
Celda
William Hogarth tenía ya fama como pintor cuando acude a la cárcel para conocer a Sarah Malcolm. Corre el año 1733 y la joven en pocos días será ajusticiada. El porte orgulloso y la seguridad de sus movimientos impactan al artista, que la observa con respeto. La celda es oscura y las partes blancas de los ropajes semejan gruesas pinceladas de luz. Casi no habla con ella, acusada de robo y asesinato a su ama y a un par de familiares. En la cámara, húmeda y fría, se huele la desolación.
Nunca se supo con certeza como fue el crimen, pero el pintor consigue traernos a alguien a punto de morir, mientras por los huecos de la puerta creemos oír lamentos, gritos, oraciones.
Sarah pide un rosario y se sienta a esperar la llamada del cadalso.
Hogarth la pinta con lejanía, lozana como joven que era, sin vacilación ni remordimiento. Con los brazos cruzados, tanto parece importarle el ajusticiamiento, como que el pintor acabe de una vez su retrato. El artista la coloca a un lado del cuadro y al otro, la puerta, símbolo que desde los egipcios había que traspasar para llegar al más allá.
Cualquier simbología está aquí ajena a Sarah Malcolm. Los ojos negros perforan el aire enrarecido de la celda y ven lo que nosotros no logramos imaginar.
William Hogarth, con su realismo vanguardista, nos transmite la duda de si la verdad o la mentira pueden tener algún valor frente a la muerte.
William Hogarth (1697-1764)
Sarah Malcolm, 1733
Galería Nacional de Escocia
Nunca se supo con certeza como fue el crimen, pero el pintor consigue traernos a alguien a punto de morir, mientras por los huecos de la puerta creemos oír lamentos, gritos, oraciones.
Sarah pide un rosario y se sienta a esperar la llamada del cadalso.
Hogarth la pinta con lejanía, lozana como joven que era, sin vacilación ni remordimiento. Con los brazos cruzados, tanto parece importarle el ajusticiamiento, como que el pintor acabe de una vez su retrato. El artista la coloca a un lado del cuadro y al otro, la puerta, símbolo que desde los egipcios había que traspasar para llegar al más allá.
Cualquier simbología está aquí ajena a Sarah Malcolm. Los ojos negros perforan el aire enrarecido de la celda y ven lo que nosotros no logramos imaginar.
William Hogarth, con su realismo vanguardista, nos transmite la duda de si la verdad o la mentira pueden tener algún valor frente a la muerte.
William Hogarth (1697-1764)
Sarah Malcolm, 1733
Galería Nacional de Escocia
Maravilloso abordaje de lo que los ignorantes no podemos ver...
ResponderBorrarAbordaje...¡vaya, Joven! no me esperaba ese término tan marino...me gusta, me gusta...
ResponderBorrarBesos y gracias, poeta.
É uma pintura cuidadosamente seleccionada!
ResponderBorrarMe impactó mucho cuando la ví, Fábio, un cuadrito muy pequeño cargado de fuerza. Luego me dediqué a buscar información sobre ella y la razón de que Hogarth la pintase.
ResponderBorrarUn abrazo.
Conocía el cuadro, pero no sabía que con cada pincelada William Hogarth estaba contando una historia tan triste. Gracias por contármelo tan bien.
ResponderBorrarBuenas noches.
Buenas noches, Mercedes, sabes bien que es un placer que vengas y me encanta que conocieras el cuadro.
ResponderBorrarYo no, hasta que lo ví este verano.
Sin embargo,a Hogarth, sí, siempre muy personal.
Un fuerte abrazo.
No conocía ni el cuadro ni el pintor, y la verdad es que sí, que impacta la actitud tranquila de la mujer ante lo que le espera.
ResponderBorrarEs estupendo aprender contigo, Virgi, descubrir pinturas nuevas, nombres nuevos.
Sobre todo me ha encantado cómo ha distribuido el cuadro en esas dos partes tan diferenciadas que tú explicas de maravilla. Lo del simbolismo de la puerta lo conocía, pero jamás hubiera imaginado al contemplar el cuadro que hacía referencia al mismo. Ahora, con tus explicaciones sobre la joven condenada, está clarísimo.
Es un gusto leerte y compartir las cosas que te han impactado.
Besos y abrazos muy veloces, que te lleguen muy rápido para que me sientas a tu lado.
La muerte es la NADA. A la muerte nada le importa si llueve o nieva.
ResponderBorrarTampoco importa morir cuando uno ya está muriendo.
