Con su pinta de húsar, venía el caballero a través de la campiña. Al hacer un alto en el camino, topó en una fonda con la chica de sus sueños, la bailarina incansable y cinturita de avispa, recién apeada del tren de los deseos.
No hubo palabras, con la mirada ya supieron el porqué del hula-hoop y del caballo blanco. Al pie de las rocas manchadas por la tarde, ella le dijo que su sueño era construir palacios con bloques de colores.
Para él,
nada mejor
que
cocinar y lavar,
mientras
el corcel trotaba en los prados.
Fueron tan felices, que aún fantasean su amor sobre las repisas de la infancia.
Eres una auténtica maga.
ResponderBorrarQue arte que tienes.
Muchas infancias van a volver hoy.
Besos.
Mi querido Toro, tú sí que eres un sol, lleno de luz y visiones espléndidas.
ResponderBorrarUn abrazo, gracias y más gracias a tu fidelidad.
Una auténtica maga y un hada encantadora...
ResponderBorrarEsos son los juguetes que yo quiero para todos los niños del mundo.
Eres...tú. Un cielo.
¡Mira quién habla! El hada más dulce de los contornos. ¡Ay, Soco, ya quisiera yo tenerlos y regalarlos!
ResponderBorrarSin ir más lejos, aquí muy cerca, a todos los niños saharahuis que penan en los campamentos.
Un abrazo grande
Sí que es algo mágica la entrada de hoy, Virgi. Me hace cabalgar sobre los sueños de la infancia, sonreírme con ese tono de cuento que has adoptado, sentirme niña con la visión de los juguetes.
ResponderBorrarBueno, pues un beso, que voy en busca unas muñequitas de madera para conversar un rato sobre la decoración de las repisas de las ilusiones.
Mejor, miles de besos con música de carrusel.
Llevo un rato aquí intentando hacerte un comentario y me he entretenido jugando un rato, pero lo he vuelto a poner todo en su sitio para el que llegue también lo haga.
ResponderBorrarPero sabes? Cuando he salido de tu casa me encontraba que me habían salido coletas, y me sentía como una niña. Lo que hacen los juguetes, madre mía.
Esos juguetes han llenado parte de mis repisas en algún punto interior de mi infancia. Y qué decir de la brillante coeducación del caballero collecionando vajillas y la chica constructora de casas y castillos... adelanto de tiempos que luego fueron distintos en alguna ocasión. Bueno Virgi, sin querer ser prosaica, decirte de mi afición a los juguetes, pero más a los antiguos. Así que como siempre vuelves a tocar mi corazón. Uno no termina de ser siempre niño-a Un abrazo cabalgando en un fabuloso corcel blanco.
ResponderBorrarMuy lindo Virgi!
ResponderBorrarMe gusta el toque inocente de todo, pero me ha dado pena de la muñeca...¿Sólo lavar, cocinar, planchar???¡ como que no! ¡ a mi que me manden un soldadito que igual al no tener caballo, no necesita praderas y casa y cocinita y esas cosas!.
¡Precioso de verdad!.
Un beso.
quiero jugaaaaaaaaaaar
ResponderBorrarEntre el cuento y las foticos, la nostálgia..."las rocas manchadas por la tarde"
ResponderBorrarY siguen fantanseando su amor en las repisas de la infancia...
Te veo por otras ventanas,hoy se me ha ocurrido asomarme en la tuya..
Me gusta lo que veo,me quedaré un ratico...
Besicos.
Niña, ¡bonito, bonito! Savcas un precioso relato de cualquier foto, vista o lo que sea y me dejas alucinaita, ¡eres genial!!
ResponderBorrarBesicos muchos
Preciosa entrada. Color y fantasía de la mano. Saludos.
ResponderBorrarQuerida Isabel, vuelvo a responder porque la verdad es que me gusta. A ver cuánto puedo mantenerlo.
ResponderBorrarSe me ocurrió un día hacer unas fotos a los juguetes en la casa de mi madre (donde conservamos todavía muchas cosas de nuestra infancia) y salieron estos personajes. Nunca es mal momento para revivir la infancia.
Un abrazo bien grande.
Lindo comentario, Encarni. Escribes con una naturalidad envidiable. Te lo agradezco mucho. Muchos besos. Muchos
ResponderBorrarTanci, querida, me satisfacen tus palabras. La próxima nos dedicamos a inventariar juegos y juguetes comunes.
