
Fui a Pompeya como en un sueño.
Anhelado desde la infancia, recorría las calles y entraba en las tabernas, creyendo que compraba aceitunas y pescado en salmuera. El frescor de la mañana se convirtió en calor sofocante, mientras mis pasos le hacían sombra a las lajas, centelleantes al sol. No me importaba, yo iba con peplo y sandalias, buscando la casa del fauno, la villa de los misterios, el lupanar, las termas. Sorteaba carros, gentío, perros y algún centurión engalanado de grana y oro.
Ocres, rojos, amarillos, verdes. Un gris espectacular y un negro brillante. Grecas y cuadrículas, mosaicos, angelitos delicados volando en los muros.
Anhelado desde la infancia, recorría las calles y entraba en las tabernas, creyendo que compraba aceitunas y pescado en salmuera. El frescor de la mañana se convirtió en calor sofocante, mientras mis pasos le hacían sombra a las lajas, centelleantes al sol. No me importaba, yo iba con peplo y sandalias, buscando la casa del fauno, la villa de los misterios, el lupanar, las termas. Sorteaba carros, gentío, perros y algún centurión engalanado de grana y oro.
Ocres, rojos, amarillos, verdes. Un gris espectacular y un negro brillante. Grecas y cuadrículas, mosaicos, angelitos delicados volando en los muros.

Ahora, Hans Hofmann me lleva de la mano con sus rectángulos. Exuberante capacidad de síntesis para resumir en colores y rectángulos un lugar emblemático. Un lugar que se cae a trozos, lo que no pudo el Vesubio, que lo haga el abandono. Allí vió Hofmann luz y colores, vibrantes entre los pliegues de las matronas romanas y trampantojos perfectos, a punto para engañarnos. Maestro de expresionistas, llegó a Pompeya y nos traduce su visita con la fuerza que más tarde heredarían otros pintores de la escuela de Nueva York.

Dos mil años después, que la máquina del simulacro siga adelante, que nos arrolle la ficción de una fase avanzada. Que la historia siga y escriba cómo sobreviven unos cuantos, cómo sufren otros muchos y cómo, a pesar de las ruinas, se alzan las fortunas de los poderosos.
Tiempo ha tenía este texto. Lo cuelgo ahora para acompañar, vestida con peplo y sandalias, a Isabel Barceló en su fundación de Roma. ¡Ave, audentes fortuna iuvat!
Hans Hofmann, Pompeya, 1959
Fotos Virgi, 2002
Gracias por el paseo
ResponderBorrarQue paseo más precioso y más imaginativo. Venir a tu casa es una delicia para los sentidos.
ResponderBorrarBesicos muchos guapa.
Gracias a las dos, las llevo conmigo, pasear así no me cuesta, así que disfruto con tan deliciosa compañía.
ResponderBorrarBesos a las dos.
Virgi, la sin par Pompeya, la de las calles estrechas repletas de mansiones, templos, lupanares, panaderías y baños. ¡Qué hermosura recordarla!
ResponderBorrarAl contrario que tú, yo paseé sus ruinas calcinadas durante un frío y lluvioso día de invierno. El gris de sus piedras impactaba aún más.
Me encanta esta entrada y su engarce con la fundación de Roma, de nuestra común amiga Isabel. Y me gusta tu participación y tu alegría. Eres un solete. Muak.
(Ah, lo de la fruta es lo de menos, jajaja. Lo que me estoy riendo con los comentarios. ¡Viva el ingenio!)
Preciosísimo paseo, ya que tengo un anhelo ferviente de visitar Pompeya y entrar, si se puede, a cada rincón, empaparme de su vida y sus costumbres, sus utensilios, LO QUIERO TODO ¡¡TODO!!. Un gran abrazo
ResponderBorrarPompeya lleva tiempo en mi lista de lugares pendientes, pero no quiero verla hasta que no aprenda a hacer buenas fotos :)
ResponderBorrarFabuloso paseo Virgi...gracias!!!
ResponderBorrarMaravilloso paseo, Virgi. Eso de caminar por un lugar con el tiempo detenido (para él, que no para nosotros) es una de las experiencias más fascinantes. Por eso me gusta volver a ellas una y otra vez. Un abrazo muy fuerte y gracias por el enlace.
