Lo bien que tienen que salir los mosquitos de ese caldo de cultivo...jajaja Así que después de que se deshizo bajo la lluvia, todavía fue caritativa con los bichos que la atormentaron en vida dejándoles de herencia sus instructibles zapatos :) Besos y salud
Qué inteligente es el abordaje del tema. Pocas palabras pero llenas de imágenes. Una historia completa y misteriosa.
Me alegra tu retorna y recibir tus comentarios. Es verdad que mi último trabajo tiene un aire de repartir conocimiento y lo siento porque mi intención no era esa. Un abrazo. Franziska
¡Uy, qué bonito, JL, cuánta inspiración! Me has hecho sonreír, e incluso, volver a mirar la foto por si había algún pajarillo en el que no hubiera reparado. Besos y besos, chiquillo.
No sientas nada, querida Franzis. Hagas lo que hagas, siempre está tu sensibilidad presente y eso es algo muy valioso y atractivo. Un besote, mi niña. ( a ver si sigo por aquí con regularidad )
Eres genial mi niña dorada. Una combinación perfecta de versos y escultura que nos estremece. Esos zapatos de bronce hartos de tanto esperar. Mi madre tenía unos así, pero no eran de bronce ni de cobre. Eran de sus años mozos, Virgi, y tu me los has recordado. Besicos.
Tecla, tú y tus cariñosos comentarios, mil gracias. Si te digo que me conmovió la escultura, además no estaban estos zapatos solamente sino algunos más, y había una cierta atmósfera de desolación. Te abrazo largamente, cielo.
Hacía, Ernesto, hacía... fue hace un año y medio, estuvimos unos días en Vitoria y en coche alquilado recorrimos sitios cautivadores, mismamente como Laguardia o Frias. Y hace poco vengo de hacer un trozo del de Santiago y luego estuvimos también rodando varios días por esos nortes verdes y fabulosos. Abrazo sonriente.
Yo creo que no esperó. Simplemente se fue, descalza, cuando empezó a llover. Dejó sus zapatos para que hubiera constancia de que ella acudió a la cita, quizás no muy deseada :)
Pues me alegras, Ginebra. Un besote y que las esperas sean por algo positivo, algo difícil viendo el panorama desolador que nos rodea (en todos los sentidos).
Bueno, yo puedo esperar bastante, me suele molestar más que me esperen, eso me pone nerviosa. Mi apreciada Marichuy, ahora mismo voy a verte, montón de besos, cielo.
Geniaaaaaal....te ha quedado redondo..además conozco el sitio....no me digas que acabas de estar en Laguardia que me tiro de los pelos...y pensar que hemos podido estar pisando las mismas calles y cruzarnos...te hubiese visto...aunque soy un despiste...aaaaayyyy uveeeee...un abrazo
Hola V. Estuvimos en esa zona, sí, pero hace año y medio, la próxima te aviso con tiempo (¡uf, no sé cuando será!). De donde vengo hace un par de semanas es de hacer un trozo del Camino, quizás ponga algo en el blog. Un abrazo, también a mí me quedaría pena si por "un nada" no nos encontramos. Y besos.
Jajaja...Tesa, qué humor tienes, eres mucho, me encantas. La próxima vez que nos veamos, me fijaré en tus pies, a ver...me da que exageras bastante. Respecto a la lluvia, a mí me gusta mucho, me pone muy contenta. Tendremos que pasear un día con los zapatos intercambiados bajo el agua, te parece buena idea? Besitos, artistaza.
Esos zapatos ahora están más contentos y menos solos. Tus letras los han llenado de poesía, de historia, de significado. Virgi, eres una maga de la evocación. Mil besos bien grandes
Isabel, bien me quieres, mi niña, los besos te los cambio por mil gracias a tu consideración y alabanzas. Y que sepas que me hace gracia lo de maga, es un simpático y hasta poderoso piropo.
Qué bonita inspiración para unos zapatos que, tal vez, podrían pasar desapercibidos. Pero tú, con tu arte y con tu destreza has sabido ver más allá. La perseverancia todo lo puede, hasta dejar patente su presencia, su huella...su calzado. Un beso, amiga
Huellas que alguien deja para que nosotros nos fijemos y continuemos la cadena de la vida con estos pequeños detalles, querida Tanci. Besotes, que nos vemos pronto, campeona.
Cerquita estuve, querida Soco, pero hace tiempo (creo que te lo dije en su momento, ¿o no?). Y ojalá mi mirada se pose otra vez cerca y poder avisarte. Un besote, cielo, y gracias por la consideración.