ResponderBorrarY si es a la luz de una de tus lunas, mejor. Te sonrío largamente.
Zayi, tesoro, el que se dedica a cocinar es él. Es que le gusta, ¿sabes?. Yo tengo a alguien parecido.
ResponderBorrarElla sueña y construye.
¿Qué te voy a decir que no sepas?
Mis besos, linda muchacha.
Hola Aroa.
ResponderBorrarGenial que vengas con esos ímpetus juveniles y maravillosamente poéticos que te adornan. Te abrazo fuerte fuerte.
Cabopá, una sorpresa preciosa que vengas. Yo también conozco esa espalda con el mar, te veo en otros blogs...ahora mismo voy pa'llá.
ResponderBorrarMil gracias por tu iniciativa. Tantos besos.
¿Qué tal Nani? Acabo de leerte.
ResponderBorrarSiempre me piropeas, un placer.
Muchos besos
Estimado Arobos, creía que estabas de descanso. Veo que eres incansable, mira que despliegas actividades diversas.
ResponderBorrarGracias por esta sorpresa, un beso muy cariñoso.
Todo un mundo de recuerdos se agolpa tras cada juguete.
ResponderBorrarhe visto y leído...y leído, así vi que esos juguetes están en casa de tu madre y eso (me) explica mucho de tu forma de hilvanar las palabras y las imágenes
ResponderBorrarbesos
Que maravillas de juguetes, antiguos como joyas y tan bonitos...y encima aderezado con tus versos...quedó redondo!!!
ResponderBorrarBss
Me han dado ganas de montar a la grupa del jinete y recorrer todos esos recovecos de la infancia. Muy tierno, muy delicado.
ResponderBorrarBesos
Drac, ¡qué alegría verte! esos piececitos son muy tiernos, seguramente como tú mismo. Besos
ResponderBorrarHola Carmen.
ResponderBorrarEstán allí esos y otros más. Los sacamos para los peques, los volvemos a guardar. Y así.
Un abrazo grande, de cuento infantil y sonrisa de estrellas.
Gracias Bohe, un placer que te guste, con las cosas bonitas que nos obsequias!
ResponderBorrar:) :) :) besos
Sube cuando quieras, María. El húsar estará orgulloso de pasearte.
ResponderBorrarUn abrazo
Cuanto color: alegre, como debe ser.
ResponderBorrarCuanto sueño dorado: como debe de ser.
Nada mejor para regalar a una amiga que sus más hermosos sueños y recuerdos.
Un abrazo para las dos.
La del hula-hoop me da miedo...
ResponderBorrarBesos
Haaaaaaaaaaaaaaaaaaalaaaaaaaaaaaaa
ResponderBorrarGRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS A TI POR LLEVARME HASTA ALLÍ.
Hasta ti .
Gracias al blog que me permitió conoceros.
Gracias por esta historia de juguetes tan preciosa.
...
Vete ahora mismo pa mi blog, que te vas a enterar.
Jaja.
Mil besos .
Esa perfecta asociación, despierta la ternura y la escancia con delicadeza por los recuerdos menudos y secretos.
ResponderBorrarUna sonrisa
Qué hermosas historias has entretejido con los juguetes. Muchas gracias, querida Virgi.
ResponderBorrarUn beso
PS A mí me encantaban (de hecho me siguen gustando) los juguetes alemanes "Playmobil". Todos, pero muy en especial su serie de Piratas. Haber armado y jugado con el bello y enorme barco pirata, es uno de mis mejores recuerdos.
En un santiamén nos has trasladado a la infancia y un poco más lejos, a las puertas del primer amor, cuando aún los juguetes nos daban la bienvenida en casa, mientras en la calle nos despedíamos del novio.
ResponderBorrarEncantador
Besos
Sin esa infancia seríamos bien poquita cosa.Ella nos forja y nos construye. Los juguetes reflejan el pasado, ese primer amor que aún sigue revoloteando en las repisas de algún mueble.
ResponderBorrarTan tierno y dulce y sensible como tú.
Besos, Virgi.
¿Y tú hablas de la ternura que hay en mi blog?
ResponderBorrarA veces las musas -el coro de Apolo en pleno- acuden todas en tropel, y nos soplan una perla como ésta que has escrito.
Besos.
