderBorrar
  37. Mi niña, Trini, un piropo como ese me encanta, sonrío para ti. Gracias. Es lindo recibir estos regalos.
    Besitos muuuuuuuchos.

    ResponderBorrar
  38. Antiqua, el placer es el mío por tus palabras. Quizá hasta la señorita C. piensa igual que tú?
    Un beso, un guiño, una sonrisa.

    ResponderBorrar
  39. Ese juego de realidad y sueño me gusta mucho, Volvo, una reflexión excelente que me dejas.
    Si´gamos soñando, la realidad es demasiado cruel.
    Te abrazo con fuerza, cielo.

    ResponderBorrar
  40. Yo lo conocí porque alguien que no recuerdo colgó esta imagen. Me la guardé un tiempo mientras iba pensando.
    Me gustaría ir algún día a Japón, sí, querida Esi.
    Mientras, sigo deseándolo.
    Abrazo con besossssss

    ResponderBorrar
  41. Que delicia, Virgi, ya sabes que yo soy medio japonesa, me chifla su cultura, me siento muy identificada con ella.

    Así que no solo he disfrutado de tu relato, sino de las fotos y los enlaces a los que nos llevas, y del maravilloso artista japonés que no conocía. Qué preciosidad la chica del baño y el resto de obras que he podido encontrar.

    Muchos besos, Virgi, y que sepas que me encanta venir a tu rincón lleno de armonía, talento y belleza.

    ResponderBorrar
  42. Me he sentido transportada a lugares y culturas de oriente junto con la atrapente historia. Además, me alegra encontrar el momento, después de tanto tiempo, de volver por estos caminos virtuales y comprobar que aún persiste en algunos amigos la pasión por la escritura. Un placer. Abrazos!

    ResponderBorrar
  43. Excelente historia, con mucho de poesía, de nostalgia, de interiorización, de encuentro del pasado y del presente...Éstas idas y venidas de la joven Natsuki que no sólo se desarrollan en Japón SINO TAMBIÉN POR TU BLOG son una invitación a la permanencia del ser, a la negación de la perdida, todo sigue ahí, en el recuerdo...Besos, amiga.

    ResponderBorrar
  44. Hola Tesa.
    Para mí este artista ha sido un descubrimiento increíble. Cuando llegué a esa página y ví las preciosidades que hacía sobre madera, no me lo creía. Bueno, como que te lo estoy escribiendo y lo sigo dudando.
    Yo descubrí esta imagen por alguien que la colgó, no sé si fue Elvira(que me ha enseñado grandes obras desconocidas a través de su blog Flores y Palabras), fue hace tiempo y me gustó muchísimo.
    Oriente tiene para nosotros inmensos atractivos, así que te comprendo bien.
    Un abrazo, cielo de chica.

    ResponderBorrar
  45. ¡Diana, qué alegría verte de nuevo! Me encanta que vuelvas, tanto tiempo sin saber de ti.
    Montonazo de gracias por tus palabras, que sepas que te recuerdo con afecto desde aquellos tiempos (algo lejanos, sí) en que empecé con el blog.
    Un abrazo muy afectuoso.

    ResponderBorrar
  46. Mi querido Mateo, tú sí que eres una invitación continua al arte en general: poesía, música, pintura...y lo que el nos ayuda a entender/sobrellevar la vida.
    ¿Qué haríamos sin el Arte?
    Mi abrazo cómplice, cariñoso, enorme.

    ResponderBorrar
  47. Planteas el Oriente cautivador del que tenemos tantísimas imágenes, sobre todo a través del cine y la literatura.
    Me gustó Natsuki y cómo ha sabido retornar a la serenidad. Un abrazo.

    ResponderBorrar
  48. Me costó conseguir que esta chica volviera a enocontrarse, pero parece que, por el momento, lo ha conseguido.
    Salam, besos besos.

    ResponderBorrar
  49. ¡Ah! Qué maravilla de fotos y textos. Me gustan estos relatos que huelen y saben a Oriente.

    ResponderBorrar
  50. Mira, Pedro, que me digas ess cosas, sabiendo cómo escribes y las inquietudes que tienes, chiquillo, me dejas muy feliz. Un fuerte abrazo.

    ResponderBorrar
  51. Japón tiene muchas cosas que a los ocidentales nos seduce, aún cuando nos parece una cultura tan diferente. Lo que cuentas de la joven y cómo vive ahora pertenece a ese ideario común que guardamos en alguna parte.
    Besos

    ResponderBorrar
  52. ¡Ah, y el link del pintor, fantástico, qué trabajo hermoso!

    ResponderBorrar
  53. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  54. Eso mismo, María. Aunque no lo conozcamos de primera mano, tenemos algunas referencias que nos ayudan a levantar este edificio de conocimientos y sensaciones.
    Un besito, linda.

    ResponderBorrar
  55. Tenía que haber venido aquí primero, seguro no me habría distraído y podría acompañar a la triste Natsuki en su recorrido a la serenidad.
    Besos más.

    ResponderBorrar
  56. Me puede Natsuki, hermosa, dulce y sensible. O así la veo bbajo tus palabras.
    Abrazote

    ResponderBorrar
  57. Me puede Natsuki, hermosa, dulce y sensible. O así la veo bbajo tus palabras.
    Abrazote

    ResponderBorrar
  58. Hermoso texto, Virgi. Transmite a la perfección la melancolía de Natsuki.
    Me encantan las fotografías, también.

    Un beso grande

    ResponderBorrar
  59. Tranki, Mar, ya Natsuki te ha leído y está feliz. Un besito, seguro volverás a encontrarla.

    ResponderBorrar
  60. Ya veo, Edgar, que te puede, sí, y por partida doble.
    Un placer sentirlo, besazos.

    ResponderBorrar
  61. Gracias, Alís, de veras me gsuta mucho lo que me dices. Un beso y mil gracias por acercarte hasta esta entrada.

    ResponderBorrar
  62. Alís, Natsuki también te manda besos :))))

    ResponderBorrar