No brotan bombas volcánicas
ni fumarolas humeantes,
tampoco lava incandescente
ni suave y crujiente lapilli.
Sólo emergen las nubes, vaporosas,
cintas de algodón cruzando el cielo,
lenguas blancas que acarician el pueblo.
Foto y texto, Virgi
Bonita imagen del pueblo en la ladera.
ResponderBorrarUn abrazo, Virgi.
ResponderBorrarBellísimo texto para una imagen de ensueño. Pura magia y poesía.
Abracísimo, poeta
Me cuadró bien el día, el cielo, la hora, todo. Así que me alegras, Ernesto, besos besos.
ResponderBorrarGracias, querida Soco, porque viniendo de tu sensibilidad, es un lujo para mí. Abrazo gordo, tesoro.
ResponderBorrarRegresando… poco a poco, que no es poco...
Por delante, preciosa foto. El pueblo trepa ladera arriba buscando el cielo que el infierno de la lava descendiendo queda ya en la memoria delos cementerios.
Me encanta, poeta.
beso VyE
· LMA · & · CR ·
Querido Ñoco, si te agrada, ya puedo dormir tranquila, eres mi observador más inflexible (pero cariñoso, eso sí!). Un abrazo bien grande, voy a visitarte.
ResponderBorrarMejor esas nubes algodonosas a temibles erupciones.
ResponderBorrarUn beso muy grande, querida Virgi.
Indudablemente, querida Isabel, ni "comparancia", como dicen por aquí algunas personas mayores. Nada que ver la paz de este lugar con esas nubes con lo que podría ser algo volcánico.
ResponderBorrarUn besote, guapetona.
Que bonito ese pueblo, parece que está escalando la ladera... :)
ResponderBorrarBesos y salud
Esas nubes son las lianas por donde las casas quieren llegar al cielo, aunque la piedra de la montaña les frena su subida.
ResponderBorrarBella foto y preciso y precioso poema.
Un beso.
Cómo siempre , me dejas el alma llena de buenas sensaciones y hoy me venía bien una imagen de vida. La foto es preciosa.
ResponderBorrarBesicos muchos.
es una lava más simbólica y, en mi opinión, más fotográfica ;)
ResponderBorrarUna ubicación preciosa la de este pueblo, que tú supiste ver.
ResponderBorrarBesos:)
OOOOOhhhhhVirgi, qué bonito lo haces.
ResponderBorrarQuedó lindo aquí, Genín, pero vivir en las últimas casas no creas que es muy cómodo; eso sí, tiene unas vistas al mar fantásticas.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Otra posibilidad la que me dices, Juan L. y que queda como de cómic; me has hecho sonreír de buena mañana. Abrazos a tu inspiración.
ResponderBorrarEs tu corazón agradecido, querida Nani, que luego revierte en el mío para agradecer tu sensibilidad. Muuuuuuuchos besos.
ResponderBorrarSí, sí, Beauséant, indudablemente es así. Y suave, y dulce, e inofensiva...
ResponderBorrarBesos vaporosos.
Ginebra, es que ese día estaba especialmente luminoso y adecuado. Un abrazo, linda chica.
ResponderBorrarBueno, Tecla, yo lo único que hice es pisar el botón del móvil (ni siquiera tenía la cámara), pero si te gusta, mejor que mejor.
ResponderBorrarBesos, querida.
¡Qué belleza de ladera! Me encantan tus palabras, como una propuesta de esperanza ante tanto pesimismo interior y exterior.
ResponderBorrarMontón (de montaña) de besos.
Me quedo con la bella poesía de tu propuesta, Virgi, con los comentarios tan positivos que provocas, me quedo con esa caricia al pueblo que trepa por la ladera, con ese azul crujiente y la armonía del conjunto.
ResponderBorrarMe llevo este hermoso post, Virgi, para animar el día gris que se cuela por mi balcón.
Un abrazo,
A ver ¿Se trata de casas que casi est{an en el propio cono del volcán?
ResponderBorrarQué bella erupción, querida Virgi. Y también una bella foto.
ResponderBorrarTe mando un fuerte abrazo.
Precioso poema para colgarlo en cualquier pared del Congreso de los Diputados... Beso, Virgi.
ResponderBorrarUna original toma ... foto y palabras al unísono
ResponderBorrarAbrazos
me gusta como eres y como la gente te ve
ResponderBorrarun abrazo grande
Las nubes... Las maravillosas nubes... Casi nada...
ResponderBorrarEs que para disfrutar con una buena foto nada como mirar por el objetivo, Virgi.
ResponderBorrarY mísera de mi, estoy perdiendo la costumbre. Por no llevar colgada a todas partes la cámara de verdad.