Tuve un caballito de pedales muy colorido hecho de metal, me lo trjeron los reyes varios años.
ResponderBorrarDigo bien varios años, porque como no teniamos dinero, mi padre lo pintaba cada año y yo lo recibia como nuevo.
Gracias por traerme a la mente estos bellos recuerdos de hace casi 50 años.
Un beso canarión
¡Qué bonito!!!! Desde luego Reyes debe estar orgullosa de este homenaje tan lindo que la has dedicado. El caballero encontró a su bailarina y juntos dejaron correr el tiempo cuidándose mutuamente...
ResponderBorrarFabricaste una historia de cuento a partir de unos juguetes antiguos, de esos de madera que tanto me gustan (nada que ver con made in China).
Besos mágicos, Virgi
Dichosos los niños que han podido disfrutar de su niñez.
ResponderBorrarDeliciosamente hermoso!!! Abrazos.
ResponderBorrarTan cariñoso y comprensivo, estimado Mateo. Colores para revivir la alegría de la infancia y cualquier otra que nos haya hecho mejores.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Linda Athena, es totalmente inofensiva. Sólo piensa en bailar y bailar...¡la de cuerda que le dí y todavía funciona bastante bien!
ResponderBorrarBesitos
Hola Reyes, ya fuí, leí, recordé, me emocioné...y volví.
ResponderBorrarUn abrazo, sonrisas. Y guiños
Delicadeza la que escancias tú, Ilia...¡qué bien que estés por aquí! Te extrañaba.
ResponderBorrarTe abrazo muy fuerte
Muy querida Marichuy, los Playmobil los asocio a una generación posterior. También jugué con ellos, pero haciéndome la pequeña. El que nombras del barco pirata en verdad era estupendo.
ResponderBorrarMuchos besos
¡Ah, Trini, no lo veía yo así, pero ahora que lo dices! Recuerdo esos novios infantiles que jugaban a las casitas con nosotras.
ResponderBorrarSonrío mucho. Un cariño para ti.
Mi querida, encantadora Eva.
ResponderBorrarJuguetes, actos, juegos, libros, que nos construyeron en gran medida.
Disfruté mucho de pequeña con todo eso. Late ahora dentro de mí. Bien, con alegría, sin nostalgia.
Muchos besos, tesoro.
Apreciado Thornton, yo a las musas no les comuniqué nada. En serio. Lo que ocurre es que ellas tienen el don de la ubicuidad, será eso.
ResponderBorrarGracias, te sonrío largamente, cielo.
Contrami, eso se llama ser práctico. Reciclar es lo haría falta ahora y no el desperdicio que tenemos.
ResponderBorrarUn abrazo, grande, como tu isla.
Hola Ginebra, es que en aquella época lo de China quedaba muy lejos. Si acaso en Carnaval disfrazarnos con kimonos y pincharnos unas agujas de crochet en el pelo.
ResponderBorrarLos juguetes de madera siempre me han entusiasmado. Un beso. O más, guapa.
Cierto Myriam. Lo pienso mucho y me siento afortunada por muchas cosas hermosas de esos años.
ResponderBorrarTambién pienso cuantos niños ahora mismo sufren y pasan penalidades.
Un fuerte abrazo.
Fgiucich, gracias por tu entusiasmo.
ResponderBorrarUn placer que te haya gustado, besos y besos
Qué juguetes más monos... lástima de nintendos!
ResponderBorrarBesicos
Tienes la capacidad de meterme en tus historias. Ya me siento invitada por la parejita a una taza de café. Lindo, mucho.
ResponderBorrarSacados del cajón de los recuerdos, los juguetes nos miran desde tu ventana.
ResponderBorrarUn primor...
Besos
Me voy a jugar con el diábolo...
Maga! tus historias e imágenes, son tan deliciosas, tan delicadas, que siempre me dejan el alma tibia y una sonrisa.
ResponderBorrarmil besos*
(y ya fui a conocer a Reyes)
Qué bonitos, sobre todo el tren.
ResponderBorrarYo, lo único que conservo es una Nancy que me regalaron por Reyes cuando tenía 12 años ...osea, en el pleistoceno.
a veces los cuentos de hadas, son mas reales que cualquier otra cosa.
ResponderBorrarme encanto.
un saludo desde las lejania.
Fantaseamos todos con tus textos llenos de calidez y cercanía querida Virgi.
