En la penumbra de la sala, florecían sus sueños. Una vez era aviador, otra enfermera o bailarina del Bolshoi. Más tarde iba en globo, se batía con los mongoles o era una dama absorta ante el desfile de los Magos en la cámara de los Médicis.
Soñaba también con ser una africana -sola, tan sola- en medio del desierto, o aquel intrépido navegante estudiando las estrellas noche tras noche
Al salir, el polvo de las viejas paredes le oscurecía los sueños.
Al salir, el polvo de las viejas paredes le oscurecía los sueños.
Foto y texto, Virgi
La maravillosa magia del cine. Grandes cosas que salen por ventanitas tan pequeñas. Lo dicho: magia.
ResponderBorrarAbrazos.
La magia que nos ha hecho crecer, querida Pamisola.
ResponderBorrarUn besote
Hola Virgi.
ResponderBorrarLas eras que conozco y disfruté de niño en Salamanca no eran de base de piedra sino la propia hierba o tierra. Pero para los efectos de cabalgar aquellos trillos bajo el sol, indiferente.
Describes momentos entrañables de aquellos tiempos, que fueron, y sí, representaban, representan, ese conocimiento ancestral de los ciclos de la vida. La vida misma.
Un abrazo.
Quimeras... Tan o más reales que la vida misma en aquellos años, ayer, en los que el mundo que percibíamos no tenía límites.
ResponderBorrarAbrazos, Virgi.
Hola Ernesto.
ResponderBorrarGracias por tus visitas y me alegra esa complicidad con las eras, tantas vivencias que nos enriquecieron!
Ellas tenían contornos, no así nuestros sueños.
Un fuerte abrazo.
Magia que ya ha quedado atrás.
ResponderBorrarY que lindos recuerdos.
Besos, Virgi
Y muchas gracias!!!
por tus cariñosas felicitaciones
por mi nueva nieta.
Una lástima que estén en franca decadencia las salas de cine, en la mayor parte de los pueblos el que había está cerrado, pero bueno, la gente ve el cine en la tele, aunque la diferencia es enorme...
ResponderBorrarBesos y salud
Hola Myriam, disfruta mucho de tu familia, un fuerte abrazo.
ResponderBorrarSí, Genín, nunca será igual ver una peli en casa que en el cine.
ResponderBorrarBesos, campeón
Ay, Virgi, qué momentos, que nostalgia de esa magía.
ResponderBorrarEn mi memoria hay un revoltijo de quimeras que se sobreponen a los recuerdos reales.
Aunque entre tú yo, creo que sí fui indio de las praderas y pirata... y aventurera y sentí el embate de la ballena blanca haciendo vibrar mis sentidos, y todavía oigo el tic, toc, tic, toc de la pata de palo del capitan en mis noches de insomio.
Qué chulo ese cine de piedra, cielo.
Me encanta todavía ir al cine, a pesar de que por mi economía de guerra veo mucho más en casa.
Un abrazo,
Ah, precioso la manera como lo cuentas, Virgi.
ResponderBorrarEl cine, esa otra manera de soñar, de vivir otras vidas.
ResponderBorrarComo con las palabras, que no nos falte nunca el cine, la oportunidad de perdernos y hallarnos en las imágenes y sus hechizos.
Besos siempre, querida Virgi.
El cine hace vivir otras historias, de soñar, de ser la protagonista de la historia….
ResponderBorrarUn cálido abrazo
¡Oh, el cine! Cara y cruz, lo primero por el placer que produce, lo segundo por la vuelta a la realidad que impera. Como esas ventanas medio abiertas, todas iguales.
ResponderBorrarPlacer de leerte, querida virgi, placer.
Me encantan esos nombres tan rimbombantes que tenían entonces los cines, ¿verdad? ahora sonaría absurdo pero entonces, entonces tenía toda la lógica del mundo...