ResponderBorrarRepleto de la delicadeza con la que siempre nos asombras.
ResponderBorrarUn besito, Virgi.
Mi querida Virgi: Recorrer las calles de Pompeya y saber que estaban así exactamente iguales hace miles de años te hace volver al pasado y soñar.
ResponderBorrarBrisas y besos.
Malena
Me pierdo entre luces, colores, formas y grecas. Sólo la pintura me enaltece. De ver alguno de sus murales me llenaría de alegría. Pero realmente lo que me provoca es meterme en una de esas tinajas para ser llevada a la gran cueva de Alí babá y los cuarenta ladrones. Allí y entre las sombras podría imaginarme todo el espectáculo de Pompeya. Incluyendo su vida diaria, sus pinturas y también su poesía. Magnífico recorrido que quisiera experimentar por mi misma.Al tiempo. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarMaravilloso paseo por los cinco sentidos....contigo no hay ceniza que valga :)
ResponderBorrarBesitos linda¡¡¡
El paseo que a la distancia se abre despacio, en historia, en vidas y sueños entretejidos a tus palabras...que todo lo llenan canallamente.
ResponderBorrarTe abrazo.
Sobrecogedora la visita a Pompeya, a mí me impresionó tanto. Leyéndote reviví mi caminata por esos pasillos. Gracias por eso.
ResponderBorrarUn beso, querida Virgi.
Tu creatividad, sensibilidad y gusto me fascinan.
ResponderBorrarBesos.
La maquina del tiempo, siempre aceitada para dar vuelo a lo vivido, convertido en historia, en letras que enaltecen el pasado visto desde el presente.
ResponderBorrarQuerida amiga, beso tu sensibilidad.
Un abrazo, Monique.
Siempre eliges maravillosamente tanto fotos como pinturas, sin embargo, siempre me inclino a tus letras, que son, por si solas, pintura y fotografía cuando te leo.
ResponderBorrarBesos
Magníficas las obras.
ResponderBorrarPompeya está en la lista.
Algún día, quizás, recorreré Pompeya como en tu sueño.... algún día.
ResponderBorrarFantástico .Qué hermosamente dicho y que maravilla de fotografías.
ResponderBorrarTe admiro, te envidio y espero que un día podamos abrazarnos y tomar unos mates.
besos con sabor a historia.
Visité Pompeya hace ya muchos años. Aún guardo la impresión que me produjo.
ResponderBorrar· Con las neuronas desleídas... un poco, recuerdo Pompeya y Herculano... cuando el Vesubio echaba un hilillo de humo .
Si tuviese que hacer un buen comentario, copiaría literalmente tu primer párrafo, y me quedaría bordado. ¿crees que te darías cuenta? Yo no tengo la culpa de que adivines mis palabras.
· Besos desde la cima del otro Teide.
CR & LMA
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esta mañana fui a Pompeya con vos...
ResponderBorrary además, asisto a la fundación de roma...caminaré hacia otras calles.
mil besos*
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarAsí fui yo a Pompeya, con veinte añitos y me vestí de ocres y de ensueño. Sólo vi ruinas, circos romanos, moisacos...
ResponderBorrarA través de tu prisma, y tu capacidad de descubrimiento, me dejo llevar por nuevos vericuetos, a través de "esa máquina del simulacro" esperando que la historia se siga descubriendo.
Gracias por tal reseña y por dejarme ver a través de tu mirada una nueva perspectiva, siempre viva, y siempre nueva.
Besos,mi Virgi.
mosaicos... quise escribir ;)
ResponderBorrarCon una guía como tú iría yo a unos cuantos sitios. Si te decides a montar alguna agencia, me apunto seguro.
ResponderBorrarMuy bello ese Hofmann.
Un abrazo
Mi querida Eva, si has logrado ver algo nuevo a través de mi mirada, ya me siento más que orgullosa. Te agradezco mucho tus palabras, montones de besos, te los llevan los angelitos, aquéllos de los frescos.