ResponderBorrarJuguemos siempre amiga.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarPues yo conservo pocos, se los fui dando a mis hijos y ya ves...ni ellos los tienen ni yo tampoco.
ResponderBorrarViendo los tuyos me encantaron.
Un besote.
Desde luego un lujo todos esos juguetes que atesoras.
ResponderBorrarRespecto del amor creo que siempre necesita la fantasía como alimento que, para eso, ya se encarga la realidad del tormento.
Besos, querida Virgi.
La pequeña que salta sobre cada juguete que le da ilusión, la viste la prepara y tierna se teje de vida y amor.
ResponderBorrarHermoso Canalla...perdona la ausencia, mi Padre...partió a mejores Tierras.
Un abrazo.
Los juguetes son como las canciones de los adolescentes. Sueños rotos. Testigos de algo que se fue muy pronto.
ResponderBorrarUn abrazo.
Chuff!!
entre el tono de las fotos, y sus protagonistas, no puedo evitar pensar que tienen un cierto aire siniestro, por más que tu historia no lo sea ;)
ResponderBorrarLa nostalgia por esos juguetes que invitaban a imaginar y la belleza de tu texto hacen mágica esta entrada.
ResponderBorrarTambién me quedo fantaseando un amor sobre las repisas de la infancia. ¡Qué bonito!
Besos
Jugando con la memoria.
ResponderBorrarDibujando una sonrisa.
:)
Qué preciosos los juguetes de otro tiempo! Gracias por esta historia que gira como un trompo y tiene el corazón de plomo derretido.
ResponderBorrarUn abrazo a cuerda
Belén, gracia que me has hecho. Los de mi generación jugamos con la nintendo de hijos y sobrinos. Y sin mucho éxito.
ResponderBorrarBesitos
Salambó, considérate invitada desde ya! A café y a lo que quieras. Y con besos, eh?
ResponderBorrar¡Fíjate, Arantza! Y yo nunca supe jugar con un diábolo. Mis hermanas tenían uno, pero yo nunca le cogí el truco. Un abrazo, tus palabras han sido muy evocadoras, sabes?
ResponderBorrarMi querida Silvia Rayuela, me ha encantado lo que me dices. Y encima me llamas Maga. Tremendo piropo viniendo de ti.
ResponderBorrarMe alegra que hayas visitado a Reyes. Montones de besos.
Si la Nancy es del Pleistoceno, querida Tesa, tendremos que ver de qué época son los juguetes que pongo. Bueno, ni sabría decirte. Con certeza un par millones antes.
ResponderBorrar:) :) :) :) :) :)
Hola Sandocan, genial que pares en este puerto de vez en cuando. sabes que eres muy bienvenido. Los cuentos de hadas no tienen tiempo ni lugar.
ResponderBorrarUn abrazo, chiquillo.
En las repisas de la infancia mora o al menos debería morar mucha felicidad.
ResponderBorrarTengo un tiovivo de hojalata guardado en una bolsa de plástico desde hace ya más de dos años.Lucía con otros muchos juguetes en una vitrina ahora desvalijada por aquellos que no entienden de ausencias ni de magia como tú.
ResponderBorrarCreo que es hora de sacarlo de esa bolsa de tristeza para hacerlo girar alegremente.
Gracias, Virgi.
Sabes que siempre me alegran tus visitas, Hiperíon. Por aquí luce el sol...¿será por los juguetes?
ResponderBorrarMuakssssssssssss
Muy querida Carmen, ¿qué haríamos sin juego y sin fantasía? Eres un sol y bien conoces lo mucho que aprendo contigo.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo. Fuerte, pero tierno.
Hola Mar, también nosotros hemos regalado muchos de los nuestros, a hijos y sobrinos. Pero aún queda algo para el recuerdo.
ResponderBorrarBesos besos
Hasta te salió la rima, Sofía. Alimento, tormento...
ResponderBorrarPoco puedo añadir, no hay realidad sin fantasía. Ni al revés.
Besitos.
Muy querida Mayte.
ResponderBorrarMe has dejado sin palabras.
Gracias por venir. Un gran abrazo.
¡Zeny, siempre un plus tus palabras!
ResponderBorrarEl consuelo es cuando vemos esos juguetes en las manos de los niños de ahora. De veras, para mí ha sido una experiencia de lo más hermosa.
Un abrazo y todos los chuff!! del mundo.