Perseverancia, virtud cardinal, ordinal, o aleatoria, que nos lleva a conseguir algo que incluso, algunas veces, ni hemos deseado. Me aplicaré el cuento, a ver si consigo unos zapatos así, prueba de todo desgaste. Foto bonita, y en 1x1 me gusta más.
Lo bien que tienen que salir los mosquitos de ese caldo de cultivo...jajaja
ResponderBorrarAsí que después de que se deshizo bajo la lluvia, todavía fue caritativa con los bichos que la atormentaron en vida dejándoles de herencia sus instructibles zapatos :)
Besos y salud
...y pájaros mañaneros
ResponderBorrarremojan sus picos
donde nacen las pisadas.
Un beso, poeta.
Qué inteligente es el abordaje del tema. Pocas palabras pero llenas de imágenes. Una historia completa y misteriosa.
ResponderBorrarMe alegra tu retorna y recibir tus comentarios. Es verdad que mi último trabajo tiene un aire de repartir conocimiento y lo siento porque mi intención no era esa. Un abrazo. Franziska
Es lo que tiene la gente amorosa Genín, siempre dispuestas a dar y seguir dando. Y me da que de eso tú sabes bastante.
ResponderBorrarAbrazo gordo, fortachón.
¡Uy, qué bonito, JL, cuánta inspiración! Me has hecho sonreír, e incluso, volver a mirar la foto por si había algún pajarillo en el que no hubiera reparado.
ResponderBorrarBesos y besos, chiquillo.
No sientas nada, querida Franzis. Hagas lo que hagas, siempre está tu sensibilidad presente y eso es algo muy valioso y atractivo.
ResponderBorrarUn besote, mi niña.
( a ver si sigo por aquí con regularidad )
Eres genial mi niña dorada.
ResponderBorrarUna combinación perfecta de versos y escultura que nos estremece.
Esos zapatos de bronce hartos de tanto esperar.
Mi madre tenía unos así, pero no eran de bronce ni de cobre. Eran de sus años mozos, Virgi, y tu me los has recordado.
Besicos.
Tecla, tú y tus cariñosos comentarios, mil gracias. Si te digo que me conmovió la escultura, además no estaban estos zapatos solamente sino algunos más, y había una cierta atmósfera de desolación.
ResponderBorrarTe abrazo largamente, cielo.
Muy gráfico, Virgi.
ResponderBorrar¿Y que haces tú por la Laguardia?
Un abrazo.
Hacía, Ernesto, hacía...
ResponderBorrarfue hace un año y medio, estuvimos unos días en Vitoria y en coche alquilado recorrimos sitios cautivadores, mismamente como Laguardia o Frias.
Y hace poco vengo de hacer un trozo del de Santiago y luego estuvimos también rodando varios días por esos nortes verdes y fabulosos.
Abrazo sonriente.
A veces se disipan hasta los zapatos ---
ResponderBorrarAhora ya de vuelta ... nos veremos con mas asiduidad
Abrazos
La espera desespera, a veces incluso diluye:) Me gustó mucho el texto y la foto. Besos
ResponderBorrarY no cabía duda. Nunca mejor dicho con el agua en sus zapatos.
ResponderBorrarMe alegra que vuelvas. Muchos besos.
A algunos, al menos a mí, la espera nos desespera. Ni la lluvia me calma. 🙈
ResponderBorrarUn abrazo, querida Virgi,
En este caso, Esmeralda, costará más, pero ya sabemos que el tiempo lo puede todo. A ver si seguimos visitándonos, besitos besitos.
ResponderBorrarYo creo que no esperó. Simplemente se fue, descalza, cuando empezó a llover. Dejó sus zapatos para que hubiera constancia de que ella acudió a la cita, quizás no muy deseada :)
ResponderBorrarPues me alegras, Ginebra. Un besote y que las esperas sean por algo positivo, algo difícil viendo el panorama desolador que nos rodea (en todos los sentidos).
ResponderBorrarUn prueba concluyente, querida Isabel. He vuelto, no sé cuanto aguantaré , mi niña, un fortísimo abrazo.
ResponderBorrarBueno, yo puedo esperar bastante, me suele molestar más que me esperen, eso me pone nerviosa.
ResponderBorrarMi apreciada Marichuy, ahora mismo voy a verte, montón de besos, cielo.
¿Ves, Diego? Siempre tienes otro ángulo de vista, me encantas.
ResponderBorrarUn abrazo mientras sonrío a tu ingenio.
Me reí con lo que dijo Genín de los mosquitos
ResponderBorrarPero la foto es arrolladora en su sencillez
Genín es muy ocurrente, un tipo genial, sí.