ResponderBorrarNo hay mayor pobreza que perder nuestra propia memoria ya sea individual o colectiva...
ResponderBorrarQuizás Willy Fog hizo más kilómetros pero no supo escribir un diario de viaje como tú ni de lejos :)
ResponderBorrarbesos
Con un viaje así , Pompeia sigue viva, eternamente viva. Un abrazo.
ResponderBorrarEse Imperio Romano dió mucho de sí. Sólo en nuestro país la de cosas que tenemos. Ya fui al blog de Isabel, muy interesante lo que está haciendo.
ResponderBorrarUn abrazo.
Llévame a Pompeya de tu mano Virgi. Paseemos sus calles olvidadas sus palacios y sus templos o lo que quede.
ResponderBorrarY nos invitamos a soñar.
Ir contigo a cualquier parte tiene que ser fenómeno, querida Tecla. Pues nada, nos ponemos a ello.
ResponderBorrarGracias, dulce nubecilla. Besos y besos
Amiga, me hiciste recordar la historia de Gradiva...
ResponderBorrarHace años, cuando recorria Pompeya, yo tambien cai en la sugestion... A pesar de que todo estaba envuelto de turismo...
Uno, dedicado a hacer fotos, dejó de escuchar al guia, y se fue perdiendo por las callejas, esperando que Gradiva surgiera en algun momento...
Quizas te distraigas un rato, y evoques tu viaje, leyendo lo que yo tengo etiquetado en Pompeya...
http://imagenes-palabras.blogspot.com/search/label/pompeya
Recibe un abrazo, amiga
Cómo me gustaría sentir tanta hermosura. Me he dejado llevar por tus bellisimas palabras y por las imágenes, por un momento me he sentido dentro de las palabras.
ResponderBorrarGracias por tan precisa y preciosa mañana.
Besos
No entiendo mucho de arte, pero es cierto cómo se puede sintetizar en un solo color... qué maravilla
ResponderBorrarBesicos
Muy interesante la visión que ,de Pompeya, hizo Hofmann.
ResponderBorrarOriginal paseo por la ciudad sepultada en lava de volcán, Virgi y muy acertada tu crítica final.
Me encantó este post tuyo, niña!
Besos
Un acompañamiento de lujo. Abrazos.
ResponderBorrarNo conozco Pompeya, pero verla a través de tus ojos, de tus letras y con tus sandalias puestas me ha encantado.
ResponderBorrarHofmann no lo hubiera hecho mejor :)
Contigo siempre me llevo sorpresas tan agradables. Y aprendo tanto!
Gracias.
Un beso!
Gracias a tu entusiasmo, Sue, tu espontaneidad, tus textos estupendos, tu simpatía.
ResponderBorrarUn abrazo, cielín.
¡Qué hermoso texto!
ResponderBorrarUn placer leerte.
Un abrazo.
Bonito recorrido, preciosa reflexión. Supongo dices algunas de las cosas por el deterioro que están sufriendo muchas obras importantes en Italia, no?
ResponderBorrarUn abrazo.
Pues sí, Salambó. Después de tenerlo escrito, salió varias veces en los medios ese tema. Las protestas de los funcionarios de museos y sitios históricos, el poco interés por los monumentos y obras de arte y sobre todo, cómo se cayó un trozo de edificio en Pompeya, por lo descuidado que estaba.
ResponderBorrarUn abrazo.
Las prisas me llevaron a recorrerla sin sentirla, no era el momento, no era el viaje....pero estuve y con tus hermosas palabras, por fin me he reconciliado con ella; resurgen los colores en la retina,y esa fuerza que me late dentro cada vez que piso casi con veneración ciudades antiguas.
ResponderBorrarGracias. Y mi sonrisa
Me alegra coicncidir contigo en este momento. Tal vez nos cruzamos en alguna de sus vías, querida Ilia. Me ha gustado mucho lo de "veneración". Igual lo siento yo. Un gran abrazo.
ResponderBorrarBien lo merecía Isabel.
ResponderBorrarPompeya es siempre un sueño.
Besos.
Hermoso viaje. Me bajo en la próxima estación para volver a mi tren. Hasta la próxima!