Me has hecho sonreír, tesoro de Beauséant...ja ja...he vuelto a verlas y hasta te puedo entender. Me ha encantado tu sensación.
ResponderBorrarBesos :) :) :)
Alís, linda, me satisface lo que me dices. Montón de gracias, hay un huequito en una de esas repisas que espera por tu sonrisa.
ResponderBorrarUn beso y toda la magia de la fantasía.
Jugando con la magia de los recuerdos.
ResponderBorrarFantaseando con los juguetes que nos sonríen.
Magia, besos, sonrisas, fantasía. Todo para ti, Gabiprog
Alicia, poeta aquí y allí. Bella tu visita, no podía ser de otro modo.
ResponderBorrarEntre giro y giro la bailarina te sonríe, el caballero te lanza un beso.
Y yo, varios.
Hola Alma.
ResponderBorrarEs lo que desearíamos, que tuviera la suficiente felicidad para crecer y la correspondiente tristeza para aprender lo que nos espera.
Besitos besitos
Apreciada Alex, si de verdad has sacado el tiovivo, me das una alegría.
ResponderBorrarYo no tuve ninguno, seguramente que es precioso y alegre.
Un beso de carrusel y música.
Ese es un poder que los adultos dejamos de practicar, el tiempo de la imaginación, de inventar la vida dándole forma de felicidad.
ResponderBorrarPuede que sin darnos cuenta lo aplicáramos a nuestro trabajo y nuestras relaciones.
De momento es un placer inmenso poder jugar contigo.
Besos.
Ya veo que a Reyes le ha encantado.
ResponderBorrarLos juguetes se reservaron momentos intensísimos de nuestras vidas.
Gusta recordarlos con formas de mayores y palabras de pequeños.
O viceversa, como es tu caso.
Una delicia, Virgi.
Besos.
Qué serios se han vuelto estos juguetes, se les ve un poco mayores. Pero cuidado, ya se sabe que llevan una doble vida (Toy Story dixit).
ResponderBorrarViendo ese tren recordé uno de cuerda que me dejaron los Reyes. ¡Cuánto jugué con él! Hasta que se quedó casi destrozado (después de mucho tiempo), no lo dejé.
ResponderBorrarMuy tierno, abrazo.
es cierto que tiene magia toro..y generosidad y está llena de luz.
ResponderBorrarla mia ha vuelto aunque me quede un poco lejos(la infancia)
un beso enorme linda
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ResponderBorrarTengo un cochecito de lata de esos que venden por fascículos. Tuve un trapecista que daba vueltas hasta que se rompió y ese día dejé de ser niño, para enfrentarme yo amí propio trapecio. Tiene razón Toro, han vuelto muchas infancias.
ResponderBorrarJuguetes de lata
en la estantería.
Venir se veía
hizo muzz la gata
y de uñas su pata
el funcionamiento
de tal instrumento
hizo cata y prueba
¿Cuántos muelles lleva?
Yo conté unos ciento.
Son bonitos los juguetes antiguos, bueno sus réplicas. Yo fuí niño con el desarrollo del plástico, así que de este material eran mis juguetes.
Escribes muy bonito estimada Virgi.
Un abrazo.
Ay, cuántos recuerdos de infancia me haces revivir. Cuando creíamos que todo era posible, cuando la vida nos parecía una caja de maravillosas sorpresas y pensábamos que llegaríamos a ser lo que quisiéramos... Gracias por este viaje en el tiempo, virgi. Es como flotar sobre un mar de nubes... Un abrazo enorme.
ResponderBorrarQué arte para enganchar unas imágenes con otras a base de un texto tan escueto.
ResponderBorrarBesos desde mi repisa de cristal.
Una compañera de juegos como tú es un lujo, apreciada Gaia. Si no tuvimos esa posibilidad en la infancia, aún no es tarde.
ResponderBorrarQue llegue. Un achuchón de cariño.
La delicia, querido Ybris, es tu presencia. Con ese savoir-faire que tienes, catalizador de pensamientos y emociones.
ResponderBorrarUn abrazo, admirado y súper tierno.
Más mayores que ellos, yo misma. Allí siguen ellos, sin perder su prestancia, mínimamente heridos por la vida.
ResponderBorrarMi sonrisa, estimado Xuan.
