No se
atrevió
a llamar
a la puerta.
Era evidente que nadie saldría.
Dió la vuelta por
la huerta y se acercó al viejo baño, tiempo ha que no caía ni una gota.
En el
patio
colgaban
unas sábanas,
quizá la ausencia
no sería tan larga.
Subió a la
azotea
el horizonte se divisaba borroso,
como lo que sentía.
Sólo
cuando se apoyó en la pared, puedo oír el rumor que las piedras le
contaban, y con él,
las razones del silencio.
Fotos y texto, Virgi
El ingenioso enlace de imágenes que tienes que elaborar por cada entrada es digo de admiración.
ResponderBorrarMe gusta mucho la última foto.
Besos desde la tarde libre de ruidos de la obra del vecino, me tiene loco.
La verdad es que sí, Nómada, me lleva un largo rato ir engarzando texto con imágenes.
ResponderBorrarPero como me gusta y me gratifica...¡pues pa´lante!
A mí también me gustó mucho esa pared.
Y lo del vecino no lo puedes suavizar un poco, cogiendo tu moto, dando un paseíto y luego mostrándonos esos lugares preciosos que visitas?
Bueno, es una idea, je je...besitos muchos.
Esa pared es divina, me cuenta muchas cosas... Besos, artista de las imágenes y las palabras
ResponderBorrar¡Ah, mira que eres linda, querida Elvira! Besitos, gracias y besitos otra vez.
ResponderBorrarEn silencio quedo, virgi, contemplando, oyendo tu texto, esa esperanza recién rota... Un abrazo muy fuerte.
ResponderBorrar¡Wau, ya volviste, Isabel, estupendo! Y Roma contigo, supongo.
ResponderBorrarPa'llá voy con olas de besos.
Y gracias por tus piropos.
Sigues en forma, Virgi. Preciosa entrada. La foto del pescador en la anterior es una pasada.
ResponderBorrarUn beso
¡Alonso, gracias, chiquillo! Me has dado una alegría grande, besos y besos.
ResponderBorrar
ResponderBorrarRegresar y encontrarme esta calidad fotográfica es todo un regalo para los sentidos. Y de las palabras ¿que decir?
Me gustaría saber acerca de las razones del silencio...
· BdPH
· CR · & · LMA ·
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ResponderBorrarAdvertí casas pobres advertí casas ricas advertí duchas que no duchan advertí a la fotógrafa y le cerré un ojo
ResponderBorrarEl texto y las fotos, todo precioso, pero quizá llame la atención la última por el contraste de los trocitos de teja roja en el muro :))
ResponderBorrarBesos y salud
Qúé bella imagen:
ResponderBorrar«escuchar las razones del silencio».
Un abrazo, querida Virgi.
No se como puedes encontrar fotos tan de acuerdo con tus versos ¿O son los versos los que encuentran las fotos?
ResponderBorrarGenial Virgi.
Besos.
¡Bienvenido, querido Ñoco! Que me digas esas cosas de las fotos es para no parar de sonreír, mil gracias.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, fuerte.
Es que tu percepción, Sarco, va más allá de las palabras. Aquí sentí ese guiño y te van mis besos.
ResponderBorrarSí, esa pared es preciosa, no creo que nadie pase sin que le llame la atención.
ResponderBorrarQuerido Genín, besos para ti. Muchos.
Marichuy, linda, una satisfacción lo que me dices. Un abrazo transoceánico.
ResponderBorrarEspero que te llegue :)
Mira, Pluma querida, normalmente me inspiran las fotos que voy haciendo. Y me pongo a escribir algo, luego sigo lo que va surgiendo, unas veces he de buscar las fotos para lo que pienso, y, otras, al revés.
ResponderBorrarLo cierto es que le dedico mucha energía y tiempo.
Besotes, tesoro.
A la vista de la primera foto, me pregunto cuanto hará que no llaman a esa puerta...
ResponderBorrarY es verdad que el horizonte está borroso y borrascoso. Si hay alguien que lo sabe mejor incluso que las piedras eres tu. Delicioiso. Un abrazo
me repito más que las morcillas pero es que es verdad... perfecta combinación de versos y fotos, perfecta... a mí también me gusta mucho la última foto.