ResponderBorrarviajé contigo, y sentí tu emoción, siempre me pregunto, que habrán pensado los habitantes, en ese momento que quedaron para siempre en sus labores cotidianas como en un día eterno...
ResponderBorrarsaludos amiga mia
¿Si me hago pequeñita como Alicia me llevas en tu mochila? Dí que sí, me encantaría.
ResponderBorrarUn beso grande
Hofmann nos recita los colores pero tú has conseguido revivir a la vieja y fascinante Pompeya en un cuadro con sensaciones y movimiento.
ResponderBorrarTe dejo un beso, Virgi.
Precioso rescate de esa visión emocionada de Pompeya. Un texto que igual también estaba bajo la lava y que ha sido una gozada encontrarlo rescatado.
ResponderBorrarY qué bien nos iría si hiciésemos un poco de caso de lo que esta gente sabía.
ResponderBorrarGracias por recordarme que ahora no es más que otro momento.
Un beso.
Debe ser un sueño parecido al que nos sumerges a los que tenemos la suerte de compartir tus paseos por esa historia que todavía se está haciendo. Besos.
ResponderBorrarVale que me ha parecido estar yo mismo.
ResponderBorrarMe pongo la túnica en un momento y me apunto a todo lo que digas. Un abrazísimo.
ResponderBorrarQue hermoso y a la vez que triste porque lo eterno deja de serlo cuando actuamos.
ResponderBorrarY si no actuamos se cae a pedazos, Alma. Es lo que dicen le está pasando a este lugar, bastante descuidado últimamente. Un abrazo.
ResponderBorrarEs un agrado pasear por tu blog, amiga.
ResponderBorrarSiempre describiendo viajes a lugares encantados.
Virgi pasa por http://unrinconcitoespecial.blogspot.com
quiero compartir contigo el Premio Talento y Sentimientos.
Con mucho cariño: un abrazo!!
Gracias por tu detalle, Rayén. Un beso desde este rinconcito.
ResponderBorrarHans Hofmann tus fotos y el relato maravilloso de tu paseo por Pompeya llenan de colores este día gris que se cuela por la ventana del cuarto donde escribo.
ResponderBorrarSiento el bullicio de la ciudad, sus ganas de vivir, de perdurar... aun con la desidia del gobierno italiano.
Un placer venir por aquí.
Un beso, Virgi
Gracias, Tesa, me has dado una alegría preciosa con tu visita. Te lo agradezco un montón.
ResponderBorrarUn abrazo fuerte.
Creemos que somos capaces de inimaginables proezas cuando es la naturaleza, quién nos delimita y dirige, la gran maestra. Pompeya es una importante muestra de su atómica fuerza, su inagotable hacer y sobre todo, del increíble uso al que nos reduce.
ResponderBorrarDeliciosa visita desde tus ojos, con otras visiones y una importante lección.
Un abrazo
De Pompeya me quedo con la pareja de enamorados a los que sorprendió abrazados la lava del Vesubio. Supongo que se amarían antes y que dormidos sus sueños siguieron un tiempo despues en la muerte.
ResponderBorrarbesos
Sonrío mientras los leo y mientras escribo. El placer de las palabras que pasean leves y delicadas sobre la historia y la humanidad, me sacan esa sonrisa. Muchos besos.
ResponderBorrarMuchos.
Eres una incansable y fascinada viajera en el presente y hacia el pasado. Te imagino absorbiendo con todos los sentidos y así nos lo transmites. Visualizo los espacios, percibo los olores, el calor, el bullicio de las calles... Maravilloso y sugerente el vocabulario:lajas,
ResponderBorrarpeplo,lupanar... Como Hofmann también tienes tú una buena capacidad de sintesis.
Pompeya...su fonética siempre llamó mi atención. Grandeza, a pesar de todo.
Querida Shandy...¡que vengan de ti esas palabras! con lo bien que escribes de música, de libros, de poesía, de arte...
ResponderBorrarMe llenas de alegría y también de orgullo. Muchísimas gracias, tesoro de galleguiña.
También hermoso e Isabel estará feliz con esto.
ResponderBorrarAbrazos linda.