ResponderBorrarGracias, Alí, por tus gentiles palabras, un fuerte fuerte abrazo.
antes esperaba
ResponderBorrarahora vivo al dia si llega bien
si no llega tambien
bello texto
Geniaaaaaal....te ha quedado redondo..además conozco el sitio....no me digas que acabas de estar en Laguardia que me tiro de los pelos...y pensar que hemos podido estar pisando las mismas calles y cruzarnos...te hubiese visto...aunque soy un despiste...aaaaayyyy uveeeee...un abrazo
ResponderBorrarOh, que hermoso post, Virgi, me chifla la foto y el relato.
ResponderBorrarY es lo que tiene la lluvia, querida Virgi, que como decía mi amado poeta Lorca...
"...hace vibrar el alma dormida del paisaje..."
A mí me encantaría marcharme así... dejar ahí mis zapatos, y con el pie que gasto, los gorriones tendrían una piscina olímpica.
Un abrazo,
Un abrazo, Recomenzar, gracias por tu visita.
ResponderBorrarHola V. Estuvimos en esa zona, sí, pero hace año y medio, la próxima te aviso con tiempo (¡uf, no sé cuando será!). De donde vengo hace un par de semanas es de hacer un trozo del Camino, quizás ponga algo en el blog. Un abrazo, también a mí me quedaría pena si por "un nada" no nos encontramos. Y besos.
ResponderBorrarJajaja...Tesa, qué humor tienes, eres mucho, me encantas. La próxima vez que nos veamos, me fijaré en tus pies, a ver...me da que exageras bastante.
ResponderBorrarRespecto a la lluvia, a mí me gusta mucho, me pone muy contenta.
Tendremos que pasear un día con los zapatos intercambiados bajo el agua, te parece buena idea?
Besitos, artistaza.
Esos zapatos ahora están más contentos y menos solos. Tus letras los han llenado de poesía, de historia, de significado.
ResponderBorrarVirgi, eres una maga de la evocación.
Mil besos bien grandes
Isabel, bien me quieres, mi niña, los besos te los cambio por mil gracias a tu consideración y alabanzas.
ResponderBorrarY que sepas que me hace gracia lo de maga, es un simpático y hasta poderoso piropo.
Precioso todo, amiga... Me encantan esos zapatos mojados, y como los has captado
ResponderBorrarUn abrazo
Merecería la pena esa espera? Tal vez era precisamente la lluvia el amor más fiel.
ResponderBorrarBesos.
Qué bonita inspiración para unos zapatos que, tal vez, podrían pasar desapercibidos. Pero tú, con tu arte y con tu destreza has sabido ver más allá. La perseverancia todo lo puede, hasta dejar patente su presencia, su huella...su calzado. Un beso, amiga
ResponderBorrarA mí me decían muchas cosas, Ildefonso, y al final, pues tuve que colgarlos aquí. Un fuerte abrazo, me alegra que te haya gustado.
ResponderBorrarComo sueles, apreciado Xuan, tan sutil y ocurrente. Con ese comentario, qué decirte?...pues que vuelvas.
ResponderBorrarBesos y abrazos
Huellas que alguien deja para que nosotros nos fijemos y continuemos la cadena de la vida con estos pequeños detalles, querida Tanci.
ResponderBorrarBesotes, que nos vemos pronto, campeona.
ResponderBorrarAsí que por mi "cerquita" y yo sin saberlo...
La verdad que la escultura se presta a mil conjeturas. Y tu, con tu mirada mágica, supiste encontrar una deliciosa.
Besosmil
Buen finde, amiga. Muy observadora en lo de (y hasta puede que algo más)
ResponderBorrarUn abrazo, Virgy.
Cerquita estuve, querida Soco, pero hace tiempo (creo que te lo dije en su momento, ¿o no?). Y ojalá mi mirada se pose otra vez cerca y poder avisarte.
ResponderBorrarUn besote, cielo, y gracias por la consideración.
Pues me satisface que algo así me encuentres, Ernesto. Suelo observar bastante a mi alrededor, sí.
ResponderBorrarAbrazo grande.
Y es que ya no quedan Penélopes...
ResponderBorrar;)
Besos, tesoro.
ResponderBorrarPerseverancia, virtud cardinal, ordinal, o aleatoria, que nos lleva a conseguir algo que incluso, algunas veces, ni hemos deseado.
Me aplicaré el cuento, a ver si consigo unos zapatos así, prueba de todo desgaste.
Foto bonita, y en 1x1 me gusta más.
Un beso
· LMA · & · CR ·
Ni Penélopes ni Ulises, mi linda Eva.
ResponderBorrarBesos y abrazos.
Eso, eso...así se habla, sr. Ñoco.
ResponderBorrarYa sabía yo que eso del 1x1 te iba a gustar...¡ay, este chico!
Mi sonrisa cómplice, artista.