ResponderBorrarbiquiños,
Una historia llena de misterio y buenas palabras e imágenes. Ojalá todos supiéramos descubrir las razones del silencio.
ResponderBorrarPrecioso, como siempre, maga Virgi.
Un besote.
"Las razones del silencio" me estrangulan esa esperanza chiquita que apenas despuntaba.
ResponderBorrarExtraordinario como siempre, Virgi!!
Lo que se oye con nitidez de mañana sin nubes, es la belleza de las fotografías con el enlace cabal con la idea literaria.
ResponderBorrarUn abrazo.
Pues yo sé bien poco. Y además, creo que ya ni quiero saber, querido V., tal como está todo...¡tremenda basura!
ResponderBorrarComo no pegue bien el oído a las piedras...
Besitos, cielo.
Aldabra, nunca había escuchado eso de las morcillas, simpático!
ResponderBorrarGracias y un beso salado, sirenita.
Y sí que hablan esas piedras de la última y hermosa foto.
ResponderBorrarBesos grandes Artista!!!
La maga (y no la famosa del gran Cortázar) tiene poco que aportar, Isabel, amiga. Por mucho que me canten los muros, no sé traducir nadita, nadita.
ResponderBorrarTe abrazo con ganas y con sonrisas.
¿Qué fue primero: las fotos o tu texto? ¿Las culebrillas rojas de tu última (espléndida) foto son cachicos de teja árabe? Mi opinión: en la casa vive un fantasma (lo digo por la sábana colgada y por la ducha en desuso: los fantasmas son incorpóreos) Beso corpóreo :)
ResponderBorrarEs lo que tiene la esperanza, Patricia, que a veces se nos presenta tan débil, tanto, que nos resulta imposible hacerla crecer nuevamente.
ResponderBorrarOjalá encontremos un resquicio de luz, yo te mando un rayo que se cuela ahora mismito por las persianas.
Y montón de besos.
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ResponderBorrarMuy lindo, J. Luis, si pillas el enlace, me dejas más que feliz.
ResponderBorrarDe veras, de veras.
Así te va un abrazo, contenta.
¿Entonces te llegó el rumor, Aristos? Jo, qué bien, eres un privilegiado. Mis besos y mis gracias, te mando una canción tierna y cariñosa. La que oí al lado de la pared.
ResponderBorrar:) :) :)
Sí, sí, esos trocitos, Diego, son de teja árabe. Y muy cerca de la pared hay un par de hermosos hornos para fabricarlos.
ResponderBorrarNo se usan, sólo como algo testimonial, pero siguen en buen estado.
En cuanto a lo del huevo y la gallina, copio y pego lo que le dije a Pluma Roja más arriba: "normalmente me inspiran las fotos que voy haciendo. Y me pongo a escribir algo, luego sigo lo que va surgiendo, unas veces he de buscar las fotos para lo que pienso, y, otras, al revés.
Lo cierto es que le dedico mucha energía y tiempo"
Un abrazo grande grande.
(puede vd. seguir haciendo preguntas :)
No sé cómo pudo aguantarse sin tocar la aldaba. Para mí son irresistibles.
ResponderBorrarDisfruto mucho tus historias visuales.
Un beso
¡Como que estuve a punto de hacerlo, Alís!
ResponderBorrarPero me contuve, saqué la foto, acaricié la madera...y dejé la tela de araña!.
Besitos, guapa.
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ResponderBorrarjajaja Muy bueno el conjunto imágenes-texto. Como me acordaba muy bien tu truculento relato del perro en el ventilador, pensé que este buen hombre había subido las escaleras con la idea de -visto el moho del baño y la aldaba con telas de araña- suicidarse, con lo que sobre las piedras (del otro lado) quedarían sus despojos reventados y
ResponderBorrarcon sangre por todos lados. Me alegro de que no fuera así jajajajaja.
Besos, desde mi viaje.
¡Caramba, qué poco divertida te veo, Myriam!
ResponderBorrarNada como viajar par ser feliz, eh?
Ya ves que hoy la cosa no va de sangre, chiquilla, más adelante no sé.
