Hay caminos que nunca se borran, Virgi. Cómo no ibas a encontrarlo. Tu sabías cuales eran las señales inequívocas, y no podías fallar ni aunque lo intentaras. Una siempre sabe por dónde se va al lugar soñado o deseado. Donde la vida fluye sin reparos y te espera.
¡Ah, la yerba, mi querida Tecla! Humilde, brillante, lustrosa, cargada de luz y rocío. Sobre ella hemos de extendernos las dos algún día, cogidas de la mano y mirando al cielo. Sé que esta espera tendrá sus resultados, un abrazo, montones de besos, montones.
Lástima que no sea yerba fumable...:) Claro que todo se puede solucionar, si se quiere claro, aunque estoy seguro que no echas para nada de menos el fumaque con la belleza que te rodea :) Preciosas fotos con colorido increíble que solo lo hay en tu tierra! Besos y salud
Ya ni las miguitas se pueden desperdiciar, Diego. Es cuestión de echarse al camino y ver lo que nos ofrece. Y de eso sabes tú más que yo. Besos y besos y besos
¡Ay, Juan L., es que eres puro corazón! Así te llegan estas cosas, estos paisajes se emocionarían de sentir que los miras. Te abrazo con fuerza y agradecimiento.
Cualquier paisaje en tus manos se transforma en maravilla, lugar pleno de luz y color, poblado de la magia que le transmiten tus palabras. Siempre me asombras con estas cualidades tuyas. Besote de los grandes.
Seguir tus post es un gran placer virgi. siempre nos llevas por caminos que en sí son espléndidas imágenes. como eses mar de florecillas rojas sangrantes!
Aunque aún estoy "desconectada" te escribo sin que me vean desde ya sabes dónde. Preciosas fotos (sobre todo la primera). Qué me gusta una flecha roja sobre un muro. Qué encuadre y qué colores.
Un beso gordísimo va para esa preciosa tierra y para ti.
Interesante recorrido: empieza en un entorno familiar, sigue con los avatares de la vida... que, en el mejor de los casos, nos lleva al lugar que buscábamos, o acabamos (tal vez) donde debemos llegar.
Nada mejor que adentrarse en el fin de semana que siguiendo tu ruta...repleta decolores intensos e imágenes irrepetibles. Un auténtico bucle el que planteas...apasionante como siempre. Un abrazo
Los trazos del volcán, querido Ñoco, ese que nos dió la vida tiempo ha. Un recorrido que seguro te encantaría, aunque no es muy largo. Besitos, chicarrón.
Y no sé siquiera si así es, Sole. A veces vamos dando tumbos y llegamos a los sitios de pura casualidad. Lo cierto es que el lugar rojo es precioso, al lado del mar azul y del basalto negro. Un fuerte abrazo, mi sonrisa también.
La pasión que ponemos parece que las flores la entienden, querido V. Así nos regalan sus mejores galas, para nuestro deleite. Me encanta cómo miras...bueno, normal...con lo que te leo, ya sé de tu capacidad. Mil gracias.
Casi iba a decir lo mismo que Nómada. Se percibe un empate con lo que te rodea y percibir esos códigos es grato para que luego nos los traigas, gracias. Un besote.
Un buen relato. Me gusta mucho la segunda foto ... esa perspectiva, es como si le diese velocidad. Los caminos siempre nos llevan a alguna parte, aunque a veces parezca podo lo contrario.
¡Ah, Beauséant, me haces gracia! Ciertamente, seguir las flechas no siempre es gratificante, pero al parecer en este caso valió la pena. Besos besos :) :) :)
Un lugar donde "sangraban las flores"; todo pura plasticidad, el conjunto las fotos y las palabras añadidas, o es al revés? Precioso esa ladera repleta de flores.
¡Ah, Teresa, qué bien que te veo! Me alegras y espero que vuelvas pronto para seguir aprendiendo con todo lo que nos regalas. Te van besos, abrazos, sonrisas y paciencia para que te lo tomes con la tranquilidad necesaria.
El que busca siempre encuentra., aunque la mayoría de veces no hacemos caso a las señales que a cada uno se nos presentan a lo largo de nuestro camino. Tal vez cuando uno a prende a leerlas o a interpretarlas ya se ha pasado la mitad de la existencia... o algo así. Un fuerte abrazo.
Y cuántas veces ni siquiera nos percatamos de que están ahí avisándonos de algo importante! Es que aprendemos tarde y mal, querida Tanci, somos lentos relentos. Besos y gracias por acercarte hasta la Máquina.
Así somos, hemos sido y seremos, Eva. Y la Naturaleza, obviando nuestra crueldad, sigue generosa, erre que erre. Te abrazo con ganas y alegría, querida.
Hay caminos que nunca se borran, Virgi.