ResponderBorrarAquella pata de pala tiñendo de miedo nuestros corazones, querida Tesa. O el vaquero que no sabíamos si sería presa de los indios...¡ah, los indios, tan mal llevados en esas épocas americanas!
ResponderBorrarTú sí que eres un preciosa, muchacha. Escribiendo, pensando, haciendo fotos, abueleando.
Más que besos, más.
La oportunidad que nos ofrece la gente que crea, Isabel, siempre poco valorada para lo que nos significa.
ResponderBorrarMontón de cariño, querida.
Sí, cuántas imágenes se nos quedaron eternamente, Sneyder, para enriquecernos.
ResponderBorrarUn abrazo
Ventanas en un cine de Jávea, creo que cerrado, tristemente.
ResponderBorrarAperturas a otros mundos que seguirán con nosotros, Isabel.
Te van besos y besos
Tienes razón, Beauséant, no lo había pensado, pero eso de "Royal", "Imperial", "Real", "Recreativo"...sonaban importantes y con clase.
ResponderBorrarBesitos muchos.
Es la magia del cine. Nos transporta a lugares inimaginables y nos hace ser protagonistas, selectivos, de historias prodigiosas.
En algo no estoy de acuerdo. Al salir de cualquier Central Cinema nos llevamos con nosotros imágenes que perduran y que, ahora, conforman lo que somos.
Una foto muy correcta, casi simétrica, y muy adecuada al texto.
Un beso (los canarios dan solo uno :)
· LMA · & · CR ·
Pero mañana, al acercarse a la taquilla, volverían a florecer :)
ResponderBorrarMe encanta como lo relatas, muy poético.
ResponderBorrarSaludos.
Gracias, Ñoco, por tus aportaciones. La verdad es que los sueños que nos producían las películas no se iban por algo tan leve como un polvillo en las paredes, no, no. Aún hoy viven en mí tantas y tantas escenas del cine de mi infancia y juventud.
ResponderBorrarUna cinta de cariño para ti, guapo.
Por cierto, ese cine está en Jávea, un sitio precioso, con un centro histórico muy cuidado.
Seguramente, Diego. Y más con la fantasía que teníamos en esas épocas. Gracias a ellas veíamos el mundo de una forma más abierta.
ResponderBorrarUn gordo, regordo abrazo
Linda visita, querida Aída, muchos besos para ti.
ResponderBorrarY gracias.
Tal vez lo más parecido a las emociones que antes nos proporcionaba el cine (lo sigue haciendo, pero de otra forma) es lo que se siente paseando por tu blog. Que no decaiga, Virgi.
ResponderBorrarLa imagen, con esa simetria, me encanta... Y lo mismo pasa con tus palabras, que nos llevan al mundo de los sueños...
ResponderBorrarUn abrazo, amiga
Esas viejas salas de cine, desconchadas por el tiempo y la humedad, donde se forjaron tantos sueños de infancia y deseos de ruptura adolescente.
ResponderBorrarSaludos.
Es lo tiene dejar volar la imaginación, ser muchas personas en pocos minutos, viajar a ligares impensables ... esas salas nos traen la magia.
ResponderBorrarAbrazos
Ay, Virgi! Si te contara mis anécdotas con el cine...es que te harías...pues eso mismo, a carcajadas. Qué tiempos aquellos llenos de magia y sueños... Y si, que sigan las quimeras envueltas en algodones para que seamos capaces de seguir flotando.Mi abrazo y siempre un buen cine.
ResponderBorrarAy, Virgi! Si te contara mis anécdotas con el cine...es que te harías...pues eso mismo, a carcajadas. Qué tiempos aquellos llenos de magia y sueños... Y si, que sigan las quimeras envueltas en algodones para que seamos capaces de seguir flotando.Mi abrazo y siempre un buen cine.