:) :) :) Besazos y buen recorrido
El tiempo deja muchas palabras entre las piedras... pero no todo el mundo sabe escuchar esos silencios.
ResponderBorrarBss
¡Y lo que cuesta traducirlas, querido Gato!
ResponderBorrarAún sigo por aquí y no logro captar lo que me dicen..no sabrán mejor los mininos?
Besitos, cielo, besitos
Que buena la foto de la Ducha...
ResponderBorrarSiempre me dejas sorprendida con tus fotos, se salen!!!
Besinos
Pues precioso este post que narra la llegada de alguien que busca a otro alguien, que no está, pero que llegará; todo a partir de imágenes.
ResponderBorrarIngeniosa tú.
Intento ver las razones en ese gran panel pictórico de lectura abierta que es la última foto: creo que vería las mías...La segunda foto, creo que la firmaría, como cuadro propio, José Hernández. Dos fotos hermosas sin desmerecer las otras. El texto, como siempre, poesía abierta. Un abrazo, Virgi. Estuve ayer aquí, pero a veces no estoy muy lúcido.
ResponderBorrarUnas fotos que parecen que cuentan lo que dices en palabras. Están tan bien hilvanadas las imagenes y los versos que el poema está completo.
ResponderBorrarUn beso.
Yo hablo del silencio, tú de la mudez: los infinitos mundos de lo no dicho y del pordecir.
ResponderBorrarBesos, Virgi.
Impecable este recorrido, aunque haya que seguir esperando el mensaje que canta esa hermosura de pared.
ResponderBorrarEntre el misterio y la magia, querida Virgi, te dejo un gran beso.
Cuántas cosas ya estarán mudas para siempre... Un abrazo.
ResponderBorrarPluvi, es que me miras bien, con cariño, con ternura. Si te colocaras debajo, te caería una ducha de besos.
ResponderBorrarDe veras que sí.
A ver si llega de una vez...o que alguien le cuente algo...porque la espera puede ser muy triste y angustiosa.
ResponderBorrarGracias, Ginebra, un beso grande y afectuoso.
Me he esforzado en ver a José Hdez. en la segunda y no lo consigo ( y tengo un par de grabados de él, sabes?).
ResponderBorrarMe debe de faltar la visión poético plástica de algunos artistas, mi querido Mateo. Estoy en ello.
Eres tan amable, que me tocas il cuore. Un abrazo, otro, otro...
Hola Encarni, me alegra tu visita y tus palabras. Montón de gracias y montón de besos.
ResponderBorrarContigo me quedo sin palabras, admirado Xuan. No sabría si es mudez o silencio, pero impresiona tu percepción y tu ojo.
ResponderBorrarConcisión y sensibilidad.
Un abrazo
El beso ya lo recogí, la canción de las piedras aún debo descifrarla.
ResponderBorrarSalambó, besitos, linda.
En el lugar de las fotos, querido Joven, ya hay muchas mudas para siempre, sin embargo, de otras, se encargan los laboriosos vecinos de que sigan vivas.
ResponderBorrarBesos y abrazos
Dicen que cuando entras en una casa abandonada aún se pueden oír los ecos de quien vivió en ellas...
ResponderBorrarLa foto de la escalera tiene una luz espectacular.
Seguro que la primera y segunda foto han sido tomadas en Badajoz. Hoy mismo. En mi casa. La próxima vez, llama. Mi hermano, que a la vez es mi esposo, y yo te esperamos. Un beso.
ResponderBorrar
ResponderBorrarQue Mudez tan expresiva Virgi.
Todas las fotos son preciosas, pero la primera me ha fascinado.
Besos.
El tema de relacionar tu foto con la pintura José Hernández, con el que he hecho talleres, y del que tambien tengo un magnífico grabado, es sobre todo por los colores, también por el tema, no así por la técnica o el tratamiento de la imagen.
ResponderBorrar¡Cacho de fotos que nos regalas hoy!
ResponderBorrarLa escalera, la ducha, la pared...
Cuando descifres algo espero nos lo digas, en beneficio de todos, pocos sabemos escuchar esas razones.