Hola Edgar,
ResponderBorrareste tren es de mi hermano, con su pista desmontable y la vagoneta del carbón, como las pelis del Oeste...más o menos.
Besitos
Mi linda Momo, sabes bien que me gustan tus visitas, por muy espaciadas que sean. La infancia nos queda igual de lejos, pero el reflejo lo rescatamos en el momento menos pensado. Muchos besos, cielo.
ResponderBorrarY nos metíamos a descifrar el mecanismo. Y los muelles saltaban por los aires. Pocas veces pudimos reconstruirlos.
ResponderBorrarGracias, Enrique, gracias muchísimas por tu poema, por tu entusiasmo, por tus piropos.
Por venir.
Y un fuerte abrazo.
Isabel querida, que me has hecho aprender nuevamente de los increíbles romanos. No sabes lo que me ha gustado que vinieras y nos conociéramos. En estos días volveré al Teide y recordaré la preciosa tarde que disfrutamos.
ResponderBorrarDe juguetes hablamos la próxima.
Muchos besos. Muchos.
Hola Nómada, es que tengo las imágenes y voy pensando el texto. Gracias por tus piropos y tus visitas. A pesar del nomadismo, se ve que tienes tiempo para estas cosas.
ResponderBorrar:) :) :) :)
Hay algo mágico en los juguetes antiguos: una mezcla de alegría y tristeza. Lo has captado con precisión, sin duda.
ResponderBorrarLos recuerdos siempre parecen preparados para explicar quiénes somos. Esas fotografías hablan por sí solas, tanto como las palabras que las acompañan. Gracias, Virgi.
ResponderBorrarPrecioso, precioso, como esas viejas construcciones con bloques de colores. Hoy ya no sé si los niños juegan a esto.
ResponderBorrarAy, la infancia... Volver a la infancia... De la mano de principes, princesas y bellos corceles...
ResponderBorrarUn abrazo, amiga
Estimado Pedro, y tú lo resumes mejor, con esa capacidad que te caracteriza.
ResponderBorrarAlegría por lo que fueron. Tristeza por lo que ya no son.
Besos besos
Gracias a ti, querido Psycomoro. Si las fotos te dicen algo, será porque también entiendes el lenguaje de los juguetes. Sólo hablan con gente especial.
ResponderBorrarUn abrazo, un guiño, una sonrisa.
Hola Miguel.
ResponderBorrarAlgunos niños sí que juegan, aunque ahora hay tal variedad de juguetes que tal vez se cansan demasiado pronto sin saber las posibilidades maravillosas que esconden.
Un abrazo grande.
Antiqva, volver aún a sabiendas de que a las 12 de la noche la vida tornará a ser como ya sabemos.
ResponderBorrarBesos, cielo.
Qué recuerdos tan bien traídos y qué bonitas fotos.
ResponderBorrarVirgi, es un placer dar un paseo por este museo de juguetes acompañada de tus letras. Un verdadero lujo.
Como ya he dicho en alguna otra ocasión: pasar por tu casa es como sentarse en un porche al caer la tarde con una taza de café (o té) y una buena amiga.
Un beso.
Mira qué de sonrisas generas.
ResponderBorrarBesos y aplausos.
Con muñecas.
· Hermoso recorrido por infancias, aquellas donde una lata de sardinas con una cuerda, o la misma cuerda con varias latas de sardinas, podría ser un gran tren de mercancías. Aquellas infancias en las que la luna solo era un recorte de papel de plata.
· besos dacápallá
CR & LMA
________________________________
·
Detrás de un juguete, se esconde un niño...
ResponderBorrarJo, es preciosa la historia, y que habil mirada para tejerla con tanta ternura :)
ResponderBorrarUn bico grandote, grandote.
Yo tambien opino que eres un hada encantadora, si si :)
Ya sé qué historia se esconden de tras de sus ojos inanimados. Me gustó mucho :)
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ResponderBorrarHe leído tu respuesta, muy gentil, ya te digo, espero que de verdad lo hagamos.
ResponderBorrarUn abrazo cómplice.
Porche no tengo, querida Sue, pero casa, café, té, sol y paseos sí que te puedo ofrecer.
ResponderBorrarUn abrazo, gracias por tu ternura.
Muchos besos
Hola Larisa, te agradezco los aplausos. Y la visita, por supuesto.
ResponderBorrarOtras muñecas saldrán en otro momento...si ellas quieren, claro.
