Sube al
tranvía, va casi vacío y se sienta junto a la ventanilla.
Por el cristal ve
pasar, casas, árboles, coches, bicicletas, perros, niños, ancianas. A cada uno
le pone un nombre, inventa una historia. Tiene un don inusual y prodigioso.
Pero cuando baja y pisa la calle, todo lo que
ha creado, desaparece, ya no podrá recordar cada una de las vidas que ha
imaginado, sólo el movimiento le da la llave que articula su mente.
Para mantener ese don, ha de viajar eternamente.
Fotos y texto, Virgi
(Görlitz, Dublín, Edimburgo, Lucca, Arezzo)
Como cada uno de nosotros, necesitamos viajar por la vida para crear historias y vivirlas a pesar de que a veces tampoco es que valga demasiado la pena.
ResponderBorrarVirgi, eres preciosa. Seguro que tu no necesitas viajar para hilar tus historias.
ResponderBorrarAparecen solas en tu mente.
Siempre aprendemos, querida Tecla, viajando o en casa.
ResponderBorrarUn besote
(pero el placer del viaje, ¿quién nos lo quita?)
Ja ja ja, leí sólo el primer comentario y ahora me encuentro con el segundo, ah, pillina, me has hecho sonreír!
ResponderBorrarBueno, viajar me inspira mucho. Y si es a ciudades antiguas, mucho más...¿sabes, cielo, que a veces sueño que visito sitios preciosos?
Tu nos haces viajar con tus historias... buena elección de fotos Virgi
ResponderBorrarAbrazos
Y viajamos eternamente... en nuestro cuerpo o en la mente de tu personaje... reales o soñados, ¿Qué más da?
ResponderBorrarBss
Los viajes también se dan de dentro hacia fuera. Como dice el texto: viajamos con nuestras propias vivencias creando vidas diferentes.
ResponderBorrarTodas las fotografías son bellas.
Felicitaciones Virgi tienes magia.
A mi eso de viajar eternamente no me mola nada, debe de ser porque lo haré mas pronto que tarde quiera o no, aunque no me guste... :(
ResponderBorrarBesos y salud
También el movimiento se puede dar sentado, desde un cuarto cualquiera donde nos encontremos. Cuando la imaginación se pone a caminar... Y figúrate cuando se pone a correr o dar brincos...
ResponderBorrarComo siempre, magnífica reflexión acompañada de unas bellísimas fotografías.
También a mí me gusta viajar, bien lo sabes. Nos ensanchamos mucho con los viajes. Pero no olvidemos los viajes ocultos que nuestra imaginación nos brinda; sin ellos estaríamos perdidos.
Un abrazo grandísimo, querida Virgi.
Distintos lugares, distintos viajes. Las usé para la historia y bastante que me costó, Esmeralda, me alegra que las apruebes.
ResponderBorrarBesazo
Soñados en este caso, pero con un fisco de realidad, Gato lindo.
ResponderBorrarAbrazos cálidos
¡Mira quién habla de magia, querida Aída! Todo un piropo que te agradezco largamente.
ResponderBorrarMuuuuuuuuchos besos
Es un decir, Genín, tranquilo, no te me pongas metafísico, chiquillo.
ResponderBorrarBesos y sonrisas.
Viajes reales o soñados, Isabel.
ResponderBorrarUnos nos enriquecen de una forma, otros nos ensanchan también la mente y el espíritu, porque ¿qué mejor viaje que el estudio, la lectura, la música, la pintura...?
Te abrazo con fuerza, Isabel, cielo.
Viajar es la llave que nos abre el alma. Para mí, una particular forma de sentirme viva. Besos, muchos.
ResponderBorrarMi siguiente destino; Barcelona.
Esa creatividad no desaparecerá aunque cuando salga a la calle se le olvide eternamente. ¿Por qué? porque es en la calle en donde volverá a encontrar ese "feedback" que le seguirá retroalimentándose para continuar llenándose y llenándonos con sus historias. Bastante que me gustó este relato tan vivo y tan auténtico, casi como si la protagonista fueras tú, mi querida Virgi. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarMe encantan la fotos de la bici y la de la puerta azul, y viajar contigo en tranvía, y ver pasar los árboles y las casas, y las nubes...
ResponderBorrar...y tejer una historia para la señora del turbante: me la imagino con una bola de cristal rodeada de gatos mimosos haciendo conjuros entre brumas de incienso...
Y así ando después de leerte mirando con atención las fotos y fabulando, que es otra manera de viajar.
Ah, y pienso poner esa excusa para viajar más, "necesito moverme, que me quedo sin ideas" ¡Ya te vale!