Y el pueblo empinado en las faldas del volcán, vive la dicha de la paz y de tener una cantara como tú que se mueve a ritmo de música de jazz.
ResponderBorrarAcabo de abrir un nuevo blog que pretendo dedicar a la publicación de mi obra poética de unos quince aaños largos. Iré eligiendo, no serán todos pero entiendo que es mi única manera de dejar algún testimonnio de mi paso.
El blog es:
http://franciscagarciamenendez.blogspot.com
y la página se abre bajo el título "El canto del raitán"
Así es que suspendo, durante un tiempo, el juego de la palabra dada.
Un abrazo. Franziska
Una "cantara", no: una cantora. Perdona soy incorregible siempre repaso cuando no hay remedio.
ResponderBorrarNubes que parecen más que flotar, desfilar como en un pase de moda.
ResponderBorrarEl volcán mientras tanto, aunque parezca dormido, está conteniendo la respiración.
Besos.
No podemos perder el optimismo, mi querida Isabel, a riesgo de que nos hundamos en la ciénaga tan bien propiciada por nuestros gobernantes.
ResponderBorrarUn besote, mi niña.
Me encanta alegrarte, Tesa, belleza, es una satisfacción para mí, que lo sepas bien. Fue un momento de luz y tuve reflejos, sólo eso. Besos y abrazos y muchas cosas más (todas cariñosas).
ResponderBorrarEn realidad, Alí, es una manera mía de escribir sobre esa imagen, porque si esa montaña fue un volcán (seguramente sí) fue hace millones de años, así que las casas no tienen peligro actualmente.
ResponderBorrarUn besote, espero haberte quitado la preocupación ;)
Un erupción etérea y muy sugerente, querida Marichuy.
ResponderBorrarMuuuuchos besos.
Pues no sé que decir de tu propuesta, Diego, con la cantidad de impresentables que se sientan allí...Lo consideraré viniendo de ti, sólo por eso, caballero.
ResponderBorrarTe abrazo con agradecimiento.
Gracias, Esmeralda, siempre es un aliciente un comentario así. Besitos.
ResponderBorrarMil gracias, Mucha.
ResponderBorrarSi así lo ves, pues algo habrá ;)
Un abrazo grande.
Pues, Tecla...¿a qué esperas? Aunque he de decirte que esta foto fue con el móvil, la cámara me gusta pero la saco poco. Ya sabes, empieza desde ya, verás que te sentirás del diez.
ResponderBorrarBesos y abrazos, cielo.
Sí, Ildefonso, las nubes dan mucha cancha. En el cine, en la pintura, en la fotografía, en la poesía...
ResponderBorrarAbrazo gordo gordo.
Querida Franzis, errores de esos tengo yo muchos. Y gracias por lo de cantora (cántara también tiene su gracia, no creas jiji).
ResponderBorrarIré a tu nuevo blog ahora mismito.
Besos montones, artista.
Mira que acertado, Xuan. Efectivamente, en Canarias, los volcanes respiran lo mínimo para no asustarnos y en este caso, además, esta montaña está al borde del mar, con lo que creo se relaja mucho.
ResponderBorrarAbrazo, poeta.
El petirrojo es un pájaro sociable, atrevido y curioso que acostumbra a salir del bosque y plantarse a mitad de un camino para ver quién llega a su territorio, emitiendo su característica voz de alerta: un chip-chip metálico y seco. Su canto es un gorjeo musical, muy melódico, parecido al del ruiseñor. (Datos recogidos ahora mismo en la Wikipedia)
ResponderBorrarMe congratula que el canto del raitán se parezca al del ruiseñor y la verdad, ya querría yo que me pasara a mi lo mismo que al ruiseñor. Sería más razonable, pues, retirar mi afirmación de que nos parecemos.
Jajaja, Franzis, tan linda como acostumbras. Quizás ese pajarito sueña con parecerse a ti.
ResponderBorrarNo me diste tiempo ni a ir a la enciclopedia, uf!
Besotes y gracias por volver.
Lenguas blancas... qué bella metáfora!!
ResponderBorrarBesos, tesoro.
Por metáfora que no quede, Eva, siempre que nos alegren la mirada y el corazón.
ResponderBorrarMás besos, siempre más.
Qué poético y brillante tu expresión.Verdaderamente dan ganas de alcanzar esas cintas al aire o seguir el chorro del embudo.Imaginación y sutileza.Me encantó.Besos muchos.
ResponderBorrarLas cintas blancas me embaucaron, Tanci, a punto estuve de subir y columpiarme de alguna. Besitos, mi niña artista.
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