ResponderBorrarCómo no ibas a encontrarlo. Tu sabías cuales eran las señales inequívocas, y no podías fallar ni aunque lo intentaras.
Una siempre sabe por dónde se va al lugar soñado o deseado. Donde la vida fluye sin reparos y te espera.
Yo también te espero.
ResponderBorrar....Y la yerba. Te espera la yerba, Virgi. Y no te habías dado cuenta.
ResponderBorrar¡Ah, la yerba, mi querida Tecla! Humilde, brillante, lustrosa, cargada de luz y rocío.
ResponderBorrarSobre ella hemos de extendernos las dos algún día, cogidas de la mano y mirando al cielo.
Sé que esta espera tendrá sus resultados, un abrazo, montones de besos, montones.
Un recorrido envidiable, así cualquiera llega donde sea, aunque el final sea la roja savia de la vida.
ResponderBorrarBesos
Lástima que no sea yerba fumable...:)
ResponderBorrarClaro que todo se puede solucionar, si se quiere claro, aunque estoy seguro que no echas para nada de menos el fumaque con la belleza que te rodea :)
Preciosas fotos con colorido increíble que solo lo hay en tu tierra!
Besos y salud
Entonces, María, te apuntas tú también? Besitos, chiquilla :) :) :)
ResponderBorrarNo fumo, Genín, pero como bien dices, todo tiene arreglo. Y más si es cuestión de que vengas a visitarnos je je...
ResponderBorrarUn abrazo, cielo.
¡Qué belleza!...y sobre todo qué sorpresa...Esos paisajes son de las Canarias ¿Cierto?
ResponderBorrarCreo que a tus visitantes les agrada leer lo que escribes, sea aquí o en casa de Juan. Terminaré de leer tus dos relatos.
ResponderBorrar:))
Virgi, me has dejado sin palabras. No sabes como entendí este poema tuyo y cómo reconocí la sangre de las flores. ¡¡Excelente!! Como todo lo tuyo.
ResponderBorrarSaludos cariñosos.
Esa ruta es para no ir dejando miguitas en el camino, y quedarse. Muy buenos tus dos micros, como siempre. Besico.
ResponderBorrarAl igual que encuentras ese punto donde con tus palabras y fotografías nos impresionas con la hermosura.
ResponderBorrarUn paseo por ahí no me vendría mal:)
Besos
!Cuanta poesía destila de tus versos y de tus imágenes!
ResponderBorrarLa vista disfruta y las metáforas te hacen vivir en otros mundos interiores.
Un abrazo
Sí, Alí, todos son de aquí, y en este caso de la misma isla donde vivo, Tenerife. Me encanta esa sorpresa que demuestras, un abrazo gordo.
ResponderBorrarMil gracias por tu interés, Esi, me alegras y mucho. Montonazo de besos.
ResponderBorrarEse borboteo sangriento se percibe incluso a través del océano, querida Pluma, ya me estoy dando cuenta. Un abrazo, querida. Otro a tu sensibilidad.
ResponderBorrarYa ni las miguitas se pueden desperdiciar, Diego. Es cuestión de echarse al camino y ver lo que nos ofrece. Y de eso sabes tú más que yo.
ResponderBorrarBesos y besos y besos
El paseo no se va a ir, Trini. Incluso hasta ya está esperándote. Mira si puedes, por mí encantada de guiarte, que lo sepas.
ResponderBorrarBesitos, cielo.
¡Ay, Juan L., es que eres puro corazón! Así te llegan estas cosas, estos paisajes se emocionarían de sentir que los miras.
ResponderBorrarTe abrazo con fuerza y agradecimiento.
Cualquier paisaje en tus manos se transforma en maravilla, lugar pleno de luz y color, poblado de la magia que le transmiten tus palabras.
ResponderBorrarSiempre me asombras con estas cualidades tuyas.
Besote de los grandes.
Con esas imágenes tiendo a pensar que se trata de un recorrido heroico... Un abrazo.
ResponderBorrarSeguir tus post es un gran placer virgi. siempre nos llevas por caminos que en sí son espléndidas imágenes. como eses mar de florecillas rojas sangrantes!
ResponderBorrarUn abrazo.
¿No sería que la tierra se ruborizaba al verte?
ResponderBorrarEres una excepcional rastreadora de la belleza .
Bss
Otro de tus magnificos poemas visuales, amiga... Muy bellas las imagenes que nos brindas
ResponderBorrarUn abrazo fuerte
Aunque aún estoy "desconectada" te escribo sin que me vean desde ya sabes dónde. Preciosas fotos (sobre todo la primera). Qué me gusta una flecha roja sobre un muro. Qué encuadre y qué colores.
ResponderBorrarUn beso gordísimo va para esa preciosa tierra y para ti.
Muack!