Besos :) :) :)
Muy apreciado Ñoco:
ResponderBorrarY el río, y el lago.
También de papel de plata.
Infancia que nos moldeó, sin ordenadores ni blog.
Besitos besitos
Y una niña con un hermano, que jugaban a trenes y caballos y bicicletas y castillos y....
ResponderBorrarBesos, Manuel
¡Ah, Merce, un hada! Lindo piropo para quien ya dejó de creer en ellas hace tanto, tantísimo.
ResponderBorrarMillones de gracias, tesoro. Un hada que le gustaría pasar unos días en la casa encantada de tu blog. Muchos besos con la varita mágica.
Tiempo sin verte, Maik. Me has dado un sorpresa, gracias, chiquillo. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarBueno, pues espero por ti. Aún no tengo muchos datos, ya me dirás, Salambó.
ResponderBorrarBesos :) :) :)
Ay qué bonito. Volví a ser niña contigo.
ResponderBorrarMe encantó.
Besotes.
Pd. Sí, la ciudad que habito siempre hay demasiada actividad cultural y artística. Te llevaré conmigo.
Virgi, soy Miguel Ramos, el admin de el blog de Arrucitagrande, creo que se por que página has entrado en mi blog, pero eso es lo de menos. Lo que me ha alegrado es ver un nombre nuevo en el, una persona que no se si entra por primera vez en mi blog pero si puedo asegurar que es la primera vez que escribe, así que no he podido hacer otra cosa que buscarte, saber de donde vienes, y cual es mi asombro que veo que eres una admin de un blog precioso.
ResponderBorrarNo puedo decir más, es para mi todo un honor.
Un beso.
Es de lo más precioso... me ha emocionado, Virgi, palabras e imágenes.
ResponderBorrarGracias.
Más y más abrazos.
¡Que maravilla! Bastante conmovedor.
ResponderBorrarNunca tuve juguetes tan fantásticos como los que enseñas pero ya me habría gustado.
Lo mío eran las pistolas, el sombrero y el disfraz de vaquero que me compró mi madre en Venezuela.
Querida Clarice, ten por seguro que si voy a tu país, iré a verte. Un abrazo, grande, de orilla a orilla.
ResponderBorrarGracias Miguel. Me satisface el entusiasmo con que me has escrito.
ResponderBorrarTe sigo, un beso.
Es más dificil conseguir la igualdad en el mundo de los juguetes que en el de los humanos.
ResponderBorrarUn paso de gigante estás dando.
Besos
Te leo, estimada Bel, y me parece verte. Bueno, poniendo con mi imaginación tu rostro. Dulce, lo sé.
ResponderBorrarMuchos besos, sonrisa serena para ti.
Hola Federico, apuesto tendrías que estar con esa pinta de vaquero. ¿No habrás leído la trilogía de Corman McCarthy?
ResponderBorrarMe hace mucha ilusión cada vez que vienes, millones de gracias (aunque te parezca exagerado). Y un abrazo.
Cierto, Rubén. Es que los humanos nos complicamos tanto. La igualdad es un horizonte que nunca alcanzaremos, no crees? Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarMaravilloso.
ResponderBorrarGracias Tonet. Bienvenido, los juguetes saltan alegres para ti.
ResponderBorrarUn abrazo
me encanta... y podrías seguir, al menos hasta el momento en que ya no les quedaban perdices...
ResponderBorrarLas perdices se acaban pronto. A veces ni existen, querida Jin. Un abrazo, no sabes cuánto me gusta que vengas.
ResponderBorrarQué gran creatividad, Virgi, siempre consigues ver las cosas desde una perspectiva especial. Una entrada verdaderamente lúdica y original. Besos, también lúdicos.
ResponderBorrarHola Alfredo, no te esperaba aquí jugando. Me alegra compartirlos contigo, el placer mío, un abrazo fuerte.
ResponderBorrarImagenes bellas acompañadas de dulces palabras que nos acercan fiestas especiales para los más pequeños y su mundo mágico.
ResponderBorrarJunto con saludarte quiero que sepas que por tu creatividad y compañía quiero compartir contigo el Premio Sol Brillante que te espera en
http://unrinconcitoespecial.blogspot.com
Un abrazo y feliz fin de semana!!
Rayén, gracias por tu visita y por tu dulce regalito. Un beso
ResponderBorrar