Sí, Pedro, ya he oído algo parecido, pero por mucha atención que puse, no logré captar nada trascendental.
ResponderBorrarBesotes.
De Badajoz, nada, monada.
ResponderBorrarY no me seas enterada, anda. Y menos en tu estado, recien parida, cuídate mucho y no te metas en líos.
Un achuchón.
O varios.
Hola Mercedes.
ResponderBorrarGracias por venir, he querido devolverte la visita, pero no encuentro el camino.
Besos y besos
Ok, Mateo, ya lo voy pillando :) :) :)
ResponderBorrarCreo que me gusta más tu obra que la de JH.
Que lo sepas.
Un abrazo bien grande.
No estoy en disposición de desciframientos, Edgar, sorry. Pero si por mí fuera, te daría las pautas necesarias.
ResponderBorrarBesos y abrazos.
(me alegra que te gusten las fotos)
ResponderBorrarNo sé de dónde sacas estas fotografías, y estos colores. Me gustan mucho.
ResponderBorrarUn abrazo
Ese rumor silencioso esclarece todo el asunto: las imágenes hablaban por sí mismas, tenían vida propia :))
ResponderBorrarSiempre es un placer encontrarse con tus reflexiones.
un abrazo
A gusto subiría esa escalera para divisar el horizonte.
ResponderBorrarPrecioso, querida Virgi, unos besos.
Podría yo decir lo mismo de ti, Jose Luis, no crees?
ResponderBorrarPrecisamente, las fotos de esta entrada son de un pueblito muy coqueto al suroeste de la isla.
Un abrazo
¡Vaya, Esi, ya llegaste al quid de la cuestión!
ResponderBorrar:) :) :)
Mi agradecimiento a tus aplausos, muchos besos te envío.
Mar, el horizonte por aquí suele ser le mismo: mar y mar y más mar. Y a veces alguna isla en la lejanía.
ResponderBorrarBesitos besitos
Evidentemente las paredes hablan. Solo hay que entender su idioma.
ResponderBorrarAbrazolarguísimo.
Todavía me tienes abrazada, Soco, imagínate si fue largo.
ResponderBorrarSi hay alguien que oyes serías tú. Segurísimo.
Las piedras guardan dolorosos secretos.
ResponderBorrarY pocas alegrías. Quizá sólo las de los niños.
ResponderBorrarMaría Jesús, un beso.
Pues sí... tiempo de mudez, que tantas veces, dice más que cualquier torrente de palabras.
ResponderBorrarTe beso*
En la huerta, en la azotea, con la ropa tendida al sol, en el viejo excusado y más allá, junto a las piedras, el silencio me sopla: no estás sola. Y yo me quedo quieta para no espantarlo y que permanezca conmigo. Me llenó tu silencio tan elocuente. Gracias. Te abrazo.
ResponderBorrarLa primera foto rubrica ese silencio, la última, en la que apetece entibiarse la espalda, nos da el pie para empezar a soñar.
ResponderBorrarLa sábanas son la intriga de la trama.
El desenlace queda abierto a la imaginación.
Me encanta, Virgi.
Muchos besos,
Cristal, el silencio puede nser muy expresivo. Bien lo sabes, un abrazo, querida chica.
ResponderBorrarFui a ese lugar en fiestas, pero generalmente suele estar en bastante silencio. Cuando vuelva, te pensaré con todo el cariño que te tengo, Tanci, tesoro.
ResponderBorrarMuchos besos
Ahí, ahí, Tesa.
ResponderBorrarLas sábanas demuestran mucho, particularmente me encanta ver la ropa tendida y en este caso, pregonaban todo un caudal de vida y su cotidianeidad.
Besos, besos, gracias por tu ojo.
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ResponderBorrarjajajajaja Virgi, touché. Besos
ResponderBorrarPero a que consigo que algún fantasma hable con él, eso si primero saco las telarañas de la aldaba y la hago sonar jejejeje...
ResponderBorrar(Ya sé, estoy traviesa.... pero es que mis nietas me hacen recuperar la infancia que no tuve).
Más besos
LO que ya te dije: se ve que estás feliz.
ResponderBorrarMe alegras y te sonrío, un gran beso.