Qué bien escribes Virgi.
Es una pintura llena de misterio y realismo mágico. Inspiradora de versos y palabras.
Me conquistas con tu forma de contar y hacernos participes de la historia. Sin dudas , me voy a informar sobre el pintor y su obra, no lo conocía.
ResponderBorrarAbrazos para ti, querida Virgi.
Leo
¡Qué bien nos lo cuentas, querida Virgi! Muy bueno el cuadro, que no conocía, por cierto.
ResponderBorrarUn beso
Una narración detallada sobre la realización del cuadro y la actitud de la queiba a ser ajusticiada. ¿Qué otra cosa le aguardaba a Sarah Malcom sino esperar el momento?
ResponderBorrarUN post excelente.
Un abrazo.
Tienes mucha razón es una pintura con mucha fuerza.
ResponderBorrarVerdad o mentira frente a la muerte ¿y si era inocente?
Al menos Hogarth la inmortalizó.
Besos
Es el talento del artista, quien sabe entresacar la belleza de una situación tan sórdida y triste.
ResponderBorrarAnte la muerte todo se desvanece, pero no tus sentidos que transmiten a través de lienzos que pintas en tus palabras.
ResponderBorrarViajar en el tiempo. Allanar esa morada. Entender esa pintura. Ser cautivados por la pincelada empleada y sus colores. Distinguir la luz y la colocación de elementos en el cuadro. Admirar la expresión de aguante de la señora... esperar a la muerte. Todo ello hace que me hayas regalado una clase magistral de Historia del Arte. Y yo, que estoy dando algunos pasos para desentrañar la pintura y acercarme lo más posible a las luces y a las sombras,me quedo prendada de tan elegante y sutil enseñanza.Un montón de gracias Virgi.Besos llenos de luz.
ResponderBorrarExcelente entrada. Acabo de pulir un nuevo conocimiento...
ResponderBorrarSaludos!
ñOCO Le bOLO ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Celda":
ResponderBorrar· El cuadro me gusta, aunque me sorprenda un poco el escorzo, tal vez pensando en el franqueo de esa puerta...
Más me gusta tu comentario. Quisiera para mi esa capacidad de escribir sobre un cuadro.
· un beso... o dos
No sé que pasa con algunos comentarios, querido Ñoco, que me llegan al correo pero no aquí.
ResponderBorrarCosas de blogger.
Un abrazo grande.
Como tú.
Desde luego a mi ver, ella no parece esperar la muerte o le es totalmente indiferente o fue benevolente el pintor y la liberó en el lienzo.
ResponderBorrarEso sí, algo ajeno a nosotros y al pintor ven sus ojos y ella en ese momento ya se encuentra más allá, pero no sabemos de donde...
Parece que estabas allí y lo presenciaste todo.
Besos
Conocía el cuadro pero ignoraba lo que se escondía tras esa mirada de indiferencia y resignación.
ResponderBorrarNo parece sentir remordimiento alguno.
Frente a la muerte tantas serán las dudas que nos envuelvan, que mejor esperarla así, con desafío y entereza.
Me gustó mucho este post, Virgi.
Besos, tesoro.
Pintaste el significado sobre las pinceladas de Hogarth. Eso es saber mirar un cuadro.
ResponderBorrarbesos
Precioso retrato y estupendo análisis de una obra pictórica.
ResponderBorrarUsted, señora, vale "para un roto y para un descosido"...
Besos
Bien cierta la reflexión Virgi.
ResponderBorrarSiempre me gusta tu sensibilidad.
Besos.
Qué gran lienzo, la expresión de ella es tan ausente, distante de quien la mira ahí en su celda.
ResponderBorrarUn beso, querida Virgi
Estremecedora la aparente frialdad de la protagonista ante el hecho que se le avecina. Tal vez gozaba de la satisfacción de estar saboreando el frío plato de la venganza.
ResponderBorrarBsoT.
Reconozco que no conocía a este pintor, así que un motivo más que añado al placer de pasar por tu blog.
ResponderBorrarLa sensibilidad y talento con el que nos cuentas las circunstancias de la obra le añade nuevas miradas y sensaciones.
Me llama la atención el hecho de que no tenga el rosario entre sus manos, parece algo impuesto. Ella no está rendida ni atemorizada, curioso, Virgi.
Un beso,
Es impresionante la expresión. No parece que esté esperando a la muerte.
ResponderBorrarBesos
¡Quizás hasta era inocente! Un placer leer tus interpretaciones de los cuadros.