Un abrazo chica viajera y soñadora.
ResponderBorrarEstupendas fotos.
Yo también quisiera viajar eternamente... si con ello consiguiera fijar mis recuerdos.
Hoy escogeré una foto, la de la bicicleta. Me parece que tiene una composición muy bella, al margen de que esa puerta sea una maravilla.
Lucca y su muralla me recordó a Lucus Augusti y la suya. Son dos pequeñas ciudades que bien podrían hermanarse.
· B·d·S
· LMA · & · CR ·
Caray ¿estás en Alemania?
ResponderBorrarCuando ponemos los pies en la tierra, la ley de la gravedad nos obliga a mantener el tipo, a ser conscientes de nuestra propia existencia; lo demás es "superfluo", pasa a un segundo plano.
ResponderBorrarEsa puerta azul... un viaje directo a la mente.
besÖs.
Quizá sea un poco cansado. O mucho. Pero yo también quisiera viajar eternamente (y también tener el don, claro)
ResponderBorrarUn abrazo, Viegi.
Pues es una historia muy especial la de ese ser viajero que inventa historias a partir del movimiento. A veces se puede viajar sin que uno se mueva, ¿sabría hacerlo el o la protagonista de hoy?.
ResponderBorrarBesos
La imaginación, es la gran, la única llave...
ResponderBorrarTodas, pero la de la bici en esa puerta... es de concurso.
Besos, bella!
Siempre un placer volver por tu espacio.
ResponderBorrarSaludos.
La imaginación puede vivir en la ciudad más concurrida..., y gracias a ella a veces sobrevivimos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Pues que no deje de viajar. Y si es en bicicleta (el vehículo más inteligente creado por el hombre), mejor. Besico, Virgi.
ResponderBorrarBuena definición, Arantza. ¿Y cuándo piensas viajar a tus blogs? Porque nunca te encuentro.
ResponderBorrarUn abrazo y gracias por venir y entenderme.
Casi aciertas, Tanci, amiga. Nada como viajar para abrirnos a la vida y entender muchas cosas.
ResponderBorrarNo soy yo, pero podría serlo, aunque a mí, a demás del movimiento, me gusta la conducción je je.
Un abrazo de lo más cómplice.
Tesa, tesoro (¡mira qué bien me acaba de salir esa pareja de palabra, te van que ni pintadas!), esa excusa podría ser perfectas, pero las más de las veces es inviable, bien sabes que los deseos pocas veces se realizan.
ResponderBorrarEn cuanto a la señora, era un reputada actriz de teatro que paseaba por Edimburgo cuando el Fringe, hace un par de veranos (fabulosa oportunidad).
Besos a tu talento, inmenso, tierno y refrescante.
Cuando acabé con los comentarios, Ñoco, voy a ver lo de Lucus Augusti, a comprobar lo que de dices.
ResponderBorrarEn cuanto a lo de "estupendas fotos"...¡wau, qué decirte? que me dejas bien feliz.
Besos y besos, ya te diré algo respecto a mi búsqueda de L.A.
¡¡¡No, Tigrero!!! Estuvimos hace unos cuatro años en Dresde en casa de una amiga. Tampoco el resto de las fotos son de ahora, la más reciente tiene ya más de un año.
ResponderBorrarAbrazote
Te espero detrás de la puerta azul (que no verde, eh?), Sole, y nos damos un volteo a ver qué pillamos, bien afianzadas a la tierra y sus posibilidades.
ResponderBorrarBesos y besos y besos
El don estaría genial, Marichuy. Lo de viajar eternamente vale por un tiempo, porque estar en casa bien cómoda...¡uy, eso es impagable!
ResponderBorrarAbrazo cálido, muy tierno.
Me da que no, Ginebra, a no ser que cambie el chip, que también es algo que suele suceder cuando no queda otra alternativa.
ResponderBorrarBesitos, guapa, besitos.
Crystal, un placer esa opinión. La bici me conquistó también, parecía no querer que los dueños de la casa se echaran a caminar sin ella.
ResponderBorrarBesitos muchos.
Y un placer verte de nuevo, Antonio. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, MJ, aunque hay personas que la tienen (y prodigiosa) sin moverse.
ResponderBorrarUn guiño, que sé que me entiendes.
Besos también
¡Ah, Diego, lo que disfruté de adolescente con una bici! Esa sensación de la brisa en la cara es única.
ResponderBorrarCasi estoy de acuerdo contigo, pero no al cien por cien, tendrías que ver las cuestas que tenemos por aquí.
Bueno, qué tonta, si ya sé que las conoces, sorry.