Así da gusto, Isabel, que vengas con palabras tan gratificantes. Que las valoro mucho creo que ya lo debes de saber, no?
ResponderBorrarAbrazo grande y laaaaaargo.
Pues mira que algo de eso hay, Darío. Una lucha titánica que has percibido muy bien.
ResponderBorrarUn beso, Joven. Y otro y otro.
Moderato, te van mis besos a ese entusiasmo que me traes, todos ellos como florecillas primaverales.
ResponderBorrarQue sí, que sí.
Abrazos
Ja ja ja, Gato, no creo, no.
ResponderBorrarEn todo caso, me ruborizaría yo de tener que pisarlas. Un beso y gracias gracias gracias.
(de veras un placer, chiquillo)
Serían mejores si fueras tú el fotógrafo, Antiqua, artista sensible.
ResponderBorrarUn beso y un abrazo.
Ya tienes sitios d sobra para repetir, Sue querida. Y sé con certeza que te enamorarías de ellos.
ResponderBorrarUn abrazo, maravilla de chica.
Es cierto. Yo también he visto sangrar a las flores.
ResponderBorrarBesos.
Deber ser tremendo...sangrar a las flores, con la hermosura que nos regalan...
ResponderBorrarBeso + beso
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ResponderBorrarQue imágenes más bonitas y que camino de huellas y señales tan sugerente. Todo lleno de vida y color. Preciosos.
ResponderBorrarBesicos muchos.
ResponderBorrarCuatro fotos cuatro para hilvanar una corta pero intensa historia. ¡Que final más poético!
La segunda foto es una pasada.
· B·D·S
· CR · & · LMA ·
Interesante recorrido: empieza en un entorno familiar, sigue con los avatares de la vida... que, en el mejor de los casos, nos lleva al lugar que buscábamos, o acabamos (tal vez) donde debemos llegar.
ResponderBorrarbsÖs, Virgi.
Nada mejor que adentrarse en el fin de semana que siguiendo tu ruta...repleta decolores intensos e imágenes irrepetibles.
ResponderBorrarUn auténtico bucle el que planteas...apasionante como siempre. Un abrazo
Entonces, Pedro, hemos hecho el mismo recorrido...¡qué pena no habernos encontrado!
ResponderBorrar;)
Besazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarSí, Mar, un sufrimiento inútil. En fin, de esos hay muchos.
ResponderBorrarUn beso grande
Nani, linda chica, te lo digo una y otra vez: eres un sol y da gusto que vengas siempre tan animosa y positiva.
ResponderBorrarGracias y te abrazo refuerte.
Los trazos del volcán, querido Ñoco, ese que nos dió la vida tiempo ha.
ResponderBorrarUn recorrido que seguro te encantaría, aunque no es muy largo.
Besitos, chicarrón.
Y no sé siquiera si así es, Sole. A veces vamos dando tumbos y llegamos a los sitios de pura casualidad.
ResponderBorrarLo cierto es que el lugar rojo es precioso, al lado del mar azul y del basalto negro.
Un fuerte abrazo, mi sonrisa también.
La pasión que ponemos parece que las flores la entienden, querido V.
ResponderBorrarAsí nos regalan sus mejores galas, para nuestro deleite.
Me encanta cómo miras...bueno, normal...con lo que te leo, ya sé de tu capacidad.
Mil gracias.
Poca gente como tú sabe interpretar las señales de la naturaleza.
ResponderBorrarEnhorabuena por las fotos y su hilo conductor.
Besos.
Casi iba a decir lo mismo que Nómada. Se percibe un empate con lo que te rodea y percibir esos códigos es grato para que luego nos los traigas, gracias.
ResponderBorrarUn besote.
Nunca, nunca hago caso de las flechas, pero tengo que reconocer que en este caso hicieron un gran trabajo, eso es cierto ;)
ResponderBorrarUn buen relato. Me gusta mucho la segunda foto ... esa perspectiva, es como si le diese velocidad.
ResponderBorrarLos caminos siempre nos llevan a alguna parte, aunque a veces parezca podo lo contrario.
Un abrazo
Y poesía también, ¿cómo no encontrarla donde sangran las flores?
ResponderBorrarUn abrazo, Virgi
Acabo de conocer tu blog Virgi, y la verdad es que me ha gustado mucho, así que, enhorabuena.
ResponderBorrar¡Ah, Beauséant, me haces gracia! Ciertamente, seguir las flechas no siempre es gratificante, pero al parecer en este caso valió la pena.
ResponderBorrarBesos besos :) :) :)
Caminos de lava, Esmeralda, en las faldas del Teide. Le dan movimiento, sí, aunque sea de siglos :)
ResponderBorrarUn abrazo.
Isabel, qué bueno que viniste, me encanta ver esa sonrisa, muchos besos, muchos.