ResponderBorrarAy, Virgi! Si te contara mis anécdotas con el cine...es que te harías...pues eso mismo, a carcajadas. Qué tiempos aquellos llenos de magia y sueños... Y si, que sigan las quimeras envueltas en algodones para que seamos capaces de seguir flotando.Mi abrazo y siempre un buen cine.
ResponderBorrarAy, Virgi! Si te contara mis anécdotas con el cine...es que te harías...pues eso mismo, a carcajadas. Qué tiempos aquellos llenos de magia y sueños... Y si, que sigan las quimeras envueltas en algodones para que seamos capaces de seguir flotando.Mi abrazo y siempre un buen cine.
ResponderBorrar¡Caramba, Alfredo, tremendo piropo me has dejado!
ResponderBorrarDemasiado me parece, no?
Un abrazo enorme y una película de besos
Tan atento, Ildefonso,que da gusto me visites. Mantengamos los sueños, con cines o sin ellos. Un besote y gracias.
ResponderBorrarBuena aportación, Alfred, con lo de la adolescencia. Con diecisiete años vi La vergüenza, de Bergman, y me deja una marca indeleble.
ResponderBorrarUn abrazo y bienvenido.
¡Esmeralda, qué alegría!
ResponderBorrarLa magia del cine es inigualable, sí.
Muchos besos, cielo.
¿No estarías riéndote, Tanci, y por eso te salió cuadruplicado el comentario?He pensado borrar tres, pero me parece algo faltón, no sé...
ResponderBorrarTendré que recordarte que me las cuentes, para reírnos juntas.
Muchos besos, mi niña.
Y gracias siempre, Tanci, por tu entusiasmo.
ResponderBorrarJo, Virgi... y de las de romanos, desde la última fila, que dice Sabina, ¿qué? ¡ni una palabra! ;))
ResponderBorrarGuardamos todos esos recuerdos y, aunque no fue posible vivirlos todos, también inventamos los nuestros propios. Además, siempre nos quedará Paris.
Te dejo un beso.
Volvo querida, lo de Sabina es genial, sí, pero Casablanca es lo máximo...¡ay, ese doliente Bogart!
ResponderBorrarBesitos, besitos. Muchos.
ResponderBorrar...entonces, cuando soñar y volar era tan fácil y el amor tan romántico.
Abracísimo, Virgi bonita.
pena que el cine ahora, sea más Oscars y menos Cine...
ResponderBorrarbesos, Virgi
¡Y cuánto amor en esos cines, mi querida Soco, ay!
ResponderBorrarAbrazo regordo para ti, guapetona.
Y no hablemos de los Goya, entonces, pfp.
ResponderBorrarUn guiño y un par de besos, artista.
Pero los sueños no se pierden, Virgi.
ResponderBorrarLos sueños siguen volando por el espacio a la espera de que llegue la ocasión y se hagan realidad.
Vaya si se hacen.
La de cines que han dejado "caer" en los últimos años!!!!! Da verdadera pena.
ResponderBorrarAquí estamos de enhorabuena porque, aunque no era de los antiguos, han reabierto uno muy querido, en una especie de cooperativa, a precios populares. Ojalá tengan suerte.
bsÖs, Virgi.
Virgi, te dejo un enlace a mi nuevo blog, ya que por motivos técnicos me he visto obligado a cambiarlo...
ResponderBorrar====================================================
http://ildefonsorobledo.blogspot.com.es/
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Un abrazo
A ver, a ver, Soco, es lo que yo también quisiera, pero no me negarás que algunos son difíciles de realizar. Y no por exigentes, no.
ResponderBorrarHablaremos al respecto, besitos, maravilla.
Pues aquí quieren hace algo parecido, Sole, pero no sé cuando verá la luz. Lo cierto es que el cine es algo fundamental, verdaderamente.
ResponderBorrarUn gordo achuchón para ti.
Pues ahora mismo voy pa'llá, Ildefonso. Gracias por tenerme en cuenta.
ResponderBorrarAbrazote largo.