ResponderBorrarAhora ya no me olvidaré de éste.
Gracias Virgi
Gracias por enriquecernos.
ResponderBorrarlos cuadros siempre ganan cuando los explican.. gracias !!
ResponderBorrarDesconocía parte de los detalles que nos cuentas. Miro el cuadro con otros ojos gracias a ti.
ResponderBorrarCreo que la entereza y el desafío son aliadas inteligentes ante la nada
Excelente post, virgi
Besos
Me encanta esa actitud a medias resistente y a medias indolente, dura sin quiebra alguna, escocesa. Ya está todo rezado, se escuchan los pasos del carcelero, el tintineo de un juego de llaves. Es la hora.
ResponderBorrarDe Hogarth me gustan mucho las tintas satíricas, grabados, dibujos, llenos de mordacidad. Le tengo por un gran tintero y un gran autor de "cómics", un precursor.
Manuel Flores va a morir.
ResponderBorrarEso es moneda corriente.
Morir es una costumbre
que sabe tener la gente.(Borges)
..
En este caso, la milonga podría ser para esta Sarah.
Besitos, Virgi.
No conocía la historia, me da cierto repelús eso de los ajusticiamientos, ufff! sin embargo el cuadro me gusta, y también tu forma de contárnoslo..., pero son esas cosas de la historia que no me gustan nada nada.
ResponderBorrarUn abrazo.
Y para historias de ese tipo, los ingleses se las pintan solas...en fin, estos eran escoceses, vecinos y parientes, vaya!
ResponderBorrarUn beso, MJ
Efectivamente, Ismo, Hogarth fue un genial vanguardista en cuanto a pinturas como historietas. Supo relatar la vida cotidiana y popular con gran agudeza e ingenio.
ResponderBorrarA mí también me gusta mucho y cuando ví este pequeño cuadro, me causó una honda impresión.
Besitos
(supongo conoces su autorretrato con perro)
Sue ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Celda":
ResponderBorrarLa próxima vez que vengas a Madrid visitaremos juntas algún museo pictórico, porque tengo la seguridad de que contigo aprenderé un montón.
Saber "a cuento de qué" viene una pintura, es lo más bonito de la pintura (al menos para mi).
Gracias por la lección.
Un beso.
De acuerdo, Sue, quedamos en dedicar un tiempo a eso. A mí me encantará.
ResponderBorrarUn abrazo
(tendremos tantas cosas que hacer que no sé si habrá tiempo para todo)
Nadie ha podido descubrir aún qué nos hace invencibles cuando nos enfrentamos a la fatalidad, quizá sea la paz con una misma.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias por la explicación del retrato. Tengo un amigo que tiene dos aguafuertes de Hogarth.
ResponderBorrarY si quiere saber cuanto sabe de unos proverbios españoles hay una "prueba" en mi página en turbeng (don Gerardo de Suecia).
Un lienzo intrigante sin duda, acerca de alguien que habria caido en el olvido de no ser reflejado en el...
ResponderBorrarNo tenia ni idea de esta historia, amiga
Un abrazo
Qué tamaño tiene este cuadro? Es fría la imagen,sí
ResponderBorrarBesos
Pues no conocía el cuadro, pero lo explicas tan maravillosamente que te conviertes en guía indispensable en cualquier museo. Es cierto que en ocasiones el pintor, sea quien sea, encuentra inspiración y muchas cosas que contar en la gente de la calle, en ocasiones mucho mejor que pintando reyes. Un saludo
ResponderBorrarY tanto que trasmite.
ResponderBorrarsaludos
gran reflexión la tuya, virgi...me quedo pensando
ResponderBorrarbesos*
Una muy buena exposición artistica.
ResponderBorrarUn beso.
Hola Mita, no pude contestarte antes. El cuadro es muy pequeño y aún así impresiona mucho. Mide 49x39
ResponderBorrarUna joya.
Besos
Me encanta cuando nos traes joyas como estas...
ResponderBorrarSaludos y un abrazo.
Me gusta cuando dices que sus ojos ven lo que nosotros no logramos imaginar y me parece más cierto, si cabe, por su propia expresión.
ResponderBorrarUna belleza de cuadro.
Besos.
Me gusta ese rostro adusto que se enfrenta a lo que está por llegar con la seguridad de lo inevitable, como me gstan tus palabras. Besos.