ResponderBorrarPepe, gracias por tus palabras, bienvenido.
ResponderBorrarMe satisface que te haya gustado, un abrazo.
Entrar aquí y exclamar un ¡OHHH!
ResponderBorrarA mí me pasa siempre.
Gran abrazo
Qué lumuninoso es tu espacio, Virgi.
ResponderBorrarSiempre tanta luz, tan nítido a pesar de esa niebla que dices.
Un abrazo.
Preciosas todas las fotos!
ResponderBorrarSaludos.
Una chica aplicada que sigue las indicaciones al pie de la letra… y que llega a su destino a pesar de los obstáculos del camino. ¡Esa es "mi chica"!
ResponderBorrartD1b, Virgi.
Es lo que tiene el cariño, Isabel, que nos impresionanmos con las ideas de las amigas.
ResponderBorrarGracias, chiquilla linda, un par de besos bien grandes.
¡Ay, MJ, gracias! ¿No será que la luz ya viene contigo?
ResponderBorrarUn abrazo grande, grande, grande.
Estupendo que te gusten, Hiperión, te va mi sonrisa agradecida.
ResponderBorrarY besos.
Es que los obstáculos son virtuales, Volvo, tesoro...¡ay, con los reales ya sería bien complicado!
ResponderBorrarBesitos, tdmuuuuuuuuuchos.
Muy buena entrada... Me gusta descubrir caminos... Un saludo desde Murcia.
ResponderBorrarLlegar hasta esa sangría debe ser un espectáculo, me pongo en cola para ir ya mismo, magnífico.
ResponderBorrarUn abrazote.
Llegar hasta esa sangría debe ser un espectáculo, me pongo en cola para ir ya mismo, magnífico.
ResponderBorrarUn abrazote.
Un lugar donde "sangraban las flores"; todo pura plasticidad, el conjunto las fotos y las palabras añadidas, o es al revés?
ResponderBorrarPrecioso esa ladera repleta de flores.
Abrazos, Virgi.
Un buen lugar para llegar, pero sobre todo un buen trayecto que recorrer.
ResponderBorrarUn beso, Virgi
Que hermosura virgi, siempre disfruto en tu blog...con tus fotos, con tu sensibilidad...
ResponderBorrarSigo liada, pero espero que un par de meses o menos volveré al blog aunque sea semanalmente...no quiero dejarlo pero ahora mismo no puedo.
Gracias por tus palabras, un abrazo grande
Recibo tus saludos con satisfacción y alegría, Alp. Tiempo hacía que no nos encontrábamos.
ResponderBorrarUn abrazo
Veo que lo tuyo es doblar el afecto, Edgar ;) Gracias y un fuertefuerte abrazo.
ResponderBorrarNo, Pamisola, suele ser las imágenes primero y leugo voy encajando unas y otras.
ResponderBorrarUn beso, montón de gracias.
Es lo que dicen, Alís, que lo importante no es el destino, sino el camino a recorrer y lo que aprendemos al hacerlo.
ResponderBorrarTe abrazo, preciosa chica.
¡Ah, Teresa, qué bien que te veo! Me alegras y espero que vuelvas pronto para seguir aprendiendo con todo lo que nos regalas. Te van besos, abrazos, sonrisas y paciencia para que te lo tomes con la tranquilidad necesaria.
ResponderBorrarEl que busca siempre encuentra., aunque la mayoría de veces no hacemos caso a las señales que a cada uno se nos presentan a lo largo de nuestro camino. Tal vez cuando uno a prende a leerlas o a interpretarlas ya se ha pasado la mitad de la existencia... o algo así. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarEstoy segura que ya vine, pero no me veo...te decía
ResponderBorraracerca de la relación intensa con lo que te rodea...o algo por el estilo.
Un besito entonces.
Y cuántas veces ni siquiera nos percatamos de que están ahí avisándonos de algo importante! Es que aprendemos tarde y mal, querida Tanci, somos lentos relentos.
ResponderBorrarBesos y gracias por acercarte hasta la Máquina.
Ja ja ja, claro que habías estado ya, Salam, ja ja. Pero me alegras, así me acompañas en este tipo de despistes.
ResponderBorrarUn besote y mi sonrisa.
Sensacionales fotos.
ResponderBorrarEres sembradora de belleza.
¡Vaya, Carlos, qué sorpresa, no te esperaba también aquí!
ResponderBorrarUn abrazo
La tierra y las flores sangran... tras nuestro desolado y asolador paso...
ResponderBorrarBesos, tesoro.
Así somos, hemos sido y seremos, Eva. Y la Naturaleza, obviando nuestra crueldad, sigue generosa, erre que erre.
ResponderBorrarTe abrazo con ganas y alegría, querida.