Besos, abrazos, sonrisas, querido chico.
Como viaja la mente, quizás fue ella la que le pidió el mismo ritmo al cuerpo.
ResponderBorrarMagnífico final, virgi, da gusto leer y mirar aquí.
Abrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEs posible, Isabel, sabemos tan poco de nosotros mismos!
ResponderBorrarMe gusta que te guste, es gratificante, que lo sepas.
Un besote bien cariñoso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarNo olvidemos que con la imaginación, también se puede viajar.
ResponderBorrarPreciosas fotos.
Un abrazo.
Dicen que siempre estamos realizando el mismo viaje y que, en realidad, es como si no nos moviéramos nunca. Sin embargo, yo creo que el prodigio se puede realizar siempre en cualquier sitio, el interés lo pueden despertar las personas y también los objetos porque en ellos queda siempre algo de la esencia de las manos que lo ejecutaron.
ResponderBorrarBuenísimas fotos. Besos. Franziska
Indudable, Juan L.
ResponderBorrarCuanta gente grande y genial no se movió de los alrededores de su casa. En realidad el auténtico y clarificante viaje es hacia nuestro interior. Pero es tan complicado que preferimos obviarlo.
Un abrazo grande y tierno.
Franzis, el asunto es ver, sentir, razonar, oler, paladear, pensar, imaginara. Da igual viajar que estar siempre en nuestro salón, todo depende de nuestro saber estar.
ResponderBorrarBesitos y gracias por tu interés, querida.
Precioso el breve relato, que tanto explica la vida misma; uno no se puede parar.
ResponderBorrarLas fotos como siempre acompañantes y protagonistas con las palabras.
Besos, Virgi.
Y si nos paramos, Pamisola, se nos vienen encima todas esas cosas que no queremos que se nos acerquen.
ResponderBorrar¿Será esa, en definitiva, el ansia por movernos?
Un abrazo, me alegra mucho verte otra vez.
Te dire un secreto, amiga, las cosas cuando no las vemos dejan de existir...
ResponderBorrarAsi es
Un abrazo
Encuentro todas las fotos adecuadísimas al texto, que, por otra parte, me ha gustado mucho.
ResponderBorrarBeso, Virgi.
Sí, Antiqua, verlas, o al menos, recordarlas. Siempre tan sabio, amigo, un fuerte abrazo.
ResponderBorrarPues nada, Mar, una alegría esas palabras. Es lo que tiene, besitos, linda.
ResponderBorrarNo consentir a la inercia, moverse y vivir. Eso. Un abrazo.
ResponderBorrar¡Qué maravilla!
ResponderBorrar¿escapando de ella misma?... pudiera ser, ¿no crees, Virgi?
ResponderBorrarMe encanta esa forma tuya de hilvanar historias a partir de unas imágenes. Destilan una imaginación desbordante.
ResponderBorrarBesos.
Es que la ida es un viaje con pocas paradas y muchas bifurcaciones.
ResponderBorrarAbrazo.
Ahora... pasa a ser una vida inventada, con otro nombre, a los ojos de un personaje asomado a la ventanilla de un tranvía.
ResponderBorrartD1b, Virgi.
Que no, que no nos pueda la inercia. Y menos la mental. Beso, Joven.
ResponderBorrar¿De veras lo cres, Ximens? Gracias, un abrazo.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarEs posible, Pilar, perhaps. No todo nos gusta de nosotros y en vez de afrontarlo, pensamos en escapar.
ResponderBorrarAbrazo y sonrisa para ti.
Imaginación tengo un poco, Nómada, pero no sé si me sirve de demasiado. En fin, al menos me entretengo y me llegan lindos piropos ;) Besitos
ResponderBorrarSupongo quisiste decir, "la vida", Edgar, no? Buena apreciación, me la llevo.
ResponderBorrarAbrazo agradecido
Y tendrá que cuidarse esa vida de viajero errante, Volvo, tesoro, no debes ser fácil.
ResponderBorrarMi abrazo bien grande,
Lo importante es viajar y viajar...
ResponderBorrarEso es cultura, imaginación, sueños e ilusiones forjadas en la mente de por vida.
Besos, mi tesorito.
Sigamos, pues, en ello, querida Eva, siempre que la vida nos deje y las ilusiones no se marchiten.
ResponderBorrarBesos besos besos
Qué buena historia: alguien que para imaginar debe vivir la sensación continua del viaje.
ResponderBorrarArezzo siempre es bello.
Una inspiración muy rica la que nos produce el viaje.
ResponderBorrarY Arezzo, sí, magnífica.
Pedro, más besos