ResponderBorrarMenuda reflexión:
ResponderBorrar"nos transmite la duda de si la verdad o la mentira pueden tener algún valor frente a la muerte".
solo tenía 22 años cuando fue ejecutada por el asesinato de tres mujeres.
ambos cuadros son de tu visita a Escocia, curiosos; reflejan la forma de vida y costumbres de entonces.
un abrazo
:)
la muerte es la única certeza
ResponderBorrarQué magnífica entrada.
Besos.
Hogarth tiene grandes obras, fue un avanzado pintor de las clases populares, ridiculizando a su vez a las pudientes y sus costumbres trasnochadas.
ResponderBorrarHabía visto esta obra pero no sabía esta historia que cuentas.
Impresionante obra y maravillosa interpretación.
ResponderBorrarCreo que se percibe más dignidad que resignación...
Muy buen post!
Un beso.
Maravilloso estudio. Profundo y lúcido.
ResponderBorrarYo creo que tu ves más allá del arte.
Coincido.
ResponderBorrarMaravilloso retrato. Maravillosa tú.
Milbesos.
atrapa
ResponderBorrarPreciosa entrada. La reflexión que haces es verdaderamente enriquededora, ¡me ha encantado como siempre, claro está!
ResponderBorrarBesicos mchos.
Gracias, Nani, eres un encanto, siempre tan animosa.
ResponderBorrarUn buen beso.
la pintura muestra esa fortaleza que solo algunos espíritus logran en este mundo, muy bella
ResponderBorrarMucha frialdad, mucho acero tiene esa mirada.Buen pintor, distinto para el estilo rococo de la época, tan empalagoso.
ResponderBorrarBesos
Qué buena mirada tienes. Así se mira y se cuenta un cuadro.
ResponderBorrarHe investigado a este pintor -que no conocía- me han gustado sus retratos y sus cuadros de costumbres.
Como ves, querida profesora, todos aprendemos de todos.
Besos.
¡Ah, Profe, qué encanto que eres!
ResponderBorrarGracias y muchos besos.
Impresiona la descripción que has hecho, Virgi. Saber entrar dentro de un cuadro (o de una foto) y saber desplazarse dentro de él, es un arte igual que pintarlo.
ResponderBorrarEste artísta tiene el doble mérito de tener el valor de entrar en la antesala de la muerte para dejar constancia de ella para la Historia.
No conocía este cuadro, pero creo que verlo directamente, sin intermediarios de papel ni píxeles, debe de impresionar grandemente. Es como tener un cofre plano donde un pintor-psicólogo dejó encerrada para siempre sus emociones, unas emociones desbordadas.
Bs.
Sin embargo, he de confesarte que me choca bastante la pose (nunca mejor dicho) de esta mujer ante los últimos momentos de su vida, tan distante del fatal momento que pareciera tomar café entre amigas, jjj. Probablemente debió de ser así, una vez consumidas todas las lágrimas y toda la ira, ya sólo le quedaba el tránsito asumido e implacable.
ResponderBorrarBs.
Gracias, Víctor.
ResponderBorrarYa he dicho en algún comentario que me impresionó mucho.Yo conocía a Hogarth y sus atrevidos temas populares y de crítica social, pero no esta obra.
Cuando me planté enfrente, algo me tocó, una energía diferente. Ya en mi casa, me puse a indagar sobre el personaje y me salió el texto.
A mí es que me gusta mucho el Arte y de vez en cuando escribo algo y lo cuelgo. No sé si has ido a alguno de los otros enlaces (he ido encadenándolos todos), si en algún momento lo haces, ya me dices algo, siempre es un lujo saber la opinión de un pintor.
Montón de gracias.
Me has dejado muy feliz.
¡Caramba, veo que has vuelto!
ResponderBorrarPues sí, su frialdad y serenidad es una de las cosas que me hicieron recapacitar. Tiene una mirada acerada, mmucho más allá de lo que podemos imaginar para la situación en la que está.
Besos para ti.
Impresionante.
ResponderBorrarme has recordado a mi profesora de arte del colegio. Nos contaba historias de este tipo que a mi me fascinaban.
Un beso
¡Alex, me encanta que hayas llegado hasta aquí! Y con lo que me dices, me llenas de satisfacción. Un beso grande, mi niña.
ResponderBorrarQué historia tan fuerte y qué bien la cuentas en tan pocas líneas. Esas vidas al límite deberían ser un funte de inspiración. Gracias
ResponderBorrarGracias, Juan.
ResponderBorrarTú sí que eres un torrente de inspiración.
Besos
Terrible historia.
ResponderBorrarSi algún día veo el cuadro, ten por seguro que recordaré lo que has contado.
